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Text 36

etāvad eva jijñāsyaṁ
tattva-jijñāsunātmanaḥ
anvaya-vyatirekābhyāṁ
yat syāt sarvatra sarvadā

etāvat—hasta este punto; eva—ciertamente; jijñāsyam—ha de preguntarse; tattva—la Verdad Absoluta; jijñāsunā—por el estudiante; ātmanaḥ—del Yo; anvaya—directamente; vyatirekābhyām—indirectamente; yat—todo lo que; syāt—lo que sea; sarvatra—en todo espacio y tiempo; sarvadā—en toda circunstancia.

Una persona que está buscando a la Suprema Verdad Absoluta, la Personalidad de Dios, debe sin duda buscarla hasta este punto, en toda circunstancia, en todo espacio y tiempo, y tanto directa como indirectamente.

SIGNIFICADO: Descubrir el misterio del bhakti-yoga, tal como se explica en el verso anterior, es la última etapa de todas las preguntas, o el objetivo más elevado de la persona inquisitiva. Todo el mundo está buscando la autorrealización de diferentes maneras —mediante el karma-yoga, mediante el jñāna-yoga, mediante el dhyāna-yoga, mediante el rāja-yoga, mediante el bhakti-yoga, etc. Dedicarse a la autorrealización es la responsabilidad que tiene toda entidad viviente cuya conciencia está desarrollada. Aquel que posee una conciencia desarrollada, ciertamente que hace preguntas acerca del misterio del yo, la situación cósmica y los problemas de la vida, en todas las esferas y campos —social, político, económico, cultural, religioso, moral, etc.—, y en sus diferentes ramas. Mas aquí se explica cuál es la meta de todas esas preguntas.

La filosofía Vedānta-sūtra comienza con estas preguntas acerca de la vida, y el Bhāgavatam responde a dichas preguntas hasta este punto, que es el misterio de todas las preguntas. El Señor Brahmā quería ser educado perfectamente por la Personalidad de Dios, y aquí está la respuesta del Señor, acabada en cuatro versos resumidos que van desde aham eva hasta este verso, etāvad eva. Este es el fin de todos los procesos de autorrealización. Los hombres no saben que la meta última de la vida es Viṣṇu, o la Suprema Personalidad de Dios, porque están confundidos con el reflejo deslumbrante que se encuentra en la oscuridad, y, por ello, todos están entrando en la región más oscura de la existencia material, impulsados por los sentidos descontrolados. Toda la existencia material ha brotado debido a la complacencia de los sentidos, constituida por deseos basados principalmente en el deseo sexual, y el resultado de ello es que, a pesar de todo el avance del conocimiento, la meta final de todas las actividades de las entidades vivientes es la complacencia de los sentidos. Pero he aquí la verdadera meta de la vida, y todo el mundo debe conocerla mediante el proceso de hacerle preguntas a un maestro espiritual genuino que sea experto en la ciencia del bhakti-yoga, o una personalidad viva que lleve la vida Bhāgavatam. Todo el mundo está dedicado a diversas clases de preguntas acerca de las Escrituras, y el Śrīmad-Bhāgavatam les da respuestas a todos los diversos estudiantes de la autorrealización: ese objetivo último de la vida no habrá de ser buscado sin una gran labor o perseverancia. Aquel que está imbuido de esas preguntas sinceras, debe hacerle preguntas al maestro espiritual genuino de la sucesión discipular que proviene de Brahmājī, y esa es la indicación que se da aquí. Debido a que la Suprema Personalidad de Dios reveló el misterio ante Brahmājī, el misterio de todas esas preguntas relacionadas con la autorrealización debe ser planteado ante un maestro espiritual de esa categoría, el cual es el representante directo del Señor, reconocido en esa sucesión discipular. Dicho maestro espiritual genuino es capaz de aclarar todo el asunto mediante pruebas extraídas de las Escrituras reveladas, tanto directas como indirectas. Si bien todo el mundo tiene la libertad de consultar las Escrituras reveladas en relación con esto, aun así se requiere de la guía de un maestro espiritual genuino, y eso es lo que se indica en este verso. El maestro espiritual genuino es el representante más confidente del Señor, y uno debe recibir las indicaciones del maestro espiritual con el mismo espíritu con el que Brahmājī las recibió de la Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa. El maestro espiritual genuino de esa genuina cadena de sucesión discipular, nunca dice ser el propio Dios, si bien dicho maestro espiritual es más grande que el Señor en el sentido de que puede entregar al Señor mediante la experiencia que ha adquirido personalmente. Al Señor no se lo ha de encontrar simplemente mediante la educación o una inteligencia buena y fértil, pero el estudiante sincero puede encontrarlo con toda seguridad, a través del medio transparente que es el maestro espiritual genuino.

Las Escrituras reveladas dan indicaciones que conducen directamente a ese fin, pero debido a que las confundidas entidades vivientes están cegadas por el deslumbrante reflejo que aparece en la oscuridad, son incapaces de encontrar la verdad de las Escrituras reveladas. Por ejemplo, en el Bhagavad-gītā, todas las indicaciones apuntan hacia la Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, pero por la falta de un maestro espiritual genuino, perteneciente a la línea de Brahmājī o del oyente directo, Arjuna, existen diferentes deformaciones del conocimiento revelado, hechas por muchas personas desautorizadas que únicamente quieren satisfacer sus propios caprichos. Indudablemente, el Bhagavad-gītā se acepta como una de las más brillantes estrellas del horizonte del cielo espiritual; sin embargo, las interpretaciones de este gran libro de conocimiento han sido tan notoriamente desvirtuadas, que cada uno de los estudiantes del Bhagavad-gītā se encuentran aún en la misma oscuridad de los deslumbrantes reflejos materiales. Esos estudiantes difícilmente son iluminados por el Bhagavad-gītā. En el Gītā prácticamente se imparte la misma instrucción que en los cuatro versos principales del Bhāgavatam, pero debido a las erróneas interpretaciones de moda que hacen personas desautorizadas, uno no puede llegar a la conclusión final. En el Bhagavad-gītā (18.61) se dice claramente:

īśvaraḥ sarva-bhūtānāṁ
hṛd-deśe ’rjuna tiṣṭhati
bhrāmayan sarva-bhūtāni
yantrārūḍhāni māyayā

El Señor se encuentra situado (como Paramātmā) en los corazones de todos los seres vivientes, y en el mundo material Él los está controlando a todos ellos por medio de Su energía externa. Por lo tanto, se menciona claramente que el Señor es el controlador supremo, y que las entidades vivientes son controladas por el Señor. En el mismo Bhagavad-gītā (18.65), el Señor indica lo siguiente:

man-manā bhava mad-bhakto
mad-yājī māṁ namaskuru
mām evaiṣyasi satyaṁ te
pratijāne priyo ’si me

Con este verso del Bhagavad-gītā queda claro que la indicación que da el Señor es que uno debe tener la mente centrada en Dios, ser devoto del Señor, ser adorador del Señor, y que debe ofrecerle todas las reverencias al Señor Kṛṣṇa. Por hacer eso, el devoto regresará indudablemente a Dios, de vuelta al hogar.

Indirectamente, se dice que toda la estructura social védica de la sociedad humana está hecha de manera tal, que todo el mundo actúa como parte integral del cuerpo completo del Señor. La clase de hombres inteligentes, o los brāhmaṇas, se encuentra situada en la cara del Señor; la clase de los hombres administradores, los kṣatriyas, se encuentra situada en los brazos del Señor; la clase de hombres productores, los vaiśyas, se encuentra situada en la cintura del Señor; y la clase laboral de los hombres, los śūdras, está situada en las piernas del Señor. Por lo tanto, la estructura social completa constituye el cuerpo del Señor, y todas las partes del cuerpo, a saber, los brāhmaṇas, los kṣatriyas, los vaiśyas y los śūdras, tienen la función de servir conjuntamente al cuerpo entero del Señor; de lo contrario, las partes se vuelven ineptas para coordinarse con la suprema conciencia de la unidad. La conciencia universal se alcanza de hecho mediante el servicio coordinado que todos los interesados realizan para la Suprema Personalidad de Dios, y solo eso puede asegurar la perfección total. De modo que, ni siquiera los grandes científicos, los grandes filósofos, los grandes especuladores mentales, los grandes políticos, los grandes industriales, los grandes reformadores sociales, etc., pueden darle alivio alguno a la inquieta sociedad del mundo material, debido a que no conocen el secreto del éxito tal como se mencionó en este verso del Bhāgavatam, es decir, que uno debe conocer el misterio del bhakti-yoga. En el Bhagavad-gītā (7.15) también se dice:

na māṁ duṣkṛtino mūḍhāḥ
prapadyante narādhamāḥ
māyayāpahṛta-jñānā
āsuraṁ bhāvam āśritāḥ

Debido a que los supuestos grandes líderes de la sociedad humana ignoran este gran conocimiento del bhakti-yoga y, confundidos por la energía externa del Señor, siempre están dedicados a actos innobles de goce de los sentidos, son rebeldes tercos que están en contra de la supremacía de la Suprema Personalidad de Dios, y nunca acceden a rendirse a Él, debido a que son necios, herejes y constituyen el tipo más bajo de seres humanos. Esos incrédulos infieles puede que sean muy educados en el sentido material del término, pero de hecho son los tontos más grandes del mundo, debido a que, por la influencia de la naturaleza material externa, toda su supuesta adquisición de conocimiento ha quedado anulada y sin efecto. Por lo tanto, todo avance del conocimiento que haya ocurrido en el presente contexto de las cosas, está siendo mal empleado por gatos y perros que pelean entre sí en aras de la complacencia de los sentidos, y toda la adquisición de conocimiento en el campo de la ciencia, la filosofía, las bellas artes, el nacionalismo, el desarrollo económico, la religión y las grandes actividades, está siendo malograda por utilizarse como vestimenta de hombres muertos. No existe ninguna utilidad en las vestimentas que se usan para cubrir el ataúd de un cuerpo muerto, más que para recibir el aplauso falso del público ignorante. Luego el Śrīmad-Bhāgavatam dice una y otra vez que, si no se alcanza el nivel del bhakti-yoga, todas las actividades de la sociedad humana han de considerarse solo absolutos fracasos. Se dice:

parābhavas tāvad abodha-jāto
yāvan na jijñāsata ātma-tattvam
yāvat kriyās tāvad idaṁ mano vai
karmātmakaṁ yena śarīra-bandhaḥ

(Bhāg. 5.5.5)

Mientras uno esté ciego para indagar en busca de la autorrealización, todas las actividades materiales, por grandes que sean, son diferentes clases de derrotas, debido a que el objetivo de la vida humana no se ve cumplido con esas actividades infructuosas y poco recomendables. La función del cuerpo humano consiste en lograr la libertad del cautiverio material, pero en tanto uno se encuentre absorto por completo en las actividades materiales, tendrá la mente agobiada en el remolino de la materia, y, así pues, se continuará enjaulado en cuerpos materiales, vida tras vida.

evaṁ manaḥ karma-vaśaṁ prayuṅkte
avidyayātmany upadhīyamāne
prītir na yāvan mayi vāsudeve
na mucyate deha-yogena tāvat

(Bhāg. 5.5.6)

La mente de uno es la que genera diferentes clases de cuerpos para sufrir diferentes clases de angustias materiales. En consecuencia, mientras la mente esté absorta en actividades fruitivas, se entiende que está absorta en la nesciencia, y, así pues, es seguro que uno ha de estar sujeto al cautiverio material en diferentes cuerpos, una y otra vez, hasta que en uno se desarrolle un trascendental amor por Dios, Vāsudeva, la Persona Suprema. Absorberse en el nombre, la calidad, la forma y las actividades trascendentales de la Persona Suprema, Vāsudeva, significa hacer que el temple de la mente cambie de la materia al conocimiento absoluto, lo cual lo conduce a uno al sendero de la iluminación absoluta, y de esa manera lo libera a uno del cautiverio del contacto material y de los enjaulamientos en diferentes cuerpos materiales.

Por lo tanto, Śrīla Jīva Gosvāmī Prabhupāda hace un comentario de las palabras sarvatra sarvadā, en el sentido de que los principios del bhakti-yoga, o el servicio devocional que se le presta al Señor, son apropiados en todas las circunstancias; es decir, el bhakti-yoga se recomienda en todas las Escrituras reveladas, es ejecutado por todas las autoridades, es importante en todos los lugares, es útil en toda causa y efecto, etc. En lo que concierne a todas las Escrituras reveladas, él cita el Skanda Purāṇa de la siguiente manera, en relación con los temas acerca de Brahmā y Nārada:

saṁsāre ’smin mahā-ghore
janma-mṛtyu-samākule
pūjanaṁ vāsudevasya
tārakaṁ vādibhiḥ smṛtam

En el mundo material, que está lleno de oscuridad y peligros, ello debido al nacimiento y la muerte, y que está lleno de diferentes ansiedades, la única manera de salirse del gran enredo consiste en adoptar el amoroso y trascendental servicio devocional del Señor Vāsudeva. Esto lo aceptan todas las clases de filósofos.

Śrīla Jīva Gosvāmī también cita otro pasaje común, el cual se encuentra en tres Purāṇas, es decir, en el Padma Purāṇa, en el Skanda Purāṇa y en el Liṅga Purāṇa, y que reza lo siguiente:

āloḍya sarva-śāstrāni
vicārya ca punaḥ punaḥ
idam ekaṁ suniṣpannaṁ
dhyeyo nārāyaṇaḥ sadā

«En virtud del análisis minucioso de todas las Escrituras reveladas y de juzgarlas una y otra vez, se concluye ahora que el Señor Nārāyaṇa es la Suprema Verdad Absoluta, y, así pues, solo Él ha de ser adorado».

La misma verdad se describe también indirectamente en el Garuḍa Purāṇa, de la siguiente manera:

parāṁ gato ’pi vedānāṁ
sarva-śāstrārtha-vedy api
yo na sarveśvare bhaktas
taṁ vidyāt puruṣādhamam

«Aunque se haya ido al otro lado de todos los Vedas y aunque se esté bien versado en todas las Escrituras reveladas, si uno no es devoto del Señor Supremo se debe considerar que es lo más bajo de la humanidad». En forma similar, esto se declara también indirectamente en el Śrīmad-Bhāgavatam (5.18.12), de la siguiente manera:

yasyāsti bhaktir bhagavaty akiñcanā
sarvair guṇais tatra samāsate surāḥ
harāv abhaktasya kuto mahad-guṇā
mano-rathenāsati dhāvato bahiḥ

Aquel que posee una devoción resuelta por la Suprema Personalidad de Dios, ha de tener todas las buenas cualidades de los semidioses, y, por el contrario, aquel que no es un devoto del Señor, ha de encontrarse revoloteando en la oscuridad de la especulación mental, y, así pues, ha de estar dedicado a lo material y temporal. El Śrīmad-Bhāgavatam (11.11.18) dice:

śabda-brahmaṇi niṣṇāto
na niṣṇāyāt pare yadi
śramas tasya śrama-phalo
hy adhenum iva rakṣataḥ

«Puede que uno esté bien versado en toda la literatura trascendental de los Vedas, pero si no conoce del Supremo, entonces debe concluirse que toda su educación es como la carga de una bestia o como mantener una vaca que no da leche».

De igual manera, todo el mundo está dotado de la libertad de prestarle al Señor un trascendental servicio amoroso, incluso las mujeres, los śūdras, las tribus de los bosques, o cualesquiera otros seres vivientes nacidos en condiciones pecaminosas.

te vai vidanty atitaranti ca deva-māyāṁ
strī-śūdra-hūṇa-śabarā api pāpa-jīvāḥ
yady adbhuta-krama-parāyaṇa-śīlaśikṣās
tiryag-janā api kimu śruta-dhāraṇā ye

(Bhāg. 2.7.46)

Los más bajos de los seres humanos pueden ser elevados a la más elevada etapa de la vida devocional, si son adiestrados por el maestro espiritual genuino que esté bien versado en el trascendental servicio amoroso del Señor. Si los más bajos pueden elevarse de ese modo, entonces ni qué hablar de los más elevados, que están bien versados en el conocimiento védico. La conclusión es que el servicio devocional del Señor está abierto a todos, sin importar quiénes sean. Esa es la confirmación de su aplicabilidad a todas las clases de ejecutores del servicio.

Por lo tanto, el servicio devocional del Señor con conocimiento perfecto a través del adiestramiento de un maestro espiritual genuino, se le recomienda a todo el mundo, incluso si se da el caso de que uno no sea un ser humano. Esto se confirma en el Garuḍa Purāṇa de la siguiente manera:

kīṭa-pakṣi-mṛgāṇāṁ ca
harau sannyasta-cetasām
ūrdhvām eva gatiṁ manye
kiṁ punar jñānināṁ nṛṇām

«Hasta los gusanos, las aves y las bestias tienen asegurada la ascensión a la vida más elevada y perfecta, si están entregados por completo al trascendental servicio amoroso del Señor; entonces, ¿qué diremos de aquellos que son filósofos entre los seres humanos?».

Así que no hay necesidad de buscar candidatos debidamente capacitados para desempeñar el servicio devocional del Señor. No importa que tengan un buen comportamiento o que estén mal preparados, que sean eruditos o que sean unos necios, que estén excesivamente apegados o que se encuentren en la orden de vida de renuncia, que sean almas liberadas o que estén deseosos de lograr la salvación, que sean inexpertos en el desempeño del servicio devocional o expertos en ello, todos pueden ser elevados a la posición suprema, si realizan servicio devocional bajo la guía apropiada. Esto también se confirma en el Bhagavad-gītā (9.30,32), de la siguiente manera:

api cet sudurācāro
bhajate mām ananya-bhāk
sādhur eva sa mantavyaḥ
samyag vyavasito hi saḥ

māṁ hi pārtha vyapāśritya
ye ’pi syuḥ pāpa-yonayaḥ
striyo vaiśyās tathā śūdrās
te ’pi yānti parāṁ gatim

Incluso si una persona es completamente adicta a toda clase de actos pecaminosos, si de algún modo está dedicada al trascendental servicio amoroso del Señor bajo la guía apropiada, se la debe considerar, sin duda alguna, el santo más perfecto de todos. Y así pues, cualquier persona, sea él o ella lo que sea o como sea —incluso la caída mujer, el obrero poco inteligente, el mercader torpe o incluso un hombre más bajo que todos estos—, puede lograr la perfección más elevada de la vida e ir de vuelta al hogar de vuelta a Dios, siempre y cuando él o ella se refugie en los pies de loto del Señor con toda seriedad. Esta sincera seriedad es la única cualidad que puede conducirlo a uno hacia la etapa más elevada y perfecta de la vida, y a menos que —y solo hasta que— se despierte esa verdadera seriedad, existirán diferencias entre limpieza y suciedad, entendimiento e ignorancia, desde el punto de vista material. El fuego siempre es fuego, y, así pues, si alguien toca el fuego, a sabiendas o no, el fuego actuará a su manera sin hacer ninguna discriminación. El principio es: harir harati pāpāṇi duṣṭa-cittari api smṛtaḥ. El Todopoderoso Señor puede purificar de toda reacción pecaminosa al devoto, tal como el sol puede esterilizar toda clase de infecciones mediante sus poderosos rayos. «La atracción hacia el disfrute material no puede actuar sobre un devoto puro del Señor». Existen cientos y miles de aforismos en las Escrituras reveladas. Ātmārāmāś ca munayaḥ: «Incluso las almas autorrealizadas también están atraídas al trascendental servicio amoroso del Señor». Kecit kevalayā bhaktyā vāsudeva-parāyaṇāḥ: «Por el simple hecho de oír y cantar, uno se vuelve un gran devoto del Señor Vāsudeva». Na calati bhagavat-padāravindāl lava-nimiṣārdham api sa vaiṣṇavāgryaḥ: «A la persona que no se aparta de los pies de loto del Señor ni siquiera por un momento ni por un segundo, se la debe considerar el más grande de todos los vaiṣṇavas». Bhagavat-pārṣadatāṁ prāpte matsevayā pratītaṁ te: «Los devotos puros están convencidos de que lograrán tener la compañía de la Personalidad de Dios, y, en consecuencia, siempre están dedicados al trascendental servicio amoroso del Señor». Por lo tanto, en todos los continentes, en todos los planetas, en todos los universos, el servicio devocional del Señor, o el bhakti-yoga, es algo corriente, y esa es la afirmación que presentan el Śrīmad-Bhāgavatam y las Escrituras afines. «En todas partes» significa en cada una de las partes de la creación del Señor. El Señor puede ser servido con todos los sentidos o, incluso, solo con la mente. El brāhmaṇa de la India del Sur que sirvió al Señor solo con la mente, también logró una comprensión perfecta y verdadera del Señor. El devoto que ocupa por completo cualquiera de sus sentidos en la modalidad del servicio devocional, tiene garantizado el éxito. Al Señor se puede servir con cualquier artículo, hasta con la cosa más común de todas —una flor, una hoja, una fruta o un poco de agua, que puede conseguirse en cualquier parte del universo y sin costo alguno—, y, así pues, el Señor es servido en todas partes del universo por las entidades del universo. A Él se lo puede servir con solo oír, con solo cantar o leer acerca de Sus actividades, o con solo adorarlo y aceptarlo.

En el Bhagavad-gītā se declara que uno puede servir al Señor ofreciendo el resultado de su trabajo; no importa lo que uno haga. En general, puede que los hombres digan que todo lo que hacen está inspirado por Dios; pero eso no es todo. Uno debe trabajar verdaderamente en nombre de Dios, como un sirviente de Dios. El Señor dice en el Bhagavad-gītā (9.27):

yat karoṣi yad aśnāsi
yaj juhoṣi dadāsi yat
yat tapasyasi kaunteya
tat kuruṣva mad-arpaṇam

Haz todo lo que te guste o todo lo que te resulte más fácil de hacer, come todo lo que hayas de comer, sacrifica todo lo que puedas sacrificar, da caridad como lo desees y sométete a toda penitencia que quieras, pero todo debes hacerlo solo por Él. Si te dedicas a los negocios o si aceptas algún empleo, hazlo por el Señor. Todo lo que comas puedes ofrecérselo al Señor, y tener la seguridad de que Él te devolverá la comida después de Él Mismo comerla. Él es el todo completo, y, por lo tanto, todo lo que Él come según se lo haya ofrecido el devoto, se acepta en virtud del amor del devoto, pero de nuevo se le devuelve a este en la forma de prasāda, de manera que pueda sentirse feliz al comer. En otras palabras, se un sirviente de Dios y vive apaciblemente en ese estado de conciencia, para finalmente regresar al hogar, de vuelta a Dios.

Se dice en el Skanda Purāṇa:

yasya smṛtyā ca nāmoktyā
tapo-yajña-kriyādiṣu
nūnaṁ sampūrṇatām eti
sadyo vande tam acyutam

«Yo le ofrezco mis reverencias a Él, el infalible, ya que con solo recordarlo o proferir Su santo nombre, uno puede lograr la perfección de todas las penitencias, sacrificios y actividades fruitivas, y ese proceso puede seguirlo todo el universo». Se estipula que (Bhāg. 2.3.10):

akāmaḥ sarva-kāmo vā
mokṣa-kāma udāra-dhīḥ
tīvreṇa bhakti-yogena
yajeta puruṣaṁ param

«Bien sea que una persona esté llena de deseos o que no tenga deseos, puede seguir este sendero del infalible bhakti-yoga, para lograr la completa perfección». Uno no tiene que estar ansioso de apaciguar a todos y cada uno de los semidioses y semidiosas, debido a que la raíz de todos ellos es la Personalidad de Dios. Así como al verter agua en la raíz del árbol uno sirve y da vida a todas las ramas y hojas, así mismo al prestarle servicio al Señor Supremo, uno sirve automáticamente a todo dios y diosa sin un esfuerzo adicional. El Señor es omnipresente, y, por lo tanto, el servicio que se le presta a Él también es omnipresente. Este hecho se corrobora en el Skanda Purāṇa de la siguiente manera:

arcite deva-deveśe
śaṅkha-cakra-gadā-dhare
arcitāḥ sarva-devāḥ syur
yataḥ sarva-gato hariḥ

Cuando se adora al Señor Supremo, la Personalidad de Dios, quien lleva en Sus manos una caracola, un disco, una maza y una flor de loto, sin duda que todos los demás semidioses son adorados de forma automática, debido a que Hari, la Personalidad de Dios, es omnipresente. Así pues, en todos los casos, es decir, nominativo, objetivo, causativo, dativo, ablativo, posesivo y sustentante, todo el mundo se beneficia de ese trascendental servicio amoroso que se le presta al Señor. El hombre que adora al Señor, el propio Señor que es adorado, la causa por la cual se adora al Señor, la fuente de los suministros, el lugar donde se realiza dicha adoración, etc., todo se beneficia con semejante acción.

El proceso de bhakti-yoga puede aplicarse incluso durante la aniquilación del mundo material. Kālena naṣṭā pralaye vāṇīnam: el Señor es adorado durante la devastación, debido a que Él protege los Vedas de ser aniquilados. Él es adorado en cada milenio o yuga. Como se dice en el Śrīmad-Bhāgavatam (12.3.52):

kṛte yad dhyāyato viṣṇuṁ
tretāyāṁ yajato makhaiḥ
dvāpare paricaryāyāṁ
kalau tad dhari-kīrtanāt

En el Viṣṇu Purāṇa está escrito:

sa hānis tan mahac chidraṁ
sa mohaḥ sa ca vibhramaḥ
yan-muhūrtaṁ kṣaṇaṁ vāpi
vāsudevaṁ na cintayet

«Si tan siquiera por un momento se pierde el recuerdo de Vāsudeva, la Suprema Personalidad de Dios, ello constituye la pérdida, la ilusión y la anomalía más grande de todas». El Señor puede ser adorado en todas las etapas de la vida. Por ejemplo, Mahārāja Prahlāda y Mahārāja Parīkṣit adoraron al Señor aun mientras se encontraban en el vientre de sus madres; Dhruva Mahārāja adoró al Señor incluso en su misma infancia, cuando tenía tan solo cinco años de edad; Mahārāja Ambarīṣa adoró al Señor incluso durante su plena juventud; y Mahārāja Dhṛtarāṣṭra adoró al Señor aun en la última etapa de su frustración y de su vejez. Ajāmila adoró al Señor incluso a la hora de la muerte, y Citraketu adoró al Señor incluso en el cielo y el infierno. En el Narasiṁha Purāṇa se dice que cuando los habitantes del infierno comenzaron a cantar el santo nombre del Señor, comenzaron a ser elevados del infierno al cielo. Durvāsā Muni también sostuvo este punto de vista: mucyeta yan-nāmny udite nārako ’pi. «Simplemente por cantar el santo nombre del Señor, los habitantes del infierno quedaron libres de su persecución infernal». Así que la conclusión del Śrīmad-Bhāgavatam, tal como se la da Śukadeva Gosvāmī a Mahārāja Parīkṣit, es:

etan nirvidyamānānām
icchatām akuto-bhayam
yogināṁ nṛpa nirṇītaṁ
harer nāmānukīrtanam

«¡Oh, rey, se ha decidido finalmente que todo el mundo, es decir, aquellos que se encuentran en la orden de vida de renuncia, los místicos y los disfrutadores del trabajo fruitivo, deben cantar el santo nombre del Señor sin temor, para lograr el éxito deseado en sus ocupaciones» (Bhāg. 2.1.11).

De igual manera, tal como se indica indirectamente en diversos lugares de las Escrituras reveladas:

1. Aun a pesar de que se esté bien versado en todos los Vedas y Escrituras, si uno no es devoto del Señor Supremo, la Personalidad de Dios, se considera que es lo más bajo de la humanidad.

2. En el Garuḍa Purāṇa, en el Bṛhan-nāradīya Purāṇa y en el Padma Purāṇa se repite lo mismo: ¿De qué sirve el conocimiento védico y las penitencias a alguien que se encuentra desprovisto del servicio devocional del Señor?

3. Ni siquiera miles de prajāpatis pueden compararse con un devoto del Señor.

4. Śukadeva Gosvāmī dijo (Bhāg. 2.4.17) que ni el asceta, ni aquel que es sumamente munífico, ni aquel que es famoso, ni el gran filósofo, ni el gran ocultista, ni ninguna otra persona, puede alcanzar el resultado deseado, sin estar dedicado al servicio del Señor.

5. Incluso si un lugar es más glorioso que el cielo, si en él no hay glorificación del Señor de Vaikuṇṭha ni de Su devoto puro, debe ser abandonado de inmediato.

6. El devoto puro rehúsa aceptar todos los cinco diferentes tipos de liberación, con objeto de estar dedicado al servicio del Señor.

La conclusión final es, entonces, que las glorias del Señor deben ser proclamadas siempre y en todas partes. Uno debe oír hablar de Sus glorias, uno debe cantar Sus glorias, y uno siempre debe recordar Sus glorias, debido a que ello constituye la etapa más elevada y perfecta de la vida. En lo que se refiere al trabajo fruitivo, el mismo se limita a conseguir un cuerpo disfrutable; en lo que se refiere al yoga, este se limita a la adquisición de poder místico; en lo que se refiere a la filosofía empírica, esta se limita a la obtención de conocimiento trascendental; y en lo que se refiere al conocimiento trascendental, el mismo se limita al logro de la salvación. Incluso si se adoptan esos procesos, hay muchas probabilidades de que haya discrepancias al desempeñar el tipo específico de funciones. Pero la adopción del trascendental servicio devocional del Señor no tiene límites, ni tampoco existe el temor de caerse. El proceso alcanza automáticamente la etapa final por la gracia del Señor. En la etapa preliminar del servicio devocional existe un aparente requisito de conocimiento, pero en una etapa más elevada no hay necesidad de él. De modo que, el mejor sendero del progreso y el único que está garantizado, consiste en dedicarse al bhakti-yoga, el servicio devocional puro.

La crema del Śrīmad-Bhāgavatam, que se encuentra en los cuatro ślokas anteriores, es exprimida algunas veces por el impersonalista en pos de diferentes interpretaciones a su favor, pero debe notarse cuidadosamente que los cuatro ślokas fueron expuestos primero por la propia Personalidad de Dios, y, por ello, el impersonalista no tiene ninguna posibilidad de penetrarlos, debido a que no tiene ningún concepto acerca de la Personalidad de Dios. Por consiguiente, puede que el impersonalista exprima cualesquiera interpretaciones de ellos, pero esas interpretaciones nunca serán aceptadas por aquellos que han sido educados en la sucesión discipular que proviene de Brahmā, según se aclarará en los versos siguientes. Además de eso, el śruti confirma que la Suprema Verdad Absoluta y Personalidad de Dios nunca se le revela a alguien que está falsamente orgulloso de su conocimiento académico. El śruti-mantra dice claramente (Kaṭha Up. 1.2.23):

nāyam ātmā pravacanena labhyo
na medhayā na bahudhā śrutena
yam evaiṣa vṛṇute tena labhyas
tasyaiṣa ātmā vivṛṇute tanuṁ svām

El propio Señor explica todo el asunto, y aquel que no tiene ningún acceso al Señor en Su aspecto personal, difícilmente puede entender el significado del Śrīmad-Bhāgavatam sin ser educado por los bhāgavatas de la sucesión discipular.

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