Text 43
nūnaṁ nṛpāṇāṁ tri-madotpathānāṁ
mahīṁ muhuś cālayatāṁ camūbhiḥ
vadhāt prapannārti-jihīrṣayeśo
’py upaikṣatāghaṁ bhagavān kurūṇām
nūnam—por supuesto; nṛpāṇām—de los reyes; tri—tres; mada-utpathānām—extraviándose por el orgullo falso; mahīm—la Tierra; muhuḥ—constantemente; cālayatām—agitando; camūbhiḥ—por el movimiento de soldados; vadhāt—a partir del acto de matar; prapanna—entregado; ārti-jihīrṣaya—dispuesto a aliviar la aflicción de los que sufren; īśaḥ—el Señor; api—a pesar de; upaikṣata—esperó; agham—ofensas; bhagavān—el Señor Supremo; kurūṇām—de los Kurus.
Aunque [Kṛṣṇa] es el Señor y siempre está dispuesto a aliviar la aflicción de los que sufren, se abstuvo de matar a los Kurus, a pesar de que cometieron toda clase de pecados, y a pesar de que veía a otros reyes agitando constantemente la Tierra con sus fuertes movimientos militares, llevados a cabo bajo los dictados de tres clases de orgullo falso.
SIGNIFICADO: Como se declara en el Bhagavad-gītā, el Señor aparece en el mundo mortal para ejecutar Su muy necesitada misión de matar a los malvados y brindar protección a los fieles que sufren. A pesar de esa misión, Śrī Kṛṣṇa toleró el insulto de los Kurus a Draupadī, y las injusticias perpetradas contra los Pāṇḍavas, así como también los insultos dirigidos contra Él. Pudiera surgir la pregunta siguiente: «¿Por qué toleró dichas injusticias e insultos en Su presencia? ¿Por qué no castigó a los Kurus de inmediato?». Cuando los Kurus insultaron a Draupadī en la asamblea al intentar verla desnuda en presencia de todos, el Señor protegió a Draupadī, suministrándole una ilimitada longitud de tela. Pero no castigó inmediatamente al bando insultante. Este silencio del Señor no significaba, sin embargo, que excusaba las ofensas de los Kurus. Había muchos otros reyes en la Tierra que se habían vuelto muy orgullosos de las tres clases de posesiones —riqueza, educación y seguidores—, y estaban constantemente agitando la Tierra con movimientos de poderío militar. El Señor estaba solo esperando reunirlos en el campo de batalla de Kurukṣetra y matarlos a todos al mismo tiempo, únicamente para tomar un atajo en Su misión de matar. Los reyes o los cabezas de estado ateos, cuando se envanecen por el avance de la riqueza material, la educación y el aumento de la población, siempre hacen un espectáculo de poderío militar y crean problemas a la gente inocente. Cuando Śrī Kṛṣṇa Se encontraba presente personalmente, había muchos reyes de esos por todas partes del mundo, y, en consecuencia, organizó la batalla de Kurukṣetra. En Su manifestación de viśva-rūpa, el Señor expresó de la siguiente manera Su misión de matar: «Yo he descendido voluntariamente a la Tierra en Mi carácter de Tiempo inexorable, para disminuir la población no deseada. Acabaré con todos los que se han reunido aquí, con excepción de vosotros, los Pāṇḍavas. Esta matanza no depende de que tú participes en ella. Ya está decidido: todos serán muertos por Mí. Si quieres volverte famoso como el héroe del campo de batalla y así disfrutar del botín de la guerra, entonces, ¡oh, Savyasācī!, solo conviértete en la causa inmediata de esta matanza, y recibe así el mérito. Ya Yo he matado a todos los grandes guerreros —Bhīṣma, Droṇa, Jayadratha, Karṇa y muchos otros grandes generales—. No te preocupes. Lucha en la batalla y vuélvete famoso como gran héroe» (Bg. 11.32-34).
El Señor siempre quiere ver a Su devoto como héroe de algún episodio que Él mismo ejecuta. Quería ver a Su devoto y amigo Arjuna como héroe de la batalla de Kurukṣetra, y, así pues, esperó a que todos los malvados del mundo se reunieran. Esa, y ninguna otra, es la explicación de Su espera.