Text 31
tābhyāṁ miṣatsv animiṣeṣu niṣidhyamānāḥ
svarhattamā hy api hareḥ pratihāra-pābhyām
ūcuḥ suhṛttama-didṛkṣita-bhaṅga īṣat
kāmānujena sahasā ta upaplutākṣāḥ
tābhyām—por aquellos dos porteros; miṣatsu—mientras miraban; animiṣeṣu—semidioses que vivían en Vaikuṇṭha; niṣidhyamānāḥ—prohibiéndoseles; su-arhattamāḥ—las personas que, con mucho, eran las más aptas; hi api—aunque; hareḥ—de Hari, la Suprema Personalidad de Dios; pratihāra-pābhyām—por los dos porteros; ūcuḥ—dijeron;
suhṛt-tama—más querido; didṛkṣita—gran deseo por ver; bhaṅge—impedimento; īṣat—leve; kāma-anujena—por el hermano menor de la lujuria (ira); sahasā—de súbito; te—aquellos grandes sabios; upapluta—excitados; akṣāḥ—ojos.
Cuando los Kumāras, que eran, con mucho, las personas más aptas, vieron que los dos porteros principales de Śrī Hari les prohibían de aquel modo la entrada mientras otras divinidades lo veían, sus ojos de súbito enrojecieron de ira, debido al gran deseo que sentían por ver a su muy querido amo, Śrī Hari, la Personalidad de Dios.
SIGNIFICADO: De acuerdo con el sistema védico, el sannyāsī, persona en la orden de vida de renunciación, viste con ropas de color azafrán. Ese vestido azafrán es, prácticamente, un pasaporte que sirve al mendicante y sannyāsī para ir a todas partes. El deber del sannyāsī es iluminar a la gente con conciencia de Kṛṣṇa. Aquellos que están en la orden de vida de renunciación no tienen ninguna ocupación aparte de predicar las glorias y la supremacía de la Suprema Personalidad de Dios. Es este el motivo del concepto sociológico védico de que no se deben limitar los movimientos de un sannyāsī; se le permite ir a donde guste y cuando guste, y no se le niega ningún obsequio que pueda pedir a un casado. Los cuatro Kumāras fueron a ver a la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa. La palabra suhṛttama, «el mejor de los amigos», es importante. Como afirma Śrī Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā, Él es el mejor amigo de todas las entidades vivientes. Suhṛdaṁ sarva-bhūtānām. Nadie puede ser un mejor amigo y bienqueriente de toda entidad viviente que la Suprema Personalidad de Dios. Él guarda tan buena disposición hacia todos que, a pesar de que nosotros hemos olvidado completamente nuestra relación con el Señor Supremo, Él mismo viene —a veces en persona, tal como advino Śrī Kṛṣṇa en la Tierra, y a veces como Su devoto, tal como lo hizo Śrī Caitanya Mahāprabhu— y, a veces, envía a Sus devotos fidedignos para rescatar a las almas caídas. Por lo tanto, Él es el mayor amigo y bienqueriente de todos, y los Kumāras Le querían ver. Los porteros debían haber sabido que los cuatro sabios no buscaban ninguna otra cosa, y por esta causa cortarles el paso al palacio no fue lo apropiado.
En este verso se afirma, en sentido figurado, que el hermano menor del deseo apareció de súbito en persona cuando se prohibió a los sabios que viesen a su muy querida Personalidad de Dios. El hermano menor del deseo es la ira. Si se tiene un deseo y no se satisface, viene detrás el hermano menor, la ira. Aquí podemos señalar que hasta grandes personas santas como los Kumāras se pusieron furiosos, pero su ira no provenía de sus intereses personales. Estaban enfadados porque se les prohibió entrar al palacio para ver a la Personalidad de Dios. En consecuencia, la teoría de que en el estado de perfección no se debe tener ira no se corrobora en este verso. La ira seguirá, incluso en el estado liberado. Esos cuatro hermanos mendicantes, los Kumāras, eran considerados personas liberadas, pero, aun así, se enfadaron cuando se pusieron barreras a su servicio al Señor. La diferencia entre la ira de una persona común y la de una persona liberada es que la persona común se enfada porque no se están satisfaciendo los deseos de sus sentidos, mientras que la persona liberada, como los Kumāras, se enfada cuando se restringe la puesta en práctica de sus deberes en el servicio a la Suprema Personalidad de Dios.
En el verso precedente se ha mencionado claramente que los Kumāras eran personas liberadas. Viditātma-tattva quiere decir: «aquel que entiende la verdad de la comprensión del yo». Aquel que no entiende la verdad de la comprensión del yo recibe el nombre de ignorante, pero el que entiende el yo, el Superyo, su interrelación, y las actividades en el nivel de comprensión del yo, se llama viditātma-tattva. Aunque los Kumāras eran ya personas liberadas, no obstante, se enfadaron. Este hecho es muy importante. Llegar al estado liberado no requiere la pérdida de las actividades sensoriales de la persona. Las actividades de los sentidos continúan, incluso en el estado liberado. La diferencia, sin embargo, es que las actividades de los sentidos cuando se ha alcanzado la liberación se aceptan solo si están conectadas con la conciencia de Kṛṣṇa, mientras que las actividades en la etapa condicionada se dirigen a la complacencia personal de los sentidos.