Text 11
ye brāhmaṇān mayi dhiyā kṣipato ’rcayantas
tuṣyad-dhṛdaḥ smita-sudhokṣita-padma-vaktrāḥ
vāṇyānurāga-kalayātmajavad gṛṇantaḥ
sambodhayanty aham ivāham upāhṛtas taiḥ
ye—las personas que; brāhmaṇān—los brāhmaṇas; mayi—en Mí; dhiyā—con inteligencia; kṣipataḥ—pronunciando palabras ásperas; arcayantaḥ—respetando; tuṣyat—alegres; hṛdaḥ—corazones; smita—sonriendo; sudhā—néctar; ukṣita—húmedo; padma—parecidos al loto; vaktrāḥ—rostros; vāṇyā—con palabras; anurāga-kalayā—cariñosas; ātmaja-vat—como un hijo; gṛṇantaḥ—alabando; sambodhayanti—apaciguan; aham—Yo; iva—como; aham—Yo; upāhṛtaḥ—siendo controlado; taiḥ—por ellos.
Por otra parte, arrebatan Mi corazón aquellos que interiormente son alegres, y que, con rostros de loto iluminados por sonrisas nectáreas, respetan a los brāhmaṇas, incluso aunque estos pronuncien palabras ásperas. Ellos ven en los brāhmaṇas Mi propio Ser, y les apaciguan alabándoles con palabras cariñosas, tal como un hijo calmaría a un padre enfadado o tal como Yo les apaciguo a ustedes.
SIGNIFICADO: En muchos ejemplos de las Escrituras védicas se ha visto que cuando los brāhmaṇas o vaiṣṇavas maldicen a alguien con enfado, la persona maldecida no trata a los brāhmaṇas o vaiṣṇavas de la misma manera. De esto hay muchos ejemplos. Citemos el caso de los hijos de Kuvera cuando el gran sabio Nārada les maldijo: no se vengaron usando la misma aspereza, sino que fueron sumisos. También aquí, cuando los cuatro Kumāras maldijeron a Jaya y Vijaya, estos no adoptaron contra ellos una actitud áspera; por el contrario, fueron sumisos. Esta debe ser la manera de tratar con brāhmaṇas y vaiṣṇavas. Quizás a veces nos venga al encuentro una situación penosa que un brāhmaṇa provoque, pero en vez de chocar con él con una actitud parecida, hay que intentar apaciguarle con un rostro sonriente y un trato suave. A los brāhmaṇas y los vaiṣṇavas hay que aceptarles como representantes de Nārāyaṇa en la Tierra. En los tiempos que corren, ciertas personas necias se han inventado el término «daridra-nārāyaṇa», que indica que debe aceptarse como representante de Nārāyaṇa al hombre pobre. Pero no descubrimos en las Escrituras védicas que haya que tratar como representantes de Nārāyaṇa a los hombres pobres. Por supuesto, se menciona aquí a «los que no tienen protección», pero en los śāstras está clara la definición de esta frase. No debe faltar protección a los hombre pobres, pero el brāhmaṇa en especial debe ser tratado como representante de Nārāyaṇa, y se le debe adorar igual que a Él. Se dice, concretamente, que, para apaciguar a los brāhmaṇas, el propio rostro debe parecerse al loto. Cuando se está adornado con amor y afecto, se exhibe un rostro como el loto. En relación con esto, el ejemplo del padre enfadado con el hijo y el hijo intentando apaciguar al padre con sonrisas y palabras dulces es muy apropiado.