Text 21
yas tāṁ vivikta-caritair anuvartamānāṁ
nātyādriyat parama-bhāgavata-prasaṅgaḥ
sa tvaṁ dvijānupatha-puṇya-rajaḥ-punītaḥ
śrīvatsa-lakṣma kim agā bhaga-bhājanas tvam
yaḥ—la cual; tām—Lakṣmī; vivikta—completamente puros; caritaiḥ—servicios devocionales; anuvartamānām—sirviendo; na—no; atyādriyat—apegado; parama—los más elevados; bhāgavata—devotos; prasaṅgaḥ—apegado; saḥ—el Señor Supremo; tvam—Tú; dvija—de los brāhmaṇas; anupatha—en el camino; puṇya—santificado; rajaḥ—polvo; punītaḥ—purificado; śrīvatsa—de Śrīvatsa; lakṣma—la marca; kim—qué; agāḥ—Tú obtuviste; bhaga—toda opulencia o toda buena cualidad; bhājanaḥ—el depositario; tvam—Tú.
¡Oh, Señor! Te apegas en exceso a las actividades de Tus devotos puros, pero nunca Te apegas a las diosas de la fortuna que, sin cesar, se ocupan en Tu amoroso servicio trascendental. ¿Cómo va entonces a purificarte el polvo del camino que recorren los brāhmaṇas?; y ¿cómo pueden las marcas de Śrīvatsa de Tu pecho volverte glorioso o darte buena fortuna?
SIGNIFICADO: En la Brahma-saṁhitā se dice que muchos cientos de miles de diosas de la fortuna sirven siempre al Señor en Su planeta Vaikuṇṭha; pero, por Su actitud de renuncia hacia toda opulencia, no está apegado a ninguna de ellas. El Señor tiene seis opulencias: riqueza ilimitada, fama ilimitada, fuerza ilimitada, belleza ilimitada, conocimiento ilimitado, y renunciación ilimitada. Todos los semidioses y las restantes entidades vivientes adoran a Lakṣmī, la diosa de la fortuna, nada más que para conseguir su favor, pero el Señor nunca Se apega a ella, porque puede crear un número ilimitado de tales diosas para Su servicio trascendental. La diosa de la fortuna, Lakṣmī, a veces envidia a las hojas de tulasī que se ponen a los pies de loto del Señor, pues permanecen fijas allí y no se mueven, mientras que Lakṣmījī, aunque reside en el pecho del Señor, tiene a veces que complacer a otros devotos que oran en busca de su favor. Lakṣmījī a veces tiene que ir a satisfacer a sus numerosos devotos, pero las hojas de tulasī nunca abandonan su posición, y el Señor aprecia más, por lo tanto, el servicio de tulasī que el servicio de Lakṣmī. En consecuencia, cuando el Señor dice que Lakṣmījī no Le deja debido a la misericordia sin causa de los brāhmaṇas, podemos comprender que Lakṣmījī se ve atraída por la opulencia del Señor, y no por las bendiciones que los brāhmaṇas Le dirigen. La opulencia del Señor no depende de la misericordia de nadie; Él goza siempre de autosuficiencia. Cuando el Señor declara que Su opulencia se debe a la bendición de los brāhmaṇas y vaiṣṇavas, lo hace únicamente para enseñar a los demás que deben ofrecer respeto a los brāhmaṇas y vaiṣṇavas, los devotos del Señor.