Text 61
manasaś candramā jāto
buddhir buddher girāṁ patiḥ
ahaṅkāras tato rudraś
cittaṁ caityas tato ’bhavat
manasaḥ—de la mente; candramāḥ—la Luna; jātaḥ—apareció; buddhiḥ—inteligencia; buddheḥ—de la inteligencia; girām patiḥ—el señor del habla (Brahmā); ahaṅkāraḥ—ego falso; tataḥ—entonces; rudraḥ—el Señor Śiva; cittam—conciencia; caityaḥ—la deidad que rige la conciencia; tataḥ—entonces; abhavat—apareció.
Después de la mente apareció la Luna. Luego, la inteligencia, y después de la inteligencia, el Señor Brahmā. A continuación, apareció el ego falso, seguido del Señor Śiva, y tras él, la conciencia y su deidad regente.
SIGNIFICADO: La Luna apareció después de la mente, lo cual indica que la Luna es la deidad regente de la mente. De la misma manera, el Señor Brahmā, quien aparece tras la inteligencia, es la deidad regente de la inteligencia, y el Señor Śiva, que aparece después del ego falso, es su deidad regente. En otras palabras, se indica que el dios de la luna está bajo la influencia de la modalidad de la bondad, mientras que el Señor Brahmā está influenciado por la pasión, y el Señor Śiva por la ignorancia. El hecho de que la conciencia aparezca después del ego falso indica que, desde el prinicipio, la conciencia material está bajo la modalidad de la ignorancia y que, en consecuencia, uno tiene que purificarse purificando su conciencia. Ese proceso purificatorio se denomina proceso de la conciencia de Kṛṣṇa. Una vez que la conciencia se purifica, el ego falso desaparece. La identificación del cuerpo con el ser recibe el nombre de identificación falsa, o ego falso. El Señor Caitanya confirma esto en Su Śikṣāṣṭaka, donde afirma que el primer resultado de cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa es que se limpia la suciedad de la conciencia, o del espejo de la mente, con lo cual se extingue inmediatamente el ardiente fuego de la existencia material. El fuego ardiente de la existencia material se debe al ego falso; cuando este ego falso se elimina, podemos entender nuestra identidad verdadera. En ese momento, estamos verdaderamente liberados de las garras de māyā. La inteligencia de quien se libera de las garras del ego falso también se purifica de inmediato; a partir de entonces, su mente medita siempre en los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios.
La Suprema Personalidad de Dios advino en el día de la luna llena en la forma de Gauracandra, la inmaculada Luna trascendental. La luna material tiene manchas, pero en la luna trascencental, Gauracandra, no hay manchas. Para fijar la mente purificada en el servicio al Señor Supremo, hay que adorar a la luna inmaculada, Gauracandra. Los que son materialmente apasionados o quieren manifestar su inteligencia en busca del progreso material de la vida, generalmente adoran al Señor Brahmā, y las personas inmersas en la burda ignorancia de identificarse con el cuerpo, adoran al Señor Śiva. Materialistas como Hiraṇyakaśipu y Rāvaṇa son adoradores del Señor Brahmā o del Señor Śiva, pero Prahlāda y otros devotos ocupados en el servicio consciente de Kṛṣṇa, adoran al Señor Supremo, la Personalidad de Dios.