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Text 27

atha māṁ sarva-bhūteṣu
bhūtātmānaṁ kṛtālayam
arhayed dāna-mānābhyāṁ
maitryābhinnena cakṣuṣā


atha—en consecuencia; mām—a Mí; sarva-bhūteṣu—en todas las criaturas; bhūta-ātmānam—el Ser en todos los seres; kṛta-ālayam—morando; arhayet—debe propiciar; dāna-mānābhyām—por medio de caridad y respeto; maitryā—por medio de amistad; abhinnena—ecuánime; cakṣuṣā—por ver.


En consecuencia, por medio de atenciones y caridad, así como por medio de tratos amistosos y con una visión ecuánime hacia todos, el devoto debe granjearse Mi favor, pues Yo resido en todas las criaturas y soy su mismo Ser.


SIGNIFICADO: La Superalma mora en el corazón de la entidad viviente, ello no debe llevarnos a la interpretación errónea de que el alma individual se ha vuelto uno con Él. El impersonalista sostiene un concepto erróneo acerca de la igualdad de la Superalma y el alma individual. Aquí se menciona inequívocamente que se debe reconocer al alma individual en relación con la Suprema Personalidad de Dios. Se explica también que los métodos para adorar al alma individual son, o bien la caridad, o bien un comportamiento amistoso, libre de todo enfoque separatista. El impersonalista a veces considera que un alma individual pobre es daridra-nārāyaṇa, en el sentido de que Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, se ha vuelto pobre. Eso es una contradicción. La Suprema Personalidad de Dios goza de toda opulencia en plenitud. Que Él acceda a vivir con un alma pobre, o incluso con un animal, no Le convierte en un pobre.


Aquí se emplean dos palabras sánscritas: māna y dāna. Māna indica «un superior», y dāna indica «el que da caridad o es compasivo con los inferiores». No podemos tratar a la Suprema Personalidad de Dios como a un inferior que depende de nuestra caridad. La caridad se le da a una persona económica o materialmente inferior a nosotros. La caridad no se le da a una persona rica. De manera similar, aquí se afirma explícitamente que a un superior se le ofrece māna, respeto, y que la caridad se ofrece a los inferiores. Las entidades vivientes pasan de la riqueza a la pobreza según los resultados de sus actividades fruitivas, pero la Suprema Personalidad de Dios es inmutable; siempre goza de plenitud en seis opulencias. Ecuanimidad no implica tratar a las entidades vivientes como si fuesen la Suprema Personalidad de Dios. Ser compasivo y amistoso con alguien no significa exaltarle artificialmente a la elevada posición de la Suprema Personalidad de Dios. Al mismo tiempo, tampoco debemos cometer el error de considerar que la Superalma en el corazón de un animal como el cerdo es distinta de la Superalma en el corazón de un brāhmaṇa erudito. La Superalma de todas las entidades vivientes es la misma Suprema Personalidad de Dios. Por Su omnipotencia, Él puede vivir en todas partes, y puede crear Su morada Vaikuṇṭha en cualquier lugar. Esa es Su potencia inconcebible. Por lo tanto, Nārāyaṇa no Se convierte en un cerdo-Nārāyaṇa por vivir en el corazón del cerdo. Él siempre es Nārāyaṇa, y no Le afecta el cuerpo del cerdo.

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