Text 19
paśyaty ayaṁ dhiṣaṇayā nanu sapta-vadhriḥ
śārīrake dama-śarīry aparaḥ sva-dehe
yat-sṛṣṭayāsaṁ tam ahaṁ puruṣaṁ purāṇaṁ
paśye bahir hṛdi ca caityam iva pratītam
paśyati—ve; ayam—esa entidad viviente; dhiṣaṇayā—con inteligencia; nanu—solo; sapta-vadhriḥ—encerrada en las siete capas de cubiertas materiales; śārīrake—percepciones sensoriales agradables y desagradables; dama-śarīrī—teniendo un cuerpo para el control del ser; aparaḥ—otro; sva-dehe—en su cuerpo; yat—por el Señor Supremo; sṛṣṭayā—dotado; āsam—era; tam—a Él; aham—yo; puruṣam—persona; purāṇam—más vieja; paśye—ve; bahiḥ—fuera; hṛdi—en el corazón; ca—y; caityam—la fuente del ego; iva—en verdad; pratītam—reconocida.
En cuerpos de otro tipo, la entidad viviente solo ve por instinto; su conocimiento se limita a las percepciones agradables y desagradables que experimenta en ellos. Pero yo tengo un cuerpo que me permite controlar los sentidos y entender mi destino; por eso Le ofrezco mis respetuosas reverencias a la Suprema Personalidad de Dios, quien me ha bendecido con este cuerpo y, por Su gracia, me permite verlo dentro y fuera.
SIGNIFICADO: En cierto modo, el proceso de evolución por diversas clases de cuerpos es como el crecimiento de una flor, que pasa por varias etapas: en una primera etapa es un brote, luego comienza a florecer, hasta que alcanza su etapa de esplendor, su plenitud de aroma y belleza. En la evolución gradual hay 8 400 000 especies de cuerpos, y existe un proceso sistemático desde la especie más baja hasta la más elevada. Debido a que ofrece una conciencia con la que escapar de las garras del nacimiento y la muerte, la forma humana de vida se considera la más elevada. En el vientre de su madre, el niño afortunado comprende que su posición es superior, y por ello, se distingue de otros cuerpos. Los animales de cuerpo inferior al ser humano solo son conscientes de lo que atañe a la aflicción o felicidad de sus cuerpos; su pensamiento no puede ir más allá de las necesidades vitales del cuerpo: comer, dormir, aparearse y defenderse. Pero, por la gracia de Dios, en la forma humana de vida la conciencia está tan evolucionada que el hombre puede apreciar lo excepcional de su posición, y con ello, llegar a comprender al Señor Supremo y a su propio ser.
La palabra dama-śarīrī significa que el cuerpo que tenemos nos permite controlar los sentidos y la mente. La vida materialista es complicada porque la mente y los sentidos están descontrolados. Debemos estar agradecidos a la Suprema Personalidad de Dios por habernos dado este valioso cuerpo humano, y debemos utilizarlo apropiadamente. La diferencia entre el animal y el hombre es que el animal no puede controlarse y no tiene sentido de la decencia, mientras que el ser humano tiene sentido de la decencia y puede controlarse. El ser humano que no manifiesta esa capacidad de controlarse, no es mejor que un animal. Mediante el control de los sentidos, mediante el proceso regulativo del yoga, podemos entender la posición de nuestro propio yo, de la Superalma, del mundo y de su interrelación; todo es posible mediante el control de los sentidos. De lo contrario, no somos mejores que animales.
Aquí se explica la verdadera autorrealización, que pasa por el control de los sentidos. Debemos tratar de ver a la Suprema Personalidad de Dios y nuestro propio ser. Pensar que el Supremo y nosotros somos lo mismo no es autorrealización. Aquí se explica claramente que el Señor Supremo es anādi, o purāṇa, y que no tiene ninguna otra causa. La entidad viviente ha nacido como parte integral del Dios Supremo, lo cual se confirma en la Brahma-saṁhitā: anādir ādir govindaḥ: Govinda, la Persona Suprema, no tiene causa. Es innaciente. Pero la entidad viviente nace de Él. Como se confirma en el Bhagavad-gītā: mamaivāṁśaḥ: Tanto la entidad viviente como el Señor Supremo son innacientes, pero debe entenderse que la causa suprema de la parte integral es la Suprema Personalidad de Dios. La Brahma-saṁhitā dice, por lo tanto, que todo ha venido de la Suprema Personalidad de Dios (sarva-kāraṇa-kāraṇam). Esto lo confirma también el Vedānta-sūtra: janmādy asya yataḥ: La Verdad Absoluta es la fuente original del nacimiento de todos. Kṛṣṇa dice también en el Bhagavad-gītā: ahaṁ sarvasya prabhavaḥ: «Yo soy la fuente del nacimiento de todo, incluyendo a Brahmā, a Śiva y a las entidades vivientes». Eso es autorrealización. Debemos saber que estamos bajo el control del Señor Supremo, y no pensar que somos completamente independientes. Si así fuese, ¿por qué íbamos a estar sujetos a la vida condicionada?