Text 19
nūnaṁ daivena vihatā
ye cācyuta-kathā-sudhām
hitvā śṛṇvanty asad-gāthāḥ
purīṣam iva viḍ-bhujaḥ
nūnam—ciertamente; daivena—por la ley del Señor; vihatāḥ—condenados; ye—aquellos que; ca—también; acyuta—del Señor infalible; kathā—relatos; sudhām—néctar; hitvā—habiendo abandonado; śṛṇvanti—escuchan; asat-gāthāḥ—historias de personas materialistas; purīṣam—excremento; iva—como; viṭ-bhujaḥ—comedores de excremento (cerdos).
Esas personas son condenadas por la orden suprema del Señor. Puesto que sienten aversión por el néctar de las actividades de la Suprema Personalidad de Dios, se les compara con los cerdos, que comen excremento. Dejan de escuchar las actividades trascendentales del Señor y se dedican a escuchar las abominables actividades de personas materialistas.
SIGNIFICADO: Todo el mundo es adicto a escuchar acerca de las actividades de otras personas, bien sean estas políticos, hombres ricos o personajes imaginarios cuyas actividades son creación novelesca. Existen muchísimas obras literarias sin sentido, cuentos, y libros de filosofía especulativa. Los materialistas tienen un gran interés en leer ese tipo de literatura, pero cuando les presentamos auténticos libros de conocimiento, como el Śrīmad-Bhāgavatam, el Bhagavad-gītā, el Viṣṇu Purāṇa u otras Escrituras del mundo, como la Biblia y el Corán, no les interesa. Esas personas son condenadas por orden suprema tal como lo son los cerdos. A los cerdos les interesa comer excremento. Si les ofrecemos un delicioso manjar hecho de leche condensada o ghī, no les gustará: preferirían excremento asqueroso y maloliente; eso sí que les parecería muy delicioso. La consideración de que las personas materialistas están condenadas viene de que están interesadas en actividades infernales y no en actividades trascendentales. El mensaje de las actividades del Señor es néctar, y, aparte de ese mensaje, cualquier otra información en que podamos estar interesados es, en realidad, infernal.