Text 11
śrī-bhagavān uvāca
vedāham antar manasīpsitaṁ te
dadāmi yat tad duravāpam anyaiḥ
satre purā viśva-sṛjāṁ vasūnāṁ
mat-siddhi-kāmena vaso tvayeṣṭaḥ
śrī-bhagavān uvāca—la Personalidad de Dios dijo; veda—sé; aham—Yo; antaḥ—dentro; manasi—la mente; īpsitam—lo que tú deseabas; te—tu; dadāmi—Yo te doy; yat—lo cual es; tat—eso; duravāpam—muy difícil de alcanzar; anyaiḥ—por otros; satre—en el sacrificio; purā—en los días de antaño; viśva-sṛjām—de aquellos que expandieron esta creación; vasūnām—de los Vasus; mat-siddhi-kāmena—con un deseo de lograr Mi compañía; vaso—¡oh, Vasu!; tvayā—por ti; iṣṭaḥ—meta final de la vida.
¡Oh, Vasu! Por verlo desde dentro de tu mente, Yo sé lo que deseabas en los días de antaño, cuando los Vasus y otros semidioses responsables de expandir los asuntos universales ejecutaron sacrificios. Tú particularmente deseaste lograr Mi compañía. Eso es algo que a otros les resulta muy difícil de obtener, pero Yo te lo otorgo a ti.
SIGNIFICADO: Uddhava es uno de los acompañantes eternos del Señor, y, en los días de antaño, uno de los ocho Vasus era una porción plenaria suya. Los ocho Vasus y los semidioses del sistema planetario superior, que son responsables de la administración de los asuntos universales, ejecutaron un sacrificio en los días de antaño, deseando satisfacer sus respectivas metas finales en la vida. En esa ocasión, una expansión de Uddhava, actuando como uno de los Vasus, deseó volverse un compañero del Señor. El Señor sabía eso, porque Se encuentra presente en el corazón de todas las entidades vivientes como Paramātmā, la Superconciencia. En el corazón de todos existe una representación de la Superconciencia, que proporciona la memoria a la conciencia parcial de cada entidad viviente. La entidad viviente, como conciencia parcial, olvida los incidentes de su vida pasada, pero la Superconciencia le recuerda cómo actuar en términos del conocimiento que cultivó en el pasado. El Bhagavad-gītā confirma este hecho de diversas maneras: ye yathā māṁ prapadyante tāṁs tathaiva bhajāmy aham (Bg. 4.11), sarvasya cāhaṁ hṛdi sanniviṣṭo mattaḥ smṛtir jñānam apohanām ca (Bg. 15.15).
Todo el mundo tiene la libertad de desear lo que quiera, pero el deseo lo satisface el Señor Supremo. Todo el mundo es independiente para pensar o desear, pero el cumplimiento de ese deseo depende de la voluntad suprema. Esa ley se expresa como: «El hombre propone y Dios dispone». En los días de antaño, cuando los semidioses y Vasus realizaron un sacrificio, Uddhava, como uno de los Vasus, deseó participar de la compañía del Señor, lo cual es muy difícil para aquellos que están dedicados a la especulación filosófica empírica o a las actividades fruitivas. Dichas personas no tienen prácticamente ninguna información acerca de los hechos de volverse un compañero del Señor. Solo los devotos puros pueden saber, por la misericordia del Señor, que la compañía personal del Señor constituye la perfección más elevada de la vida. El Señor aseguró a Uddhava que satisfaría su deseo. Parece ser que cuando el Señor instruyó a Maitreya mediante Su indicación a Uddhava, el gran sabio finalmente se dio cuenta de la importancia de participar de la compañía del Señor.