Text 3
na bhavān avadhīd yakṣān
na yakṣā bhrātaraṁ tava
kāla eva hi bhūtānāṁ
prabhur apyaya-bhāvayoḥ
na—no; bhavān—tú; avadhīt—mataste; yakṣān—a los yakṣas; na—no; yakṣāḥ—los yakṣas; bhrātaram—hermano; tava—tuyo; kālaḥ—tiempo; eva—ciertamente; hi—para; bhūtānām—de entidades vivientes; prabhuḥ—el Señor Supremo; apyaya-bhāvayoḥ—la aniquilación y generación.
En realidad, ni tú has matado a los yakṣas, ni ellos han matado a tu hermano, pues en última instancia la causa de la generación y la aniquilación es el Señor Supremo en Su aspecto de tiempo eterno.
SIGNIFICADO: Cuando el tesorero de los semidioses se dirigió a él tratándole de «intachable» o «libre de pecado», Dhruva Mahārāja, considerándose responsable de la matanza de tantos yakṣas, pudo haber pensado otra cosa de sí mismo. Sin embargo, Kuvera le aseguró que, en realidad, él no había matado a ningún yakṣa; por lo tanto, no había cometido el menor pecado. Había cumplido con su deber de rey, tal como ordenan las leyes de la naturaleza. «Y tampoco debes creer que los yakṣas mataron a tu hermano —dijo Kuvera—. A su debido tiempo, murió, o fue matado, por las leyes de la naturaleza. El tiempo eterno, uno de los aspectos del Señor, es en última instancia el responsable de la aniquilación y la generación. Tú no eres responsable de esas acciones».