Texts 10-11
vayaṁ rājañ jāṭhareṇābhitaptā
yathāgninā koṭara-sthena vṛkṣāḥ
tvām adya yātāḥ śaraṇaṁ śaraṇyaṁ
yaḥ sādhito vṛtti-karaḥ patir naḥ
tan no bhavān īhatu rātave ’nnaṁ
kṣudhārditānāṁ naradeva-deva
yāvan na naṅkṣyāmaha ujjhitorjā
vārtā-patis tvaṁ kila loka-pālaḥ
vayam—nosotros; rājan—¡oh, rey!; jāṭhareṇa—por el fuego del hambre; abhitaptāḥ—muy afligidos; yathā—tal como; agninā—por el fuego; koṭara-sthena—en el hueco de un árbol; vṛkṣāḥ—árboles; tvām—a ti; adya—hoy; yātāḥ—hemos venido; śaraṇam—refugio; śaraṇyam—digno de ser refugio; yaḥ—quien; sādhitaḥ—designado; vṛtti-karaḥ—el que da empleo; patiḥ—señor; naḥ—nuestro; tat—por lo tanto; naḥ—a nosotros; bhavān—Tu Majestad; īhatu—por favor, trata; rātave—de dar; annam—cereales; kṣudhā—con hambre; arditānām—sufriendo; nara-deva-deva—¡oh, amo supremo de todos los reyes!; yāvat na—para que no; naṅkṣyāmahe—perezcamos; ujjhita—privados de; ūrjāḥ—cereales; vārtā—de ocupaciones; patiḥ—el que concede; tvam—tú; kila—en verdad; loka-pālaḥ—el protector de los ciudadanos.
Querido rey, como si fuéramos un árbol que se seca poco a poco debido al fuego encendido en un hueco de su tronco, nos estamos secando debido al fuego del hambre que arde en nuestro estómago. Tú eres el protector de las almas entregadas, y se te ha designado para que nos ocupes. Por consiguiente, acudimos a ti en busca de protección. No solo eres rey; además, eres la encarnación de Dios. En verdad, eres el rey de todos los reyes. Tú puedes darnos toda clase de ocupaciones, pues eres el señor de nuestro sustento. Por todo ello, ¡oh, rey de reyes!, organiza, por favor, el necesario reparto de cereales. Por favor, cuida de nosotros; de lo contrario, pronto moriremos por falta de alimento.
SIGNIFICADO: El rey tiene el deber de velar porque en el estado todos los miembros de los órdenes sociales —brāhmaṇa, kṣatriya, vaiśya y śūdra— estén plenamente ocupados. Del mismo modo que los brāhmaṇas tienen el deber de elegir un rey adecuado, el rey tiene el deber de velar porque todos los varṇas —brāhmaṇa, kṣatriya, vaiśya y śūdra— estén plenamente ocupados en sus respectivos deberes. En el verso se indica que, aunque se había permitido a la gente el libre ejercicio de sus deberes, la gente estaba desempleada. Aunque no eran perezosos, no podían producir alimentos suficientes para aplacar su hambre. Ante ese tipo de dificultades, el pueblo debe acudir al jefe del estado, y el presidente o rey debe aliviar inmediatamente los sufrimientos de la gente con las medidas que sean necesarias.