Text 34
māsmin mahārāja kṛthāḥ sma cintāṁ
niśāmayāsmad-vaca ādṛtātmā
yad dhyāyato daiva-hataṁ nu kartuṁ
mano ’tiruṣṭaṁ viśate tamo ’ndham
mā—no; asmin—en esto; mahā-rāja—¡oh, rey!; kṛthāḥ—hagas; sma—como hiciste en el pasado; cintām—agitación de la mente; niśāmaya—por favor, considera; asmat—mis; vacaḥ—palabras; ādṛta-ātmā—siendo muy respetuoso; yat—debido a; dhyāyataḥ—del que contempla; daiva-hatam—lo que la providencia echa por tierra; nu—ciertamente; kartum—hacer; manaḥ—la mente; ati-ruṣṭam—muy iracunda; viśate—entra; tamaḥ—oscuridad; andham—densa.
Mi querido rey, no te agites ni sientas ansiedad, pues si tus sacrificios no se han celebrado debidamente, se debe a los obstáculos que ha puesto la providencia. Por favor, escucha mis palabras con gran respeto. Siempre debemos recordar que no hay que entristecerse cuando algo ocurre por disposición de la providencia. Cuanto más tratamos de enmendar esos reveses, más nos adentramos en las oscuras regiones del pensamiento materialista.
SIGNIFICADO: A veces las personas santas o muy religiosas también tienen que enfrentarse con reveses de la vida. Esos incidentes deben considerarse obra de la providencia. Tal vez sean causa más que suficiente de infelicidad, pero no hay que tratar de oponerse a ellas, pues cuanto más nos enredamos tratando de contrarrestar esos reveses, más nos adentramos en las oscuras regiones de la ansiedad material. El Señor Kṛṣṇa también nos ha dado un consejo a este respecto: Debemos tolerar las cosas, en lugar de agitarnos.