Text 37
tat tvaṁ narendra jagatām atha tasthūṣāṁ ca
dehendriyāsu-dhiṣaṇātmabhir āvṛtānām
yaḥ kṣetravit-tapatayā hṛdi viśvag āviḥ
pratyak cakāsti bhagavāṁs tam avehi so ’smi
tat—por lo tanto; tvam—tu; nara-indra—¡oh, tú, el mejor de los reyes!; jagatām—de los que se mueven; atha—por lo tanto; tasthūṣām—los inmóviles; ca—también; deha—cuerpo; indriya—sentidos; asu—aire vital; dhiṣaṇā—considerando; ātmabhiḥ—autorrealización; āvṛtānām—los que están cubiertos de ese modo; yaḥ—aquel que; kṣetra-vit—conocedor del campo; tapatayā—mediante, hṛdi—en el corazón; viśvak—en todas partes; āviḥ—manifiesta; pratyak—en cada poro capilar; cakāsti—brillando; bhagavān—la Suprema Personalidad de Dios; tam—a Él; avehi—trata de entender; saḥ asmi—yo soy eso.
Sanat-kumāra aconsejó al rey: Así pues, mi querido rey Pṛthu, trata de entender a la Suprema Personalidad de Dios, que vive en el corazón de todos y acompaña al alma individual en todos los cuerpos, tanto en los que se mueven como en los inmóviles. Las almas individuales están completamente cubiertas con el cuerpo material denso y con el cuerpo sutil, que está hecho de aire vital e inteligencia.
SIGNIFICADO: En este verso se aconseja específicamente que, en lugar de perder el tiempo en el esfuerzo por el crecimiento económico y la complacencia de los sentidos, en la forma de vida humana hay que tratar de cultivar valores espirituales mediante la comprensión de la Suprema Personalidad de Dios, que está en el corazón de todos acompañando al alma individual. El alma individual y la Suprema Personalidad de Dios en Su aspecto de Paramātma se encuentran en el interior del cuerpo, que está cubierto de elementos densos y sutiles. Entender esto es obtener una cultura espiritual verdadera. Hay dos maneras de avanzar en la vida espiritual: el método de los filósofos impersonalistas, y el servicio devocional. El impersonalista llega a la conclusión de que él y el Espíritu Supremo son uno, mientras que los devotos, los personalistas, entienden que la Verdad Absoluta es el predominante supremo y nosotros, las entidades vivientes, somos los predominados, de modo que tenemos el deber de servirle. Los Vedas afirman: tat tvam asi: «tú eres lo mismo», y so ’ham, «yo soy lo mismo». Para los impersonalistas, esos mantras significan que el Señor Supremo, la Verdad Absoluta, es uno con la entidad viviente, pero desde el punto de vista del devoto, esos mantras establecen que tanto el Señor Supremo como nosotros somos uno en calidad. Tat tvam asi, ayam ātmā brahma. Tanto el Señor Supremo como la entidad viviente son espíritu. Quien comprende eso ha alcanzado la autorrealización. La finalidad de la forma de vida humana es entender al Señor Supremo y nosotros mismos mediante el cultivo de conocimiento espiritual. No debemos perder nuestra valiosa vida ocupándonos simplemente en el crecimiento económico y en la complacencia de los sentidos.
En este verso también es importante la palabra kṣetra-vit. Esa palabra se explica en el Bhagavad-gītā (13.2): idaṁ śarīraṁ kaunteya kṣetram ity abhidhīyate. Este cuerpo se denomina kṣetra (el campo de actividades), y los propietarios del cuerpo (el alma individual y la Superalma, que viven en el cuerpo) se denominan kṣetra-vit. Pero existe una diferencia entre los dos tipos de kṣetra-vit. Un kṣetra-vit, o conocedor del cuerpo, es Paramātma, la Superalma, y dirige al alma individual. Cuando seguimos correctamente las directrices de la Superalma, nuestra vida es un éxito. Él nos dirige desde dentro y desde fuera. Desde dentro, es el caitya-guru, el maestro espiritual que está en el corazón. De manera indirecta, también ayuda a la entidad viviente manifestándose externamente en la forma del maestro espiritual. De ambas maneras, el Señor está guiando a la entidad viviente para que pueda terminar con sus actividades materiales e ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios. La presencia del Alma Suprema y del alma individual dentro del cuerpo pueden percibirla todos en el hecho de que mientras ambas almas, el alma individual y la Superalma, viven en el cuerpo, este siempre está fresco y brillante. Sin embargo, tan pronto como abandona la posesión del cuerpo denso, este inmediatamente se descompone. La persona espiritualmente avanzada puede así entender la diferencia entre un cuerpo vivo y un cuerpo muerto. En conclusión, no debemos de perder el tiempo en la supuesta complacencia de los sentidos y en el crecimiento económico, si no que debemos cultivar conocimiento espiritual para entender a la Superalma, al alma individual y la relación que hay entre ellas. De esa manera, con el avance del conocimiento, se puede alcanzar la liberación y el objetivo supremo de la vida. Se dice que cuando alguien emprende el sendero de la liberación, incluso si rechaza sus supuestos deberes en el mundo material, no pierde nada en absoluto. Pero la persona que no emprende ese sendero, sino que se esmera en el cultivo del crecimiento económico y de la complacencia de los sentidos, lo pierde todo. Con respecto a eso, es apropiada la afirmación de Nārada ante Vyāsadeva:
tyaktvā sva-dharmaṁ caraṇāmbujaṁ harer
bhajann apakvo ’tha patet tato yadi
yatra kva vābhadram abhūd amuṣya kiṁ
ko vārtha āpto ’bhajatāṁ sva-dharmataḥ
(Bhāg. 1.5.17)
Una persona que, por sentimentalismo o por la razón que sea, se refugia en los pies de loto del Señor y, al cabo del tiempo, no tiene éxito en alcanzar el objetivo supremo de la vida, o cae por falta de experiencia, no pierde nada. Pero aquel que no adopta el servicio devocional, aunque ejecute sus deberes materiales a la perfección, no gana nada.