Text 29.1b
bhaktiḥ kṛṣṇe dayā jīveṣv
akuṇṭha-jñānam ātmani
yadi syād ātmano bhūyād
apavargas tu saṁsṛteḥ
bhaktiḥ—servicio devocional; kṛṣṇe—a Kṛṣṇa; dayā—misericordia; jīveṣu—a otras entidades vivientes; akuṇṭha-jñānam—conocimiento perfecto; ātmani—del ser; yadi—si; syāt—se vuelve; ātmanaḥ—del propio ser; bhūyāt—debe haber; apavargaḥ—liberación; tu—entonces; saṁsṛteḥ—del cautiverio de la vida material.
Si una entidad viviente adquiere conciencia de Kṛṣṇa y es misericordiosa con los demás, y si su conocimiento de la autorrealización espiritual es perfecto, de inmediato alcanza la liberación del cautiverio de la existencia material.
SIGNIFICADO: Las palabras dayā jīveṣu de este verso, que significan «misericordia hacia las demás entidades vivientes», indican que la entidad viviente, si desea progresar en la autorrealización, debe ser misericordiosa con las demás entidades vivientes. Esto significa que después de alcanzar la perfección y de entender nuestra propia posición como sirvientes eternos de Kṛṣṇa, debemos predicar ese conocimiento. Esa actividad de prédica es la verdadera misericordia hacia las entidades vivientes. Otros tipos de actividades humanitarias pueden traer beneficios temporales para el cuerpo, pero la entidad viviente es alma espiritual, y en última instancia la única manera de ser verdaderamente misericordioso con ella es mediante la revelación de conocimiento acerca de su existencia espiritual. En palabras de Caitanya Mahāprabhu: jīvera ‘svarūpa’ haya—kṛṣṇera ‘nitya-dāsa’: «La entidad viviente es, por constitución, un sirviente de Kṛṣṇa». Debemos conocer este hecho a la perfección, y debemos predicarlo a las masas en general. Si comprendemos que somos sirvientes eternos de Kṛṣṇa, pero no lo predicamos, nuestra comprensión es imperfecta. Por esa razón, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura canta: duṣṭa mana, ¿tumi kisera vaiṣṇava? pratiṣṭhāra tare, nirjanera ghare, tava hari-nāma kevala kaitava: «Mi querida mente, ¿qué clase de vaiṣṇava eres? En busca de prestigio falso y de una reputación material, cantas el mantra Hare Kṛṣṇa en un lugar solitario». De este modo critica a las personas que no predican. En Vṛndāvana hay muchos vaiṣṇavas a quienes no les gusta predicar; hacen una imitación barata de Haridāsa Ṭhākura. Sin embargo, el verdadero resultado de su supuesto canto en lugares solitarios es que se dedican a dormir y a pensar en mujeres y en dinero. De la misma manera, aquel que se ocupa en la adoración en el templo pero no vela por los intereses de las masas o no puede apreciar a los devotos, recibe el nombre de kaniṣṭha-adhikāri:
arcāyām eva haraye
pūjāṁ yaḥ śraddhayehate
na tad-bhakteṣu cānyeṣu
sa bhaktaḥ prākṛtaḥ smṛtaḥ
(Bhāg. 11.2.47)