Text 45
śabda-brahmaṇi duṣpāre
caranta uru-vistare
mantra-liṅgair vyavacchinnaṁ
bhajanto na viduḥ param
śabda-brahmaṇi—en las Escrituras védicas; duṣpāre—ilimitadas; carantaḥ—ocupados en; uru—mucho; vistare—amplio; mantra—de himnos védicos; liṅgaiḥ—con las características; vyavacchinnam—parcialmente poderosos (los semidioses); bhajantaḥ—adorar; na viduḥ—no conocen; param—al Supremo.
Aunque cultivemos el conocimiento védico, que es ilimitado, y adoremos a diversos semidioses mediante los mantras védicos característicos, la adoración de semidioses no nos ayudará a entender a la supremamente poderosa Personalidad de Dios.
SIGNIFICADO: Como se afirma en el Bhagavad-gītā (7.20):
kāmais tais tair hṛta-jñānāḥ
prapadyante ’nya-devatāḥ
taṁ taṁ niyamam āsthāya
prakṛtyā niyatāḥ svayā
«Aquellos cuya inteligencia les ha sido robada por los deseos materiales se entregan a los semidioses y siguen las reglas y regulaciones de adoración específicas que corresponden a su propia naturaleza». El interés de la mayoría de las personas se centra en adorar a los semidioses para adquirir poderes. Cada semidiós tiene un determinado poder. Por ejemplo, el semidiós Indra, el rey del cielo, tiene el poder de derramar lluvia sobre la superficie del globo para que la Tierra dé suficiente vegetación. En relación con este semidiós, los Vedas dicen: vajra-hastaḥ purandaraḥ. Indra dirige el abastecimiento de aguas con un rayo en su mano. El rayo también está bajo el control de Indra. De manera similar, hay otros semidioses, como Agni, Varuṇa, Candra, Sūrya, etc., que tienen poderes específicos. En los himnos védicos, la adoración de esos semidioses se hace a través de sus armas simbólicas. Por eso en este verso se dice: mantra-liṅgair vyavacchinnam. Con esa adoración, los karmīs pueden ser bendecidos con opulencias materiales en forma de animales, riquezas, bellas esposas, muchos seguidores, etc. Sin embargo, con esas opulencias materiales no se puede entender a la Suprema Personalidad de Dios.