Text 19
tathāribhir na vyathate śilīmukhaiḥ
śete ’rditāṅgo hṛdayena dūyatā
svānāṁ yathā vakra-dhiyāṁ duruktibhir
divā-niśaṁ tapyati marma-tāḍitaḥ
tathā—tanto; aribhiḥ—enemigo; na—no; vyathate—es herido; śilīmukhaiḥ—por las flechas; śete—queda; ardita—dolido; aṅgaḥ—una parte; hṛdayena—en el corazón; dūyatā—doler; svānām—de familiares; yathā—como; vakra-dhiyām—engañosos; duruktibhiḥ—por palabras crueles; divā-niśam—día y noche; tapyati—sufre; marma-tāḍitaḥ—aquel de sentimientos heridos.
El Señor Śiva continuó: Las heridas de las flechas de un enemigo no son tan dolorosas como las punzadas de las palabras crueles de un familiar, pues ese dolor continúa lacerando el corazón noche y día.
SIGNIFICADO: Cabía la posibilidad de que Satī estuviera decidida a correr el riesgo de ir a casa de su padre, pensando en ser tolerante con él incluso si este le hablaba con crueldad, pues a veces los hijos son tolerantes con los reproches de sus padres. Pero el Señor Śi va le advirtió que no podría tolerar la crueldad de las palabras de Dakṣa, pues por razones de naturaleza sicológica, aunque podemos soportar el daño que un enemigo nos haga sin pensar demasiado en ello, ya que el dolor causado por los enemigos es natural, el efecto de las palabras insultantes de un familiar se sufre continuamente, de noche y de día, y a veces la herida se hace tan insoportable que induce al suicidio.