Text 24
tat te nirīkṣyo na pitāpi deha-kṛd
dakṣo mama dviṭ tad-anuvratāś ca ye
yo viśvasṛg-yajña-gataṁ varoru mām
anāgasaṁ durvacasākarot tiraḥ
tat—por lo tanto; te—tu; nirīkṣyaḥ—para ser visto; na—no; pitā—tu padre; api—aunque; deha-kṛt—el que te ha dado el cuerpo; dakṣaḥ—Dakṣa; mama—mi; dviṭ—envidioso; tat-anuvratāḥ—sus (de Dakṣa) seguidores; ca—también; ye—quien; yaḥ—quien (Dakṣa); viśva-sṛk—de los viśvasṛks; yajña-gatam—estar presente en el sacrificio; vara-ūru—¡oh, Satī!; mām—a mí; anāgasam—siendo inocente; durvacasā—con palabras crueles; akarot tiraḥ—ha insultado.
Por lo tanto, no debes ir a ver a tu padre, aunque sea quien te dio el cuerpo, pues él y sus seguidores tienen envidia de mí. Por envidia, ¡oh, muy adorable Satī!, me ha insultado con palabras crueles a pesar de que soy inocente.
SIGNIFICADO: Para una mujer, el esposo y el padre son igualmente dignos de adoración. El esposo la protege en la juventud, mientras que el padre la protege durante la infancia. De modo que los dos son dignos de adoración, pero el padre lo es de un modo especial, porque es quien le ha dado el cuerpo. El Señor Śiva le recordó a Satī: «Tu padre es, sin lugar a dudas, digno de tu adoración incluso más que yo; pero ten cuidado; aunque él te ha dado el cuerpo, también puede ser él quien te lo quite, pues cuando le veas, debido a la relación que te une conmigo, podría insultarte. Un insulto de un familiar es peor que la muerte, especialmente si no hemos hecho nada para merecerlo».