Text 17
yathā nabhasy abhra-tamaḥ-prakāśā
bhavanti bhūpā na bhavanty anukramāt
evaṁ pare brahmaṇi śaktayas tv amū
rajas tamaḥ sattvam iti pravāhaḥ
yathā—como; nabhasi—en el cielo; abhra—nubes; tamaḥ—oscuridad; prakāśāḥ—e iluminación; bhavanti—existen; bhū-pāḥ—¡oh, reyes!; na bhavanti—no aparecen; anukramāt—sucesivamente; evam—así; pare—supremo; brahmaṇi—en el Absoluto; śaktayaḥ—energías; tu—entonces; amūḥ—esas; rajaḥ—pasión; tamaḥ—oscuridad; sattvam—bondad; iti—así; pravāhaḥ—emanación.
Mis queridos reyes, en el cielo a veces hay nubes, a veces hay oscuridad, y a veces luz. Esos estados se suceden unos a otros. De la misma manera, en el Absoluto Supremo, las modalidades de la pasión, la oscuridad y la bondad aparecen como energías que se suceden. A veces aparecen, y a veces desaparecen.
SIGNIFICADO: La oscuridad, la luz y las nubes a veces aparecen y a veces desaparecen, pero incluso cuando desaparecen, en potencia, siempre siguen existiendo. En el cielo a veces vemos nubes, a veces lluvia y a veces nieve. A veces vemos la noche, a veces el día, a veces luz y a veces oscuridad. Todo ello debe su existencia al Sol, que no se ve afectado por esos cambios. De la misma manera, la Suprema Personalidad de Dios, aunque es la causa original de toda la manifestación cósmica, no Se ve afectado por la existencia material. Esto lo confirma el Bhagavad-gītā (7.4):
bhūmir āpo ’nalo vāyuḥ
khaṁ mano buddhir eva ca
ahaṅkāra itīyaṁ me
bhinnā prakṛtir aṣṭadhā
«La tierra, el agua, el fuego, el aire, el éter, la mente, la inteligencia y el ego falso; estos ocho elementos en conjunto constituyen Mis energías materiales separadas».
Aunque los elementos materiales, o elementos físicos, son energía de la Suprema Personalidad de Dios, están separados de Él. Por consiguiente, la Suprema Personalidad de Dios no Se ve afectado por las condiciones materiales. Esto se confirma en el Vedānta-sūtra: janmādy asya yataḥ: La creación, mantenimiento y disolución de la manifestación cósmica se deben a la existencia del Señor Supremo. Aun así, el Señor está libre de la influencia de todos esos cambios en los elementos materiales. Esto se indica con la palabra pravāha («emanación»). El Sol brilla siempre, sin verse afectado ni por las nubes ni por la oscuridad. De manera similar, la Suprema Personalidad de Dios siempre está presente en Su energía espiritual, y no Se ve afectado por las emanaciones materiales. Así lo confirma la Brahma-saṁhitā (5.1):
īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ
sac-cid-ānanda-vigrahaḥ
anādir ādir govindaḥ
sarva-kāraṇa-kāraṇam
«Kṛṣṇa, a quien se conoce como Govinda, es el Dios Supremo. Él tiene un cuerpo espiritual, bienaventurado y eterno. Él es el origen de todo. Él no tiene ningún otro origen, y es la causa de todas las causas». A pesar de que es la causa suprema, la causa de todas las causas, Él es parama, trascendental, y Su forma es sac-cid-ānanda, bienaventuranza espiritual eterna. Kṛṣṇa es el refugio de todo. Ese es el veredicto de todas las Escrituras. Kṛṣṇa es la causa remota de la manifestación cósmica, y la naturaleza material es Su causa inmediata. El Caitanya-caritāmṛta dice que pensar que prakṛti, la naturaleza, es la causa de todo, es como pensar que los bultos carnosos que las cabras tienen en el pescuezo pueden dar leche. La naturaleza material es la causa inmediata de la manifestación cósmica, pero la causa original es Nārāyaṇa, Kṛṣṇa. Alguien podría pensar que la causa de un cántaro de barro es el barro. El alfarero tiene en su torno barro suficiente como para hacer muchos cántaros; las personas sin inteligencia dirán que la causa del cántaro es el barro que está en el torno, pero los que sean verdaderamente avanzados se darán cuenta de que la causa original es el alfarero, que es quien trae el barro y hace girar el torno. La naturaleza material puede ser un factor a tener en cuenta en la creación de la manifestación cósmica, pero no es la causa original. Por esa razón, el Señor dice en el Bhagavad-gītā (9.10):
mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ
sūyate sa-carācaram
«Esta naturaleza material, que es una de Mis energías, actúa bajo Mi dirección, ¡oh, hijo de Kuntī!, y produce todos los seres móviles e inmóviles».
El Señor Supremo lanza Su mirada sobre la energía material, y Su mirada agita las tres modalidades de la naturaleza. La conclusión es que la naturaleza no es la causa de la manifestación material. El Señor Supremo es la causa de todas las causas.