Text 8
vātā na vānti na hi santi dasyavaḥ
prācīna-barhir jīvati hogra-daṇḍaḥ
gāvo na kālyanta idaṁ kuto rajo
loko ’dhunā kiṁ pralayāya kalpate
vātāḥ—los vientos; na vānti—no están soplando; na—no; hi—debido a; santi—son posibles; dasyavaḥ—bandidos; prācīna-barhiḥ—el anciano rey Barhi; jīvati—vive; ha—todavía; ugra-daṇḍaḥ—que les castigaría severamente; gāvaḥ—las vacas; na kālyante—no están siendo llevadas; idam—este; kutaḥ—de dónde; rajaḥ—polvo; lokaḥ—el planeta; adhunā—ahora; kim—¿está?; pralayāya—para la disolución; kalpate—se considera a punto.
Haciendo suposiciones sobre el origen de la tormenta, decían: «No sopla ningún viento, ni pasan vacas por el camino, y esta tormenta no pueden haberla levantado unos bandidos, pues todavía vive el fuerte rey Barhi, que siempre castiga a los ladrones. ¿De dónde viene esta tormenta de polvo? ¿Ha llegado el momento de la disolución del planeta?
SIGNIFICADO: Prācīna-barhir jīvati tiene una significación específica en este verso. El rey de aquella parte del mundo se llamaba Barhi, y aunque era un anciano, todavía era un gobernante muy fuerte, de manera que la posibilidad de una invasión de ladrones y bandidos quedaba descartada. Indirectamente, en el verso se afirma que los ladrones, bandidos, bandoleros e indeseables solo pueden existir en un estado o reino que carezca de un gobernante fuerte. Cuando en nombre de la justicia se deja en libertad a los ladrones, el estado y el reino se ven perturbados por bandidos y por una población no deseada. La tormenta de polvo levantada por los soldados y asistentes del Señor Śiva hacía recordar la situación que se produce en el momento de la disolución del mundo. El Señor Śiva tiene a su cargo la función de dirigir la disolución de la creación material en el momento en que sea necesario. Por esa razón, la situación que ahora había creado se parecía a la disolución de la manifestación cósmica.