Text 53
eṣa te rudra bhāgo ’stu
yad-ucchiṣṭo ’dhvarasya vai
yajñas te rudra bhāgena
kalpatām adya yajña-han
eṣaḥ—esta; te—tu; rudra—¡oh, Señor Śiva!; bhāgaḥ—porción; astu—que haya; yat—lo que; ucchiṣṭaḥ—que haya quedado; adhvarasya—del sacrificio; vai—ciertamente; yajñaḥ—el sacrificio; te—tu; rudra—¡oh, Rudra!; bhāgena—por la porción; kalpatām—se complete; adya—hoy; yajña-han—¡oh, destructor del sacrificio!
¡Oh, destructor del sacrificio!, por favor, toma tu porción y permite, por tu gracia, que el sacrificio se complete.
SIGNIFICADO: Un sacrificio es una ceremonia que se lleva a cabo para complacer a la Suprema Personalidad de Dios. En el segundo capítulo del Primer Canto del Śrīmad-Bhāgavatam se dice que todos deben tratar de saber si la Suprema Personalidad de Dios está satisfecho con sus actividades. En otras palabras, nuestras actividades deben tener por objeto la satisfacción de la Suprema Personalidad de Dios. Tal como un empleado de oficina tiene el deber de asegurarse de que el propietario o el jefe estén satisfechos, todos tenemos el deber de asegurarnos de que la Suprema Personalidad de Dios esté satisfecho con nuestras actividades. Las Escrituras védicas establecen las actividades para satisfacer al Dios Supremo, y la ejecución de esas actividades se denomina yajña. En otras palabras, yajña es actuar para el Señor Supremo. Se debe saber muy bien que aparte del yajña, cualquier otra actividad es causa de cautiverio material. Eso se explica en el Bhagavad-gītā (3.9): yajñārthāt karmaṇo ’nyatra loko ’yaṁ karma-bandhanaḥ. Karma-bandhanaḥ significa que si no actuamos para la satisfacción del Señor Supremo, Viṣṇu, la reacción de nuestra actividad nos atará. No hay que actuar para complacer los propios sentidos. Todos deben actuar para la satisfacción de Dios. Eso se denomina yajña.
Después de que Dakṣa celebrara el yajña, todos los semidioses esperaban prasāda, los remanentes del alimento ofrecido a Viṣṇu. El Señor Śiva es uno de los semidioses, de modo que, naturalmente, él también esperaba su parte del prasāda del yajña. Pero Dakṣa, por envidia, ni siquiera invitó a Śiva a participar en el yajña, ni le dio su parte después de la ofrenda. Pero después de que los seguidores del Señor Śiva destruyeron el recinto de sacrificio, el Señor Brahmā le apaciguó y le aseguró que tendría su parte de prasāda. De esta manera, le pidió que reparase lo que sus seguidores habían destruido.
En el Bhagavad-gītā (3.11), se dice que todos los semidioses se satisfacen con la ejecución de yajña. Los semidioses esperan recibir prasāda de los yajñas; por consiguiente, deben celebrarse yajñas. Los que se ocupan en actividades materialistas, de complacencia de los sentidos, deben ejecutar yajña; de lo contrario, se verán implicados. Tenemos entonces que Dakṣa, siendo el padre de la humanidad, estaba ejecutando yajña, y el Señor Śiva esperaba su parte. Pero como Śiva no fue invitado, hubo problemas. Sin embargo, el Señor Brahmā, al actuar como mediador, lo solucionó todo satisfactoriamente.
La ejecución de un yajña es algo muy difícil, porque hay que invitar a todos los semidioses a participar en él. En Kali-yuga no se pueden ejecutar sacrificios tan costosos, ni se puede invitar a los semidioses a que participen. Por eso en esta era se recomienda yajñaiḥ saṅkīrtana-prāyair yajanti hi sumedhasaḥ (Bhāg. 11.5.32). Las personas inteligentes deben saber que en Kali-yuga no hay posibilidad de ejecutar sacrificios védicos. Pero sin complacer a los semidioses, las estaciones no seguirán su ritmo habitual, y no habrá lluvia. Todo está bajo el control de los semidioses. En las circunstancias de esta era, todo hombre inteligente que desee que haya un equilibrio de paz social y prosperidad, debe ejecutar saṅkīrtana-yajña cantando los santos nombres Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Debe invitar a la gente, cantar Hare Kṛṣṇa, y después distribuir prasāda. Este yajña satisfará a los semidioses, y de este modo en el mundo habrá paz y prosperidad. Otra dificultad que se presenta en la ejecución de los rituales védicos es que, si cometemos el error de no satisfacer tan solo a uno de los muchos cientos de miles de semidioses, tal como Dakṣa cometió el error de no satisfacer al Señor Śiva, habrá un desastre. Pero en esta era, la ejecución de sacrificio se ha simplificado. Podemos cantar Hare Kṛṣṇa, y complaciendo a Kṛṣṇa podemos satisfacer a todos los semidioses sin ningún esfuerzo adicional.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo sexto del Canto Cuarto del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «Brahmā satisface al Señor Śiva».