Text 2
mṛṣādharmasya bhāryāsīd
dambhaṁ māyāṁ ca śatru-han
asūta mithunaṁ tat tu
nirṛtir jagṛhe ’prajaḥ
mṛṣā—Mṛṣā; adharmasya—de la Irreligión; bhāryā—esposa; āsīt—fue; dambham—el Embuste; māyām—el Engaño; ca—y; śatru-han—¡oh, destructor de enemigos!; asūta—produjo; mithunam—unión; tat—esa; tu—pero; nirṛtiḥ—Nirṛti; jagṛhe—adoptó; aprajaḥ—que no tenía hijos.
Otro hijo de Brahmā fue la Irreligión, que se casó con la Falsedad. De su unión nacieron dos demonios: Dambha, el Embuste, y Māyā, el Engaño. Fueron adoptados por el demonio Nirṛti, que no tenía hijos.
SIGNIFICADO: Según este verso, Adharma, la Irreligión, que también era hijo de Brahmā, se casó con su propia hermana, Mṛṣā. Ese fue el origen de la relación incestuosa entre hermano y hermana. En la sociedad humana, esa unión sexual antinatural solo puede darse cuando reina la Irreligión, Adharma. Este verso nos permite entender que Brahmā, al principio de la creación, no solamente creó hijos santos como Sanaka, Sanātana y Nārada, sino que también tuvo descendientes demoníacos, como Nirṛti, Adharma, Dambha y la Falsedad. En el principio, Brahmā lo creó todo. Con respecto a Nārada, podemos señalar que en su vida anterior había sido muy piadoso y había tenido muy buenas compañías; debido a ello, nació como Nārada. Los demás nacieron también con las facultades particulares que les correspondían por su pasado. La ley del karma sigue actuando vida tras vida, y en cada nueva creación las entidades vivientes reciben de nuevo su mismo karma. En función del karma nacen con distintas facultades, aunque su padre original es Brahmā, la excelsa encarnación cualitativa de la Suprema Personalidad de Dios.