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Text 44

prāṇāyāmena tri-vṛtā
prāṇendriya-mano-malam
śanair vyudasyābhidhyāyen
manasā guruṇā gurum

prāṇāyāmena—con ejercicios respiratorios; tri-vṛtā—con los tres métodos recomendados; prāṇa-indriya—el aire vital y los sentidos; manaḥ—mente; malam—impureza; śanaiḥ—poco a poco; vyudasya—abandonar; abhidhyāyet—meditar en; manasā—con la mente; guruṇā—sin perturbación; gurum—el maestro espiritual supremo, Kṛṣṇa.

Una vez estés sentado, practica los tres tipos de ejercicios respiratorios, y poco a poco pon el aire vital, la mente y los sentidos bajo control. Libérate por completo de la contaminación material, y con gran paciencia, medita en la Suprema Personalidad de Dios.

SIGNIFICADO: En este verso se explica de manera resumida todo el sistema de yoga, y se subrayan en especial los ejercicios respiratorios para detener la perturbación de la mente. La mente, por naturaleza, siempre oscila, pues es muy inestable, pero el ejercicio respiratorio tiene como propósito controlarla. Es probable que ese método de control de la mente fuese muy eficaz en aquellos días, hace millones de años, en la época en que Dhruva Mahārāja lo siguió, pero en la actualidad es necesario fijar la mente directamente en los pies de loto del Señor por medio del proceso de cantar. Con el canto del mantra Hare Kṛṣṇa, uno se concentra de inmediato en la vibración sonora y piensa en los pies de loto del Señor, y se eleva muy rápido hasta la posición de samādhi, o trance. Si seguimos cantando los santos nombres del Señor, que no son distintos de la Suprema Personalidad de Dios, lo natural es que la mente quede absorta en pensar en el Señor.

Aquí Dhruva Mahārāja recibe el consejo de meditar en el maestro espiritual, o guru, supremo. El maestro espiritual supremo es Kṛṣṇa, quien por esa razón recibe el nombre de caitya-guru. Esto se refiere a la Superalma, que está en el corazón de todos. Él ayuda desde el interior, como se explica en el Bhagavad-gītā, y envía al maestro espiritual, que ayuda desde fuera. El maestro espiritual es la manifestación externa del caitya-guru, el maestro espiritual que está en el corazón de todos.

El proceso por el cual dejamos de pensar en cosas materiales se denomina pratyāhāra. Mediante ese proceso nos liberamos de todos los pensamientos y ocupaciones materiales. La palabra abhidhyāyet, que se emplea en este verso, indica que, si la mente no está fija, no podemos meditar. Por consiguiente, la conclusión es que meditar significa pensar en el Señor que está en el corazón. Ya bien lleguemos a esa etapa con el proceso de aṣṭāṅga-yoga, o con el método que los śāstras recomiendan especialmente para esta era, el canto constante del santo nombre del Señor, el objetivo es meditar en la Suprema Personalidad de Dios.

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