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Text 57

svecchāvatāra-caritair
acintya-nija-māyayā
kariṣyaty uttamaślokas
tad dhyāyed dhṛdayaṅ-gamam

sva-icchā—por Su propia voluntad suprema; avatāra—encarnación; caritaiḥ—actividades; acintya—inconcebibles; nija-māyayā—por Su propia potencia; kariṣyati—ejecuta; uttama-ślokaḥ—la Suprema Personalidad de Dios; tat—esas; dhyāyet—se debe meditar; hṛdayam-gamam—muy atractivas.

Mi querido Dhruva, además de adorar a la Deidad y cantar el mantra tres veces al día, debes meditar en las trascendentales actividades de las diversas encarnaciones de la Suprema Personalidad de Dios, que por Su voluntad suprema Se manifiestan mediante Sus potencias personales.

SIGNIFICADO: El servicio devocional comprende nueve prácticas prescritas: escuchar, cantar, recordar, adorar, servir, ofrecerlo todo a la Deidad, etc. El consejo que Dhruva Mahārāja recibe en este verso es que, además de meditar en la forma del Señor, también debe pensar en los pasatiempos trascendentales de Sus diversas encarnaciones. Los filósofos māyāvādīs creen que la encarnación del Señor y la entidad viviente común entran dentro de la misma categoría. Eso es un gran error. La encarnación de la Suprema Personalidad de Dios no Se ve forzada a actuar por las leyes de la naturaleza material. En el verso, la palabra svecchā se emplea para indicar que Él aparece por Su voluntad suprema. En función de su karma, el alma condicionada se ve obligada a adoptar un determinado tipo de cuerpo, que las leyes de la naturaleza material le proporcionan bajo la dirección del Señor Supremo. Pero el Señor, cuando aparece, no está sometido al dictado de la naturaleza material; aparece en la forma que desea, por medio de Su propia potencia interna. Esa es la diferencia. El alma condicionada adopta un determinado tipo de cuerpo, un cuerpo de cerdo, por ejemplo, en función de sus actividades y de la autoridad superior de la naturaleza material. Pero cuando el Señor Kṛṣṇa adviene encarnándose como jabalí, no se trata de un cerdo del mismo tipo que el animal corriente. El enorme tamaño de Kṛṣṇa en Su advenimiento como Varāha-avatāra hace que no se Le pueda comparar con un cerdo corriente. Su aparición y Su desaparición son inconcebibles para nosotros. En el Bhagavad-gītā es muy clara la afirmación de que Él adviene por medio de Su propia potencia interna para proteger a los devotos y aniquilar a los no devotos. El devoto siempre debe tener en cuenta que Kṛṣṇa no adviene como un ser humano o un animal corrientes; Su advenimiento como Varāha-mūrti, como caballo o como tortuga es la exhibición de Su potencia interna. En la Brahma-saṁhitā se dice: ānanda-cinmaya-rasa-pratibhāvitābhiḥ: No debemos cometer el error de pensar que la aparición del Señor como ser humano o como animal está al mismo nivel que el nacimiento de cualquier alma condicionada, cuya aparición, bien sea como animal, ser humano o semidiós, le viene impuesta por las leyes de la naturaleza. Ese tipo de pensamiento es ofensivo. El Señor Caitanya Mahāprabhu ha condenado a los māyāvādīs acusándoles de ser ofensivos contra la Suprema Personalidad de Dios, debido a que piensan que las entidades vivientes condicionadas y el Señor son exactamente lo mismo.

Nārada aconseja a Dhruva que medite en los pasatiempos del Señor; esa meditación y la meditación que consiste en concentrar la mente en la forma del Señor son iguales. El mismo valor tiene la meditación en cualquier forma del Señor que el canto de los diversos nombres del Señor, como Hari, Govinda y Nārāyaṇa. Pero en esta era se nos aconseja en especial que cantemos el mantra Hare Kṛṣṇa tal como se expresa en el śāstra: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare.

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