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Text 6

dhruva uvāca
yo ’ntaḥ praviśya mama vācam imāṁ prasuptāṁ
sañjīvayaty akhila-śakti-dharaḥ sva-dhāmnā
anyāṁś ca hasta-caraṇa-śravaṇa-tvag-ādīn
prāṇān namo bhagavate puruṣāya tubhyam

dhruvaḥ uvāca—Dhruva Mahārāja dijo; yaḥ—el Señor Supremo, que; antaḥ—dentro; praviśya—entrar; mama—mis; vācam—palabras; imām—todos estos; prasuptām—que están inactivos o muertos; sañjīvayati—rejuvenece; akhila—universal; śakti—energía; dharaḥ—poseyendo; sva-dhāmnā—por Su potencia interna; anyān ca—otros miembros también; hasta—como las manos; caraṇa—las piernas; śravaṇa—los oídos; tvak—la piel; ādīn—etcétera; prāṇān—la fuerza vital; namaḥ—ruego aceptes mis reverencias; bhagavate—a la Suprema Personalidad de Dios; puruṣāya—la Persona Suprema; tubhyam—a Ti.

Dhruva Mahārāja dijo: Mi querido Señor, Tú eres todopoderoso. Después de entrar en mí, has vivificado todos mis sentidos —las manos, las piernas, los oídos, la sensación del tacto, la fuerza vital y, especialmente, mi facultad del habla—, que se encontraban dormidos. Te ruego que aceptes mis respetuosas reverencias.

SIGNIFICADO: Dhruva Mahārāja no tuvo dificultad en entender la diferencia entre su estado antes de la iluminación espiritual y después de ver directamente a la Suprema Personalidad de Dios, dándose cuenta de que su fuerza vital y su actividad habían permanecido dormidas. En tanto que no se alcance el plano espiritual, se considera que los miembros del cuerpo, la mente y las demás facultades del cuerpo están dormidos. Mientras no se sitúe en el plano espiritual, se entiende que todas sus actividades son como las de un fantasma o las de un hombre muerto. Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura ha compuesto una canción en la que, dirigiéndose a sí mismo, dice: «¡Oh, entidad viviente!, ¡despierta! ¿Por cuánto tiempo vas a dormir en el regazo de māyā? Ahora tienes la oportunidad que te brinda la forma humana; trata de despertar e iluminarte». También los Vedas declaran: «¡Despierta!, ¡despierta! Ahora que tienes la oportunidad, el don de la forma humana de vida, ilumínate». Eso es lo que ordenan los Vedas.

La experiencia concreta de Dhruva Mahārāja consistió en que, cuando sus sentidos se vivificaron en el plano espiritual, pudo comprender la esencia de las instrucciones védicas, es decir, que el Dios Supremo es la Persona Suprema; Dios no es impersonal. Dhruva Mahārāja entendió eso inmediatamente. Siendo consciente de que había estado prácticamente dormido durante mucho tiempo, se sintió impulsado a glorificar al Señor conforme a la conclusión de los Vedas. Una persona mundana no puede ofrecer ninguna oración para glorificar a la Suprema Personalidad de Dios, debido a que no ha comprendido la conclusión de los Vedas.

Por esa razón, cuando Dhruva Mahārāja descubrió ese cambio en su propia persona, enseguida comprendió que se debía a la misericordia sin causa del Señor. Con gran respeto y veneración, y entendiendo perfectamente que el Señor le había otorgado Su favor, Le ofreció sus reverencias. Esa vivificación espiritual de la mente y los sentidos de Dhruva Mahārāja fue debida a la acción de la potencia interna del Señor. Por consiguiente, en este verso, la palabra sva-dhāmnā significa «mediante la energía espiritual». La iluminación espiritual es posible por la misericordia de la energía espiritual del Señor. Al cantar el mantra Hare Kṛṣṇa, nos dirigimos en primer lugar a Hare, la energía espiritual del Señor. Esa energía espiritual actúa cuando una entidad viviente se entrega por completo y acepta su posición de servidor eterno. La etapa en que la persona acepta las órdenes del Señor Supremo y se pone a Su disposición se llama sevonmukha; a partir de entonces, poco a poco, la energía espiritual le va revelando al Señor Supremo.

Sin la revelación de la energía espiritual, nadie puede ofrecer oraciones para glorificar al Señor. Toda muestra de especulación filosófica o expresión poética procedente de personas mundanas debe también considerarse fruto de las acciones y reacciones de la energía material. El verdadero efecto vivificador de la energía espiritual es que la persona se ocupa solamente en el servicio del Señor, con todos sus sentidos purificados. Manos, piernas, oídos, lengua, mente, genitales —en una palabra, todo— se ocupa entonces en el servicio del Señor. En ese estado de iluminación, el devoto abandona las actividades materiales y deja de interesarse en esas ocupaciones. Ese proceso de purificar los sentidos y ocuparlos en el servicio del Señor se denomina bhakti o servicio devocional. Al principio, se ocupan los sentidos conforme a las directrices del maestro espiritual y los śāstras; el mismo proceso continúa después de la iluminación, pero con los sentidos purificados. La diferencia está en que, al principio, se ocupan los sentidos de un modo mecánico, pero después de la iluminación actúan en el plano de la comprensión espiritual.

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