Text 19
evaṁ jambū-phalānām atyucca-nipāta-viśīrṇānām anasthi-prāyāṇām ibha-kāya-nibhānāṁ rasena jambū nāma nadī meru-mandara-śikharād ayuta-yojanād avani-tale nipatantī dakṣiṇenātmānaṁ yāvad ilāvṛtam upasyandayati.
evam—de manera similar; jambū-phalānām—de las frutas llamadas jambū (la pomarrosa); ati-ucca-nipāta—por caer desde una gran altura; viśīrṇānām—que se rompen en pedazos; anasthi-prāyāṇām—de semilla muy pequeña; ibha-kāya-nibhānām—y que son tan grandes como el cuerpo de un elefante; rasena—por el jugo; jambū nāma nadī—un río llamado Jambū-nadī; meru-mandara-śikharāt—de la cumbre de la montaña Merumandara; ayuta-yojanāt—de diez mil yojanas de altura; avani-tale—al suelo; nipatantī—cayendo; dakṣiṇena—en la parte sur; ātmānam—él mismo; yāvat—la totalidad; ilāvṛtam—Ilāvṛta-varṣa;upasyandayati—fluye a través.
De manera similar, las frutas del árbol jambū, muy carnosas y de semilla muy pequeña, caen desde una gran altura y se rompen en pedazos. Son tan grandes como elefantes, y su jugo se desliza dando lugar al río Jambū-nadī, que cae desde la cumbre de Merumandara hasta la parte sur de Ilāvṛta, formando una catarata de 10 000 yojanas e inundando de jugo toda la extensión de Ilāvṛta.
SIGNIFICADO: Casi no podemos ni imaginar la cantidad de zumo que debe de contener una fruta que es del tamaño de un elefante pero tiene una sola semilla muy pequeña. De modo natural, el jugo de las frutas caídas del árbol jambū forma cataratas e inunda toda la tierra de Ilāvṛta. Ese zumo, como se explicará en los siguientes versos, produce inmensas cantidades de oro.