Text 37
evaṁ-vidhā narakā yamālaye santi śataśaḥ sahasraśas teṣu sarveṣu ca sarva evādharma-vartino ye kecid ihoditā anuditāś cāvani-pate paryāyeṇa viśanti tathaiva dharmānuvartina itaratra iha tu punar-bhave ta ubhaya-śeṣābhyāṁ niviśanti.
evam-vidhāḥ—de esta clase; narakāḥ—los muchos infiernos; yama-ālaye—en la provincia de Yamarāja; santi—hay; śataśaḥ—cientos; sahasraśaḥ—miles; teṣu—en esos planetas infernales; sarveṣu—todos; ca—también; sarve—todos; eva—en verdad;adharma-vartinaḥ—personas que no siguen los principios védicos o los principios regulativos; ye kecit—quienquiera que; iha—aquí; uditāḥ—mencionados; anuditāḥ—no mencionados; ca—y; avani-pate—¡oh, rey!; paryāyeṇa—en proporción al grado de los diversos tipos de actividades pecaminosas; viśanti—entran; tathā eva—de manera similar; dharma-anuvartinaḥ—los que son piadosos y actúan conforme a los principios regulativos y a los mandamientos védicos; itaratra—en otro lugar; iha—en este planeta; tu—pero; punaḥ-bhave—en otra vida; te—todos ellos; ubhaya-śeṣābhyām—por los restantes resultados de sus obras piadosas o viciosas; niviśanti—entran.
Mi querido rey Parīkṣit, en la provincia de Yamarāja hay miles de planetas infernales. Todas las personas impías que he mencionado —y muchas otras que no he nombrado— tendrán que sufrir en esos planetas en proporción a su grado de impiedad. Las personas piadosas, sin embargo, entrarán en otros sistemas planetarios, los planetas de los semidioses. Aun así, tanto unos como otros tendrán que regresar a la Tierra cuando agoten los resultados de sus actividades.
SIGNIFICADO: Este verso corresponde con las primeras enseñanzas de Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā: tathā dehāntara-prāptiḥ:Nuestro único destino en el mundo material es cambiar de un cuerpo a otro, pasando por distintos sistemas planetarios. Ūrdhvaṁ gacchanti sattva-sthā: Quienes están bajo la modalidad de la bondad se elevan a los planetas celestiales. Adho gacchanti tāmasāḥ: Por su parte, quienes están absortos en la ignorancia entran en los sistemas planetarios infernales. Sin embargo, tanto unos como otros, están sujetos al ciclo de nacimientos y muertes. En el Bhagavad-gītā se afirma que incluso los que son muy piadosos regresan a la Tierra después de agotar su período de disfrute en los sistemas planetarios superiores (kṣīṇe puṇye martya-lokaṁ viśanti). Por lo tanto, ir de un planeta a otro no resuelve los problemas de la vida. Esos problemas solo se resolverán cuando ya no tengamos que recibir más cuerpos materiales, lo cual solo es posible si nos volvemos conscientes de Kṛṣṇa. En el Bhagavad-gītā (4.9), Kṛṣṇa dice:
janma karma ca me divyam
evaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna
«¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi advenimiento y actividades, al abandonar el cuerpo no vuelve a nacer en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna». Esta es la perfección, la verdadera solución a los problemas de la vida. No debemos estar ansiosos por ir a los sistemas planetarios superiores, los planetas celestiales, ni actuar de manera que tengamos que ir a los planetas infernales. Cuando recuperemos nuestra identidad espiritual y vayamos de regreso al hogar, de vuelta a Dios, habremos cumplido con el objetivo esencial del mundo material. La Suprema Personalidad de Dios establece un método muy sencillo para lograrlo: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja. No debemos ser ni piadosos ni impíos. Debemos ser devotos y entregarnos a los pies de loto de Kṛṣṇa. Es un proceso de entrega muy sencillo, que incluso un niño puede poner en práctica: man-manā bhava mad-bhakto mad-yājī māṁ namaskuru. Simplemente debemos pensar en Kṛṣṇa cantando siempre Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Debemos ser devotos de Kṛṣṇa, adorarle y ofrecerle reverencias. De ese modo, debemos consagrar al servicio del Señor Kṛṣṇa todas nuestras actividades en la vida.