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Text 18

ajñānād athavā jñānād
uttamaśloka-nāma yat
saṅkīrtitam aghaṁ puṁso
dahed edho yathānalaḥ


ajñānāt—por ignorancia; athavā—o; jñānāt—con conocimiento; uttamaśloka—de la Suprema Personalidad de Dios; nāma—el santo nombre; yat—el cual; saṅkīrtitam—cantado; agham—pecado; puṁsaḥ—de una persona; dahet—reduce a cenizas; edhaḥ—hierba seca; yathā—como; analaḥ—el fuego.


Del mismo modo que el fuego reduce a cenizas la hierba seca, el santo nombre del Señor, tanto si se canta consciente como inconscientemente, reduce a cenizas, indefectiblemente, todas las reacciones de las actividades pecaminosas.


SIGNIFICADO: El fuego siempre quema, sin considerar si quien lo enciende es un niño inocente o un adulto bien consciente de su poder. Si cualquiera de ellos, el adulto que sabe del fuego o el niño que nada sabe, incendia por ejemplo un campo de paja o de hierba seca, el resultado será el mismo: todo quedará reducido a cenizas. Del mismo modo, si cantamos el santo nombre nos liberaremos de todas las reacciones pecaminosas, tanto si conocemos el poder del mantra Hare Kṛṣṇa como si no.

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