Text 44
prīto ’haṁ te prajā-nātha
yat te ’syodbṛṁhaṇaṁ tapaḥ
mamaiṣa kāmo bhūtānāṁ
yad bhūyāsur vibhūtayaḥ
prītaḥ—muy complacido; aham—Yo; te—contigo; prajā-nātha—¡oh, rey de la población!; yat—puesto que; te—tuya; asya—del mundo material; udbṛṁhaṇam—que hace aumentar; tapaḥ—asuteridad; mama—Mío; eṣaḥ—este; kāmaḥ—deseo;bhūtānām—de las entidades vivientes; yat—el cual; bhūyāsuḥ—pueda haber; vibhūtayaḥ—progreso en todos los sentidos.
Mi querido Prajāpati Dakṣa, tú has realizado enormes austeridades pensando en el bienestar y el crecimiento del mundo. También Yo deseo la felicidad de todos los seres de este mundo. Por esa razón, estoy muy complacido contigo, que te esfuerzas por satisfacer Mi deseo de que el mundo entero goce de bienestar.
SIGNIFICADO: Después de cada disolución del cosmos material, todas las entidades vivientes se refugian en el cuerpo de Kāraṇodakaśāyī Viṣṇu, y cuando se produce una nueva creación, las diversas especies vuelven a salir de Su cuerpo para emprender de nuevo sus respectivas actividades. ¿A qué se debe esta característica de la creación, por la que las entidades vivientes son forzadas a entrar en la vida condicionada para sufrir las tres miserias que la naturaleza material les impone? En este verso el Señor dice a Dakṣa: «Tú deseas el beneficio de todas las entidades vivientes, y ese es también Mi deseo». Las entidades vivientes que entran en contacto con el mundo material tienen que ser corregidas. Todas las entidades vivientes del mundo material se han vuelto en contra del servicio del Señor, y por ello permanecen en el mundo material en un condicionamiento prácticamente eterno, nitya-baddha, naciendo una y otra vez. Por supuesto, tienen posibilidad de liberarse, pero, sin embargo, las almas condicionadas no aprovechan la oportunidad y continúan con su vida de disfrute sensorial; de modo que son castigadas una y otra vez con el nacimiento y la muerte. Esa es la ley de la naturaleza. En el Bhagavad-gītā (7.14), el Señor dice:
daivī hy eṣā guṇa-mayī
mama māyā duratyayā
mām eva ye prapadyante
māyām etāṁ taranti te
«Esta energía divina Mía, integrada por las tres modalidades de la naturaleza material, es difícil de superar. Pero aquellos que se han entregado a Mí pueden sobrepasarla fácilmente». En otro pasaje del Bhagavad-gītā (15.7), el Señor dice:
mamaivāṁśo jīva-loke
jīva-bhūtaḥ sanātanaḥ
manaḥ ṣaṣṭhānīndriyāṇi
prakṛti-sthāni karṣati
«Las entidades vivientes de este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias eternas. Debido a la vida condicionada, sostienen una ardua lucha con los seis sentidos, entre los que se incluye la mente». La lucha de la entidad viviente por la existencia en el mundo material se debe a su naturaleza rebelde. Mientras no se entregue a Kṛṣṇa, tendrá que continuar con esa vida de lucha.
El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa no es una moda pasajera. Es un movimiento genuino que tiene la misión de promover el bienestar de todas las almas condicionadas, para lo cual trata de elevarlas al plano de conciencia de Kṛṣṇa. Quien no alcance ese nivel, tendrá que permanecer en la existencia material a perpetuidad, a veces en los planetas superiores y a veces en los planetas inferiores. Como se confirma en el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 20.118): kabhu svarge uṭhāya, kabhu narake ḍubāya: El alma condicionada a veces desciende al plano de la nesciencia y a veces se libera relativamente de ella y experimenta un cierto alivio. Esa es la vida del alma condicionada.
Prajāpati Dakṣa está tratando de beneficiar a las almas condicionadas, pues, al engendrarlas y darles una nueva vida, les ofrece una nueva posibilidad de liberarse. Liberarse significa entregarse a Kṛṣṇa. Cuando se engendran hijos con el propósito de enseñarles a entregarse a Kṛṣṇa, ser padre es muy bueno. Del mismo modo, el maestro espiritual que adiestra a las almas condicionadas para que se vuelvan conscientes de Kṛṣṇa tiene asegurado el éxito. Cuando una persona ofrece a las almas condicionadas la posibilidad de volverse conscientes de Kṛṣṇa, todas sus actividades cuentan con la aprobación de la Suprema Personalidad de Dios, quien, como en este verso se dice (prīto 'ham), Se siente sumamente complacido. Siguiendo el ejemplo de los ācāryas precedentes, todos los miembros del movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa deben tratar de beneficiar a las almas condicionadas induciéndolas a volverse conscientes de Kṛṣṇa y dándoles todo lo necesario para que lo sean. Esas son las actividades verdaderamente benéficas. Por medio de esas actividades, el predicador, o todo el que se esfuerce por propagar el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, se gana el reconocimiento de la Suprema Personalidad de Dios. Esto lo confirma el Señor personalmente en el Bhagavad-gītā (18.68-69):
ya idaṁ paramaṁ guhyaṁ
mad-bhakteṣv abhidhāsyati
bhaktiṁ mayi parāṁ kṛtvā
mām evaiṣyaty asaṁśayaḥ
na ca tasmān manuṣyeṣu
kaścin me priya-kṛttamaḥ
bhavitā na ca me tasmād
anyaḥ priyataro bhuvi
«Aquel que explica a los devotos este secreto supremo tiene garantizado el servicio devocional puro, y al final volverá a Mí. No hay en este mundo sirviente que Me sea más querido que él, ni habrá nunca otro más querido».