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Text 12

eka eveśvaras turyo
bhagavān svāśrayaḥ paraḥ
tam adṛṣṭvābhavaṁ puṁsaḥ
kim asat-karmabhir bhavet


ekaḥ—uno; eva—en verdad; īśvaraḥ—controlador supremo; turyaḥ—la cuarta categoría trascendental; bhagavān—la Suprema Personalidad de Dios; sva-āśrayaḥ—independiente, siendo Su propio refugio; paraḥ—más allá de la creación material; tam—a Él; adṛṣṭvā—sin ver; abhavam—que no ha nacido ni ha sido creado; puṁsaḥ—de un hombre; kim—qué beneficio; asat-karmabhiḥ—con actividades fruitivas, que son temporales; bhavet—puede haber.


[Nārada Muni había hablado de un reino en el que solo hay un varón. Los Haryaśvas comprendieron el significado de esa afirmación:] El único disfrutador es la Suprema Personalidad de Dios, que lo observa todo, en todas partes. Él goza de plenitud en seis opulencias y de independencia absoluta con respecto a todos los demás. Él nunca está sujeto a las tres modalidades de la naturaleza material, pues siempre es trascendental a la creación material. ¿Qué beneficio obtendrán los miembros de la sociedad humana de su progreso en el conocimiento y las actividades, si con ello no Le comprenden a Él, que es el Supremo, y simplemente se dedican a trabajar día y noche en busca de una felicidad temporal, como los perros y los gatos?


SIGNIFICADO: Nārada Muni había mencionado un reino con un solo rey, sin ningún rival. El mundo espiritual en su totalidad, y la manifestación cósmica en particular, solo tienen un propietario o disfrutador, la Suprema Personalidad de Dios, que está más allá de la manifestación material. Por esa razón, al Señor se Le ha descrito con la palabra turya, es decir, «que existe en la cuarta dimensión». También se Le ha calificado de abhava. La palabra bhava, que significa «nace», se deriva de bhū, «ser». Como se afirma en el Bhagavad-gītā (8.19): bhūtva bhūtvā pralīyate: Las entidades vivientes del mundo material deben nacer y ser destruidas repetidamente. La Suprema Personalidad de Dios, sin embargo, no es ni bhūtvā ni pralīyate; Él es eterno. En otras palabras, no está obligado a nacer como los seres humanos o los animales, que nacen y mueren repetidas veces debido a su ignorancia con respecto al alma. La Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, no está sujeto a esos cambios de cuerpo, y a quien piense de otra forma, se le considera necio (avajānanti māṁ mūḍhā mānuṣīṁ tanum āśritam). Nārada Muni aconseja a los seres humanos que no pierdan el tiempo saltando de aquí para allá como los gatos y los monos, sin obtener ningún verdadero provecho. El ser humano tiene el deber de entender a la Suprema Personalidad de Dios.

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