Text 28
ṣaḍ-varga-saṁyamaikāntāḥ
sarvā niyama-codanāḥ
tad-antā yadi no yogān
āvaheyuḥ śramāvahāḥ
ṣaṭ-varga—los seis elementos, es decir, los cinco sentidos para la acción y la mente; saṁyamama-ekāntāḥ—el objetivo supremo de subyugar; sarvāḥ—todas esas actividades; niyama-codanāḥ—los principios regulativos que insisten en el control de la mente y los sentidos; tat-antāḥ—el objetivo supremo de esas actividades; yadi—si; no—no; yogān—el vínculo positivo con el Supremo; āvaheyuḥ—lleva a; śrama-āvahāḥ—una pérdida de tiempo y de trabajo.
Las ceremonias rituales, los principios regulativos, las austeridades y la práctica del yoga tienen por finalidad el control de los sentidos y la mente; sin embargo, todas esas actividades no habrán sido más que un esfuerzo vano si, tras haber dominado los sentidos y la mente, no nos elevamos al plano de la meditación en el Señor Supremo.
SIGNIFICADO: Podría argumentarse que el objetivo supremo de la vida, la visión de la Superalma, se puede alcanzar mediante el sistema de yoga y las prácticas rituales reguladas por los principios védicos, sin necesidad de esa devoción inquebrantable por el maestro espiritual. Sin embargo, la realidad es que la práctica del yogatiene que llevarnos hasta el plano de la meditación en la Suprema Personalidad de Dios. Como se afirma en las Escrituras: dhyānāvasthita-tad-gatena manasā paśyanti yaṁ yoginaḥ: La persona dedicada a la meditación alcanza la perfección de la práctica del yoga cuando puede ver a la Suprema Personalidad de Dios. Hay distintas prácticas que pueden llevarnos a adquirir control de los sentidos, pero ese control no es suficiente para llevarnos a una conclusión sustancial. Sin embargo, con una fe firme en el maestro espiritual y en la Suprema Personalidad de Dios, además de controlar los sentidos, también podemos percibir al Señor Supremo.
yasya deve parā bhaktir
yathā deve tathā gurau
tasyaite kathitā hy arthāḥ
prakāśante mahātmanaḥ
«Solamente a aquellas grandes almas que tienen una fe absoluta en el Señor y en el maestro espiritual se les revela el significado del conocimiento védico de un modo natural» (Śvetāśvatara Upaniṣad 6.23). También dicen las Escrituras: tuṣyeyaṁ sarva-bhūtātmā guru-śuśrūṣayā y taranty añjo bhavārṇavam. Por el simple hecho de ofrecer servicio al maestro espiritual, cruzamos el océano de la nesciencia y regresamos al hogar, de vuelta a Dios. Poco a poco llegamos a ver al Señor Supremo cara a cara y disfrutamos de la vida en compañía de la Suprema Personalidad de Dios. El objetivo supremo del yoga es entrar en contacto con la Suprema Personalidad de Dios. Mientras no lleguemos a ese nivel, nuestras supuestas prácticas de yoga no son más que un trabajo que no da fruto.