Text 47
asad-aviṣayam aṅghriṁ bhāva-gamyaṁ prapannān
amṛtam amara-varyān āśayat sindhu-mathyam
kapaṭa-yuvati-veṣo mohayan yaḥ surārīṁs
tam aham upasṛtānāṁ kāma-pūraṁ nato ’smi
asat-aviṣayam—no comprendido por los ateos; aṅghrim—a los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios; bhāva-gamyam—comprendido por los devotos;prapannān—plenamente entregados; amṛtam—el néctar; amara-varyān—solamente a los semidioses; āśayat—dio a beber; sindhu-mathyam—producido del océano de leche; kapaṭa-yuvati-veṣaḥ—que apareció como una falsa jovencita; mohayan—cautivar; yaḥ—aquel que; sura-arīn—a los enemigos de los semidioses; tam—a Él; aham—yo; upasṛtānām—de los devotos; kāma-pūram—que satisface todos los deseos; nataḥ asmi—ofrezco respetuosas reverencias.
La Suprema Personalidad de Dios adoptó la forma de una mujer joven y, de ese modo, confundió a los demonios y repartió entre Sus devotos, los semidioses, el néctar que se produjo al batir el océano de leche. Ofrezco respetuosas reverencias a esa Suprema Personalidad de Dios, que siempre satisface los deseos de Sus devotos.
SIGNIFICADO: La Suprema Personalidad de Dios expone claramente la enseñanza de esta narración acerca de cómo fue batido el océano de leche. Él es ecuánime con todos, pero, aun así, siente un cariño natural por Sus devotos, y Les favorece. En el Bhagavad-gītā (9.29), el Señor dice:
samo ’haṁ sarva-bhūteṣu
na me dveṣyo ’sti na priyaḥ
ye bhajanti tu māṁ bhaktyā
mayi te teṣu cāpy aham
«Yo no envidio a nadie ni tengo preferencia por nadie. Soy ecuánime con todos. Pero aquel que Me ofrece servicio con devoción es un amigo y está en Mí, y Yo también soy un amigo para Él». Esta parcialidad por parte de la Suprema Personalidad de Dios es natural. La actitud del padre que cuida de sus hijos no es parcial, sino que se basa en una correspondencia de amor. Los hijos dependen del cariño del padre, y el padre les mantiene con cariño. De la misma forma, los devotos solo conocen los pies de loto del Señor, de modo que el Señor siempre está dispuesto a brindarles protección y a satisfacer sus deseos. Por esa razón, el Señor dice:kaunteya pratijānīhi na me bhaktaḥ praṇaśyati: «¡Oh, hijo de Kuntī!, declara abiertamente que Mi devoto nunca perece».
Thus end the Bhaktivedanta purports of the Eighth Canto, Twelfth Chapter, of the Śrīmad-Bhāgavatam, entitled “The Mohinī-mūrti Incarnation Bewilders Lord Śiva.”