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Text 23

ādiśa tvaṁ dvija-śreṣṭha
vidhiṁ tad-upadhāvanam
āśu tuṣyati me devaḥ
sīdantyāḥ saha putrakaiḥ


ādiśa—enséñame; tvam—¡oh, esposo mío!; dvija-śreṣṭha—¡oh, el mejor de los brāhmaṇas!; vidhim—los principios regulativos; tat—al Señor; upadhāvanam—el proceso de adorar; āśu—muy pronto; tuṣyati—Se satisface; me—a mí; devaḥ—el Señor; sīdantyāḥ—lamentándonos ahora; saha—con; putrakaiḥ—todos mis hijos, los semidioses.


¡Oh tú, el mejor de los brāhmaṇas!, por favor, enséñame el método perfecto de servicio devocional para adorar a la Suprema Personalidad de Dios; de esa forma, el Señor pronto estará complacido conmigo y nos salvará, a mí y a mis hijos, de esta situación tan peligrosa.


SIGNIFICADO: A veces, personas poco inteligentes preguntan si para avanzar espiritualmente es necesario acudir a un guru y recibir sus instrucciones acerca del servicio devocional. La respuesta se da en este verso; y no solo en este verso, sino también en el Bhagavad-gītā, donde Arjuna aceptó a Kṛṣṇa como guru (śiṣyas te 'haṁ śādhi māṁ tvāṁ prapannam). También los Vedas indican: tad-vijñānārthaṁ sa gurum evābhigacchet: Si nuestra inclinación por avanzar en la vida espiritual es sincera, debemos aceptar un guru que nos oriente adecuadamente. El Señor dice que debemos adorar alācārya, que es el representante de la Suprema Personalidad de Dios (ācāryaṁ māṁ vijānīyāt). Esto debe quedar muy claro. En el Caitanya-caritāmṛta se dice que el guru es la manifestación de la Suprema Personalidad de Dios. Por consiguiente, todos los testimonios de los śāstras y el comportamiento práctico de los devotos nos indican que debemos aceptar un guru. Aditi aceptó a su esposo como guru, para que le indicase cómo avanzar en el cultivo de conciencia espiritual, es decir, en el servicio devocional, mediante la adoración del Señor Supremo.

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