Text 17
yayā hi vidvān api muhyate yatas
tat ko vicaṣṭe gatim ātmano yathā
tasmai namas te jagad-īśvarāya vai
nārāyaṇāyākhila-loka-sākṣiṇe
yayā—la opulencia material por la cual; hi—en verdad; vidvān api—incluso una persona afortunada que posee una cultura avanzada; muhyate—queda confundida; yataḥ—con dominio de sí misma; tat—eso; kaḥ—quién; vicaṣṭe—puede buscar; gatim—el progreso; ātmanaḥ—del ser; yathā—adecuadamente; tasmai—a Él; namaḥ—ofrezco respetuosas reverencias; te—a Ti; jagat-īśvarāya—al Señor del universo; vai—en verdad; nārāyaṇāya—a Tu Señoría, Nārāyaṇa; akhila-loka-sākṣiṇe—que eres el testigo de toda creación.
La opulencia material confunde de tal forma a las personas, que hasta un hombre erudito y con dominio de sí mismo puede llegar a olvidar su búsqueda de la autorrealización. Pero la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa, el Señor del universo, puede verlo todo por Su voluntad. Por ello Le ofrezco respetuosas reverencias.
SIGNIFICADO: Las palabras ko vicaṣṭe gatim ātmano yathā indican que la persona envanecida con el prestigio falso de poseer opulencia material acaba por descuidar el objetivo de la autorrealización. Eso es lo que ocurre en el mundo contemporáneo. Debido a la opulencia material en forma de supuestos adelantos científicos, la gente ha abandonado por entero la senda de la autorrealización. En la práctica, Dios, la relación que nos une a Él, y la manera correcta de actuar, son cosas que no interesan a nadie. El hombre actual ha olvidado por completo todas esas preguntas, pues ha enloquecido en pos de bienes materiales. Si esa clase de civilización continúa, pronto llegará el día en que la Suprema Personalidad de Dios les quite todas sus opulencias materiales. Entonces, la gente recobrará el buen juicio.