Text 15
śrī-śukra uvāca
kutas tat-karma-vaiṣamyaṁ
yasya karmeśvaro bhavān
yajñeśo yajña-puruṣaḥ
sarva-bhāvena pūjitaḥ
śrī-śukraḥ uvāca—Śrī Śukrācārya dijo; kutaḥ—dónde está esa; tat—de él (de Bali Mahārāja); karma-vaiṣamyam—incorrección en la práctica de actividades fruitivas; yasya—de quien (de Bali Mahārāja); karma-īśvaraḥ—el amo de todas las actividades fruitivas; bhavān—Tu Señoría; yajña-īśaḥ—Tú eres el disfrutador de todos los sacrificios; yajña-puruṣaḥ—Tú eres la persona para cuyo placer se ofrecen todos los sacrificios; sarva-bhāvena—en todo aspecto; pūjitaḥ—habiendo adorado.
Śukrācārya dijo: Mi Señor, Tú eres el disfrutador y quien dicta las leyes de todas las celebraciones de sacrificios. Tú eres además el yajña-puruṣa, la persona a quien se ofrecen todos los sacrificios. Cuando alguien Te ha satisfecho plenamente, ¿qué errores o incorrecciones se pueden encontrar en su celebración de sacrificios?
SIGNIFICADO: En el Bhagavad-gītā (5.29), el Señor dice: bhoktāraṁ yajña-tapasāṁ sarva-loka-maheśvaram: La verdadera persona a quien se trata de satisfacer con la celebración de yajñas es el Señor, el propietario supremo. El Viṣṇu Purāṇa (3.8.9) dice:
varṇāśramācāravatā
puruṣeṇa paraḥ pumān
viṣṇur ārādhyate panthā
nanyat tat-toṣa-kāraṇam
Todos los sacrificios rituales védicos se celebran con el objeto de satisfacer al Señor Viṣṇu, el yajña-puruṣa. Las divisiones de la sociedad —brāhmaṇa, kṣatriya, vaiśya, śūdra, brahmacarya, gṛhastha, vānaprastha y sannyāsa— tienen la finalidad de satisfacer al Señor Supremo, Viṣṇu. El hecho de actuar conforme a este principio de la institución varṇāśrama se denomina varṇāśramācaraṇa. En el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.13), Sūta Gosvāmī dice:
ataḥ pumbhir dvija-śreṣṭhā
varṇāśrama-vibhāgaśaḥ
svanuṣṭhitasya dharmasya
saṁsiddhir hari-toṣaṇam
«¡Oh, el mejor de los nacidos por segunda vez!, se concluye, entonces, que la perfección más elevada que se puede alcanzar mediante el desempeño de los deberes prescritos conforme a las divisiones de castas y órdenes de vida es complacer a la Personalidad de Dios». Todo lo que existe tiene como propósito satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios. Por lo tanto, Bali Mahārāja estaba libre de culpa, pues había satisfecho a la Suprema Personalidad de Dios, y Śukrācārya admitió que no había hecho bien en maldecirle.