Text 33
taṁ vīkṣya pīḍitam ajaḥ sahasāvatīrya
sa-grāham āśu sarasaḥ kṛpayojjahāra
grāhād vipāṭita-mukhād ariṇā gajendraṁ
saṁpaśyatāṁ harir amūmucad ucchriyāṇām
tam—a él (a Gajendra); vīkṣya—al ver (en aquella condición); pīḍitam—que sufría mucho; ajaḥ—el innaciente, la Suprema Personalidad de Dios; sahasā—de repente; avatīrya—bajando (de la espalda de Garuḍa); sa-grāham—con el cocodrilo; āśu—inmediatamente; sarasaḥ—del agua; kṛpayā—por Su gran misericordia; ujjahāra—sacó; grāhāt—del cocodrilo; vipāṭita—separó; mukhāt—de la boca; ariṇā—con el disco; gajendram—a Gajendra; sampaśyatām—que estaban mirando; hariḥ—la Suprema Personalidad de Dios; amūm—a él (a Gajendra); ucat—salvó; ucchriyāṇām—en presencia de todos los semidioses.
Entonces, al ver a Gajendra sufriendo de aquel modo, la Suprema Personalidad de Dios, Hari, el innaciente, Se bajó de la espalda de Garuḍa y, por Su misericordia sin causa, arrastró fuera del agua al rey de los elefantes, y, con él, al cocodrilo. Inmediatamente, ante la mirada de todos los semidioses allí presentes, el Señor cortó la cabeza del cocodrilo con Su disco. De ese modo salvó a Gajendra, el rey de los elefantes.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo tercero del Canto Octavo del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado «Las oraciones de Gajendra».