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Text 14

evaṁ vṛtto vanaṁ gatvā
dṛṣṭvā dāvāgnim utthitam
tenopayukta-karaṇo
brahma prāpa paraṁ muniḥ

evam vṛttaḥ—situado en esa orden de vida; vanam—al bosque; gatvā—después de ir; dṛṣṭvā—cuando vio; dāva-agnim—un incendio forestal; utthitam—que existía allí; tena—con ese (fuego); upayukta-karaṇaḥ—ocupar todos los sentidos del cuerpo en arder; brahma—el plano trascendental; prāpa—obtuvo; param—el objetivo supremo; muniḥ—como una gran persona santa.

Esa actitud hizo de Pṛṣadhra un gran santo. Así, en cierta ocasión en que entró en el bosque y vio un gran incendio, aprovechó la oportunidad para quemar su cuerpo en el fuego. De ese modo alcanzó el mundo trascendental, el mundo espiritual.

SIGNIFICADO: En el Bhagavad-gītā (4.9), el Señor dice:

janma karma ca me divyam
evaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna

«¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi advenimiento y actividades, al abandonar el cuerpo no vuelve a nacer en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna». Pṛṣadhra, debido a su karma, recibió la maldición de que en su próxima vida sería un śūdra. Sin embargo, mediante el procedimiento específico de concentrar siempre su mente en la Suprema Personalidad de Dios, siguió una vida de santidad y se volvió un devoto puro. Inmediatamente después de abandonar el cuerpo en el fuego, alcanzó el mundo espiritual, como se menciona en el Bhagavad-gītā (mām eti), como resultado de su posición devocional. El servicio devocional que consiste en pensar en la Suprema Personalidad de Dios es tan poderoso que Pṛṣadhra evitó las terribles consecuencias de la maldición recibida y, en lugar de nacer śūdra, fue de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Como se afirma en la Brahma-saṁhitā (5.54):

yas tv indra-gopam athavendram aho sva-karma-
bandhānurūpa-phala-bhājanam ātanoti
karmāṇi nirdahati kintu ca bhakti-bhājāṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

Aquellos que se ocupan en servicio devocional están libres de la influencia de los resultados de sus actividades materiales. Por lo demás, todo el mundo, desde el microbio más pequeño hasta Indra, el rey del cielo, está sujeto a las leyes del karma. El devoto puro, que siempre está ocupado en el servicio del Señor, no está sujeto a esas leyes.

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