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Recobrando Nuestro Estado de Conciencia Natural
apare vasudevasya
devakyāṁ yācito ’bhyagāt
ajas tvam asya kṣemāya
vadhāya ca sura-dviṣām
Otros dicen que Tú has nacido como hijo de Devakī y Vasudeva debido a que ambos oraron por Ti. Es indudable que eres innaciente, pero, sin embargo, naces por su bienestar, y para matar a aquellos que están envidiosos de los semidioses.
Śrīmad-Bhāgavatam 1.8.33
También se dice que Vasudeva y Devakī, en su nacimiento anterior como Sutapā y Pṛśni, se sometieron a un severo tipo de penitencia para obtener como hijo al Señor, y como resultado de esas austeridades el Señor apareció como hijo suyo. Ya se ha declarado en el Bhagavad-gītā que el Señor aparece por el bienestar de toda la gente del mundo y para vencer a los asuras, los materialistas ateos.
El Señor dice
yadā yadā hi dharmasya
glānir bhavati bhārata
abhyutthānam adharmasya
tadātmānaṁ sṛjāmy aham
«Cuando quiera y dondequiera que disminuya la práctica religiosa, ¡oh, descendiente de Bharata!, y aumente la irreligión de manera predominante, en ese momento, desciendo personalmente» (Bg. 4.7). Las palabras dharmasya glāniḥ significan «irregularidades en la religión». Cuando hay irregularidades, la religión se contamina.
En la sociedad humana debe haber un buen equilibrio entre el espíritu y la materia. Nosotros somos de hecho almas espirituales, pero de una forma u otra hemos sido enjaulados en cuerpos materiales y, mientras tengamos estos cuerpos, tenemos que aceptar las necesidades corporales de comer, dormir, aparearnos y defendernos, aunque el alma en sí no necesita esas cosas. El alma no necesita comer nada; todo lo que comemos es para la conservación del cuerpo. Pero una civilización que simplemente cuida de estas necesidades corporales, y a la que no le importan las necesidades del alma, es una civilización necia y desequilibrada. Supónganse que sólo lavamos nuestro abrigo pero no nos ocupamos de nuestro cuerpo. O supónganse que tenemos un pájaro en una jaula, pero sólo nos ocupamos de la jaula y no del pájaro que está dentro. Eso es una necedad. El pájaro está exclamando: «¡Ka, ka! ¡Denme de comer, denme de comer!». Si sólo nos ocupamos de la jaula, ¿cómo puede el pájaro ser feliz?
Así que, ¿por qué estamos infelices? En los países occidentales no hay escasez de riqueza, ni escasez de comida, ni escasez de coches, ni escasez de vida sexual. Todo se halla disponible en abundancia. Entonces, ¿por qué aún hay un sector de la gente que está frustrada y confundida, como los «hippies»? Ellos no están satisfechos. ¿Por qué? Porque no hay un equilibrio. Nos estamos ocupando de las necesidades del cuerpo, pero no tenemos información alguna del alma y sus necesidades. El alma es la verdadera esencia, y el cuerpo es únicamente una cobertura. Por consiguiente, descuidar el alma es una forma de dharmasya glāniḥ, contaminación del deber.
La palabra dharma significa «deber». Aunque la palabra dharma se traduce a menudo como «religión», y la religión se define por lo general como una cuestión de fe; no obstante dharma no es en realidad una cuestión de fe. Dharma significa el verdadero deber constitucional. Es nuestro deber conocer las necesidades del alma, pero desgraciadamente carecemos de información acerca del alma, y simplemente estamos ocupados de proveernos de las cosas necesarias para la comodidad corporal.
La comodidad corporal, sin embargo, no es suficiente. Supónganse que un hombre está en una situación muy cómoda. ¿Significa eso, acaso, que no morirá? Por supuesto que no. Hablamos de una lucha por la existencia y de la supervivencia del más apto, pero las comodidades corporales solas no pueden permitir a nadie que exista o sobreviva permanentemente. En consecuencia, ocuparse únicamente del cuerpo se denomina dharmasya glāniḥ, una contaminación del propio deber.
Debemos conocer las necesidades del cuerpo, y también las necesidades del alma. La verdadera necesidad que hay en la vida consiste en proporcionar comodidades al alma, y a ésta no se la puede hacer sentir cómoda mediante ajustes materiales. Como el alma es de una identidad diferente, debe dársele comida espiritual, y esa comida espiritual es conciencia de Kṛṣṇa. Cuando alguien está enfermo, debe dársele una dieta adecuada y una medicina adecuada. Ambas cosas se requieren. Si solamente se le da medicina pero no una dieta adecuada, el tratamiento no tendrá mucho éxito. Por consiguiente, el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa tiene por objeto dar tanto la medicina adecuada como la dieta adecuada para el alma. La dieta es kṛṣṇa-prasāda, comida que primero se ha ofrecido a Kṛṣṇa, y la medicina es el mantra Hare Kṛṣṇa.
nivṛtta-tarṣair upagīyamānād
bhavauṣadhāc chotra-mano-’bhirāmāt
ka uttamaśloka-guṇānuvādāt
pumān virajyeta vinā paśu-ghnāt
(Bhāg. 10.1.4)
Parīkṣit Mahārāja dijo al gran sabio Śukadeva Gosvāmī: «Los discursos que me estás dando acerca del Śrīmad-Bhāgavatam no son ordinarios. Estos discursos bhāgavata les encantan a las personas que están nivṛtta-tṛṣṇa, libres de anhelo». En este mundo material todos están anhelando disfrutar, pero aquel que esté libre de ese anhelo puede probar cuán sabroso es el Bhāgavatam. La palabra bhāgavata se refiere a cualquier cosa que esté relacionada con Bhagavān, el Señor Supremo, y el mantra Hare Kṛṣṇa también es bhāgavata. Así pues, Parīkṣit Mahārāja dijo que el sabor del Bhāgavata puede disfrutarlo aquel que está libre del anhelo de satisfacer deseos materiales. Y, ¿por qué debe probarse este Bhāgavata? Bhavauṣadhi: porque es la medicina para nuestra enfermedad del nacimiento y la muerte.
En los momentos actuales, nos encontramos en una condición enferma. Los materialistas no saben lo que es enfermedad y lo que es salud. Ellos no saben nada, pero aun así se están haciendo pasar por grandes científicos y filósofos. Ellos no se preguntan: «Yo no quiero morir. ¿Por qué se me impone la muerte?». Ni tampoco tienen ellos alguna solución para este problema. Pero aun así se dan el nombre de científicos. ¿Qué clase de científicos son ellos? El adelanto de la ciencia debe proporcionar conocimiento mediante el cual el sufrimiento pueda minimizarse. De lo contrario, ¿cuál es el significado de ciencia? Puede que los científicos prometan que podrán ayudarnos en el futuro, pero debemos preguntarles: «¿Qué nos están dando ahora, señores?». Un verdadero científico no diría: «Tan sólo continúen sufriendo como ahora, y en el futuro vamos a encontrar algunas sustancias químicas para ayudarlos». No. Atyantika-duḥkha-nivṛttiḥ. La palabra atyantika significa «máximo», y duḥkha significa «sufrimientos». El objetivo de la vida humana debe ser dar fin a los máximos sufrimientos, pero la gente ni siquiera sabe cuáles son esos máximos sufrimientos. Éstos se señalan en el Bhagavad-gītā: janma-mṛtyu-jarā-vyādhi: nacimiento, muerte, vejez y enfermedades. ¿Qué hemos hecho para anular esos sufrimientos? En el mundo material no hay ningún remedio para ellos. La manera definitiva de librarse de todas las clases de sufrimientos se expresa en el Bhagavad-gītā (8.15), donde el Señor dice:
mām upetya punar janma
duḥkhālayam aśāśvatam
nāpnuvanti mahātmānaḥ
saṁsiddhiṁ paramāṁ gatāḥ
«Cuando llegan a Mí, las grandes almas, que son yogīs en estado de devoción, jamás regresan a este mundo temporal lleno de sufrimientos, pues han logrado la máxima perfección».
Así pues, el Señor dice que debemos acudir a Él e ir de regreso a Él, de vuelta al hogar, de vuelta a Dios. Pero, desafortunadamente, la gente no tiene conocimiento de lo que es Dios, de si se puede o no ir de regreso al hogar, de vuelta a Él, y de si eso es o no práctico. Ya que no tienen conocimiento alguno, son simplemente como animales. Ellos oran: «¡Oh, Dios!, danos nuestro pan de cada día». Pero, supónganse ahora que les preguntamos: «¿Qué es Dios?». ¿Podrían ellos explicarlo? No. Entonces, ¿a quién le están pidiendo? ¿Le están meramente orando al aire? Si yo hago alguna petición, debe haber alguna persona a quien remitírsela. Pero ellos no saben quién es esa persona o a dónde debe remitirse la petición. Ellos dicen que Dios está en el cielo. Pero en el cielo también hay muchísimos pájaros. ¿Acaso éstos son Dios? La gente tiene conocimiento imperfecto o no tiene ningún conocimiento en absoluto. Sin embargo, se hacen pasar por científicos, filósofos, escritores y grandes pensadores, aunque todas sus ideas son basura.
Los únicos libros que verdaderamente valen la pena son aquellos que son como el Śrīmad-Bhāgavatam y el Bhagavad-gītā. En el Bhāgavatam (1.5.10–11) se dice:
na yad vacaś citra-padaṁ harer yaśo
jagat-pavitraṁ pragṛṇīta karhicit
tad vāyasaṁ tīrtham uśanti mānasā
na yatra haṁsā niramanty uṣik-kṣayāḥ
«Las personas santas consideran que aquellas palabras que no describen las glorias del Señor, que es el único que puede santificar la atmósfera del universo entero, son como un lugar de peregrinaje para cuervos. Puesto que las personas completamente perfectas son habitantes de la morada trascendental, no encuentran allí ningún placer».
tad-vāg-visargo janatāgha-viplavo
yasmin prati-ślokam abaddhavaty api
nāmāny anantasya yaśo-’ṅkitāni yat
śṛṇvanti gāyanti gṛṇanti sādhavaḥ
«Por otro lado, aquella literatura que está colmada de descripciones acerca de las glorias trascendentales del nombre, la fama, las formas, los pasatiempos, etc., del ilimitado Señor Supremo, es una creación diferente, llena de palabras trascendentales destinadas a ocasionar una revolución en las vidas impías de la mal dirigida civilización de este mundo. Esa clase de obras literarias trascendentales, aunque estén compuestas de una manera imperfecta, las oyen, las cantan y las aceptan los hombres purificados que son completamente honestos».
Cualquier escrito que no tenga relación con Dios es igual que un lugar en el que los cuervos disfrutan. ¿Dónde disfrutan los cuervos? En un lugar inmundo. Pero los cisnes blancos sienten placer en bellas y claras aguas rodeadas de jardines. De modo que hasta entre los animales hay divisiones naturales. Los cuervos no van a donde están los cisnes, y los cisnes no van a donde están los cuervos. De la misma manera, en la sociedad humana hay hombres que son como cuervos y hombres que son como cisnes. Los hombres que son como cisnes vendrán a los centros de conciencia de Kṛṣṇa, donde todo es claro, donde hay buena filosofía, buena comida trascendental, buena educación, buena inteligencia —todo bueno—, mientras que los hombres que son como cuervos irán a clubes, fiestas, espectáculos de nudismo, y a muchísimas otras cosas por el estilo.
Así que el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa está hecho para hombres que son como cisnes, no para hombres que son como cuervos. Pero podemos convertir a los cuervos en cisnes. Ésa es nuestra filosofía. Aquellos que eran cuervos están ahora nadando como cisnes. Ése es el beneficio del proceso de conciencia de Kṛṣṇa.
El mundo material es el mundo en el que los cisnes se han vuelto cuervos. En el mundo material la entidad viviente está enjaulada en un cuerpo material, y trata de complacer sus sentidos en un cuerpo tras otro. Pero gradualmente el restablecimiento del dharma convertirá a los cuervos en cisnes. Por ejemplo, puede que un hombre sea iletrado e inculto, pero mediante una formación se le puede convertir en un hombre culto y educado.
Esa formación es posible en la forma humana de vida. Yo no puedo entrenar a un perro para que se vuelva devoto. Eso es difícil. Claro que eso también puede hacerse, aunque quizás yo no sea lo suficientemente poderoso como para hacerlo. Cuando el Señor Caitanya Mahāprabhu estaba viajando por las selvas de Jhārikhaṇḍa, los tigres, las serpientes, los venados y todos los demás animales, se volvieron devotos. Eso Le resultó posible a Caitanya Mahāprabhu porque Él es Dios mismo y, por consiguiente, puede hacer cualquier cosa. Pero aunque nosotros no podemos hacer eso, podemos trabajar en la sociedad humana. Por caído que un hombre sea, si sigue las instrucciones del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, puede regresar a su posición original. Desde luego, hay grados de comprensión, pero nuestra posición original es ser parte integral de Dios. El comprender esta posición se denomina comprensión Brahman, comprensión espiritual, y es esta comprensión la que el propio Kṛṣṇa viene a restablecer en este mundo.
El Señor Kṛṣṇa vino a este mundo a pedido de Sus devotos Vasudeva y Devakī (vasudevasya devakyāṁ yācito ’bhyagāt). Aunque Vasudeva y Devakī estuvieron casados en su vida anterior, no tuvieron hijos. Ellos se sometieron a severas austeridades, y cuando Kṛṣṇa apareció ante ellos y les preguntó qué querían, respondieron: «Queremos un hijo como Tú. Ése es nuestro deseo». Pero, ¿cómo es posible que haya otro Dios? Kṛṣṇa es Dios, y Dios es uno; Él no puede ser dos. Así que, ¿cómo podía haber otro Dios para volverse hijo de Vasudeva y Devakī? Por lo tanto, Kṛṣṇa dijo: «No es posible encontrar a otro Dios, así que Yo mismo Me convertiré en su hijo». De manera que algunas personas dicen que Kṛṣṇa advino porque Vasudeva y Devakī lo querían tener como hijo.
Aunque en realidad Kṛṣṇa viene a satisfacer a Sus devotos, tales como Vasudeva y Devakī, cuando viene, realiza además otras actividades. Vadhāya ca sura-dviṣām. La palabra vadhāya significa «matanza», y sura-dviṣām se refiere a los demonios, los cuales siempre están envidiosos de los devotos. Kṛṣṇa viene a matar a esos demonios.
Un ejemplo de un demonio es Hiraṇyakaśipu. Como Prahlāda Mahārāja era un devoto, su padre, Hiraṇyakaśipu, estaba tan envidioso que se disponía a matar a su propio hijo, aunque la única culpa que el pequeño niño tenía era que cantaba Hare Kṛṣṇa. Ésa es la naturaleza de los demonios. A Jesucristo también lo mataron los sura-dviṣām, aquellos que estaban envidiosos de él. ¿Cuál era su culpa? Que estaba predicando acerca de Dios. Sin embargo, tenía muchísimos enemigos, los cuales lo crucificaron cruelmente. Por lo tanto, Kṛṣṇa viene a matar a esos sura-dviṣām.
Desde luego que esa matanza de los envidiosos puede hacerse sin la presencia de Kṛṣṇa. Kṛṣṇa puede matar a millones de personas con poner a actuar las fuerzas naturales de la guerra, la peste, el hambre, etc. Él no necesita venir aquí a matar a esos sinvergüenzas, pues éstos pueden ser matados con sólo Su dirección, la ley natural. Sṛṣṭi-sthiti-pralaya-sādhana-śaktir ekā (Brahma-saṁhitā 5.44). La naturaleza tiene tanto poder que puede crear, sustentar y aniquilar todo. Sṛṣṭi significa «creación», sthiti significa «conservación», y pralaya significa «destrucción». La naturaleza puede crear, mantener y también destruir. A esta manifestación cósmica material la mantiene la misericordia de la naturaleza, mediante la cual estamos recibiendo luz solar, aire y lluvia, con los cuales cultivamos nuestra comida, de manera que podamos comer y crecer bien. Pero la naturaleza es tan poderosa que en cualquier momento puede destruirlo todo simplemente con un ventarrón. La naturaleza está funcionando bajo la dirección de Kṛṣṇa (mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ sūyate sa-carācaram). Por consiguiente, si Kṛṣṇa quiere que los demonios mueran, puede matar a millones de ellos con sólo una fuerte ráfaga del viento de la naturaleza.
Así que, para matar a los demonios, Kṛṣṇa no necesita venir. Cuando viene, lo hace porque se lo piden Sus devotos, tales como Devakī y Vasudeva, como lo indica Kuntīdevī mediante el uso de la palabra yācitaḥ, que significa «por quien se oró». Luego la verdadera causa de Su venida es el pedido de los devotos; pero, cuando Él viene, muestra simultáneamente que está dispuesto a matar a cualquiera que esté envidioso de Sus devotos. Por supuesto, Su matanza y Su manutención son iguales, porque Él es absoluto. Aquellos a quienes Kṛṣṇa mata logran de inmediato la salvación, la cual toma por lo general millones de años en obtenerse.
Así pues, puede que la gente diga que Kṛṣṇa ha venido por esto o por aquello, pero de hecho Kṛṣṇa viene por el bien de Sus devotos. Él siempre cuida del bienestar de los devotos, y con esta instrucción de Kuntī debemos entender que siempre hemos de estar preocupados por saber cómo volvernos devotos. Entonces todas las buenas cualidades aparecerán en nosotros.
yasyāsti bhaktir bhagavaty akiñcanā
sarvais gunaiṣ tatra samāsate surāḥ
(Bhāg. 5.18.12)
Si simplemente desarrollamos la devoción natural latente que tenemos por Kṛṣṇa, todas las buenas cualidades se desarrollarán en nosotros.
Nuestra devoción por Kṛṣṇa es natural. Así como un hijo tiene devoción natural por su padre y por su madre, nosotros tenemos devoción natural por Kṛṣṇa. Cuando hay peligro, hasta los científicos materialistas oran a Dios. Claro que, cuando no están en peligro, desafían a Dios y, por consiguiente, el peligro es necesario para enseñarles a esos sinvergüenzas que hay Dios. Jīvera svarūpa haya—kṛṣṇera ‘nityā-dāsa’. Nuestra posición natural es depender de Dios. Estamos tratando artificialmente de desterrar a Dios, diciendo: «Dios está muerto», «No hay Dios», o «Yo soy Dios». Pero cuando dejemos esa sinvergüencería, Kṛṣṇa nos brindará plena protección.