TEXT 15
yaṁ hi na vyathayanty ete
puruṣaṁ puruṣarṣabha
sama-duḥkha-sukhaṁ dhīraṁ
so ’mṛtatvāya kalpate
yam—aquel a quien; hi—indudablemente; na—nunca; vyathayanti—afligen; ete—todos estos; puruṣam—a una persona; puruṣa-ṛṣabha—¡oh, tú, el mejor entre los hombres!; sama—inalterable; duḥkha—en la aflicción; sukham—y la felicidad; dhīram—paciente; saḥ—él; amṛtatvāya—para la liberación; kalpate—se le considera merecedor.
¡Oh, tú, el mejor entre los hombres [Arjuna]!, la persona que no se perturba ante la felicidad y la aflicción, y que permanece estable en medio de ambas, es sin duda merecedora de la liberación.
SIGNIFICADO: Todo aquel que se mantenga firme en su determinación de alcanzar la etapa avanzada de la iluminación espiritual, y que, además, pueda tolerar los embates de la aflicción y la felicidad, es indudablemente una persona merecedora de la liberación. En la institución varṇāśrama, la cuarta etapa de la vida, es decir, la orden de renuncia (sannyāsa), constituye una situación difícil. Pero aquel que realmente quiere perfeccionar su vida, adopta sin duda la orden de vida de sannyāsa, pese a todas las dificultades que se le presenten. Las dificultades surgen, por lo general, del hecho de tener que romper las relaciones familiares, de tener que abandonar la relación con la esposa y los hijos. Pero, si alguien es capaz de tolerar esas dificultades, es seguro que su senda hacia la iluminación espiritual se halla completa. De igual modo, a Arjuna se le aconseja perseverar en el desempeño de los deberes de un kṣatriya, incluso si le es difícil pelear con sus familiares u otras personas tan queridas como ellos. El Señor Caitanya adoptó sannyāsa a la edad de veinticuatro años, y las personas que dependían de Él —Su joven esposa y Su anciana madre— no tenían a nadie más que velara por ellas. Sin embargo, Él adoptó sannyāsa por una causa superior, y se mantuvo firme en el desempeño de los deberes superiores. Esa es la manera de lograr liberarse del cautiverio material.