TEXT 61
tāni sarvāṇi saṁyamya
yukta āsīta mat-paraḥ
vaśe hi yasyendriyāṇi
tasya prajñā pratiṣṭhitā
tāni—esos sentidos; sarvāṇi—todos; saṁyamya—manteniendo bajo control; yuktaḥ—dedicado; āsīta—debe situarse; mat-paraḥ—en relación conmigo; vaśe—totalmente subyugados; hi—ciertamente; yasya—aquel que; indriyāṇi—sentidos; tasya—su; prajñā—conciencia; pratiṣṭhitā—fija.
Aquel que restringe los sentidos, manteniéndolos totalmente bajo control, y fija su conciencia en Mí, es conocido como un hombre de inteligencia estable.
SIGNIFICADO: En este verso se explica claramente que el estado de conciencia de Kṛṣṇa constituye el más alto concepto de la perfección del yoga. Y, a menos que uno esté consciente de Kṛṣṇa, es absolutamente imposible controlar los sentidos. Como se citó anteriormente, el gran sabio Durvāsā Muni riñó con Mahārāja Ambarīṣa, y, por orgullo, se enojó innecesariamente, a raíz de lo cual no pudo contener los sentidos. En cambio, el rey, aunque no era un yogī tan poderoso como el sabio sino un devoto del Señor, toleró silenciosamente todas las injusticias del sabio, y, en virtud de ello, salió triunfante. Como se menciona en el Śrīmad-Bhāgavatam (9.4.18–20), el rey pudo controlar los sentidos gracias a las cualidades siguientes:
sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayor
vacāṁsi vaikuṇṭha-guṇānuvarṇane
karau harer mandira-mārjanādiṣu
śrutiṁ cakārācyuta-sat-kathodaye
mukunda-liṅgālaya-darśane dṛśau
tad-bhṛtya-gātra-sparśe ’ṅga-saṅgamam
ghrāṇaṁ ca tat-pāda-saroja-saurabhe
śrīmat-tulasyā rasanāṁ tad-arpite
pādau hareḥ kṣetra-padānusarpaṇe
śiro hṛṣīkeśa-padābhivandane
kāmaṁ ca dāsye na tu kāma-kāmyayā
yathottama-śloka-janāśrayā ratiḥ
«El rey Ambarīṣa fijó la mente en los pies de loto del Señor Kṛṣṇa; ocupó las palabras en describir la morada del Señor; las manos, en limpiar el templo del Señor; los oídos, en oír los pasatiempos del Señor; los ojos, en ver la forma del Señor; el cuerpo, en tocar el cuerpo del devoto; la nariz, en oler la fragancia de las flores ofrecidas a los pies de loto del Señor; la lengua, en saborear las hojas de tulasī ofrecidas a Él; las piernas, en desplazarse al lugar sagrado en el que se halla el templo de Él; la cabeza, en ofrecerle reverencias al Señor; y los deseos, en satisfacer los deseos del Señor... y todas estas cualidades hicieron que fuera apto para convertirse en un devoto mat-para del Señor».
La palabra mat-para es de lo más significativa en relación con esto. En la vida de Mahārāja Ambarīṣa se describe la manera en que uno puede convertirse en un mat-para. Śrīla Baladeva Vidyābhūṣaṇa, un gran erudito y ācārya de la línea de los mat-para, señala: mad-bhakti-prabhāvena sarvendriya-vijaya- pūrvikā svātma-dṛṣṭiḥ su-labheti bhāvaḥ. «Los sentidos pueden llegarse a controlar por completo, únicamente en virtud del poder del servicio devocional que se le presta a Kṛṣṇa». También se da el ejemplo del fuego: «Así como un fuego ardiente quema todo lo que haya en un cuarto, así mismo el Señor Viṣṇu, situado en el corazón del yogī, quema toda clase de impurezas». El Yoga-sūtra también prescribe meditar en Viṣṇu, y no la meditación en el vacío. Los supuestos yogīs que meditan en otra cosa que no sea la forma de Viṣṇu simplemente pierden el tiempo en una vana búsqueda de algo fantasmagórico. Tenemos que estar conscientes de Kṛṣṇa —consagrados a la Personalidad de Dios—. Esa es la finalidad del yoga.