Text 40
eka-bāra yāra nayane lāge, sadā tāra hṛdaye jāge,
kṛṣṇa-tanu — yena āmra-āṭhā
nārī-mane paiśe hāya, yatne nāhi bāhirāya,
tanu nahe, — seyā-kulera kāṅṭā
eka-bāra—una vez; yāra—cuyos; nayane—ojos; lāge—captan; sadā—siempre; tāra—suyo; hṛdaye—en el corazón; jāge—ejerce el predominio; kṛṣṇa-tanu—el cuerpo de Kṛṣṇa; yena—como; āmra-āṭhā—la savia del árbol de mango; nārī-mane—en la mente de las mujeres; paiśe—entra; hāya—¡ay!; yatne—incluso con gran esfuerzo; nāhi—no; bāhirāya—sale; tanu nahe—no es un cuerpo común y corriente; seyā-kulera kāṅṭā—es como la espina del árbol de bayas seyā.
«Si los ojos de una persona se fijan en el hermoso cuerpo de Kṛṣṇa aunque sea una sola vez, esa forma ejercerá para siempre su predominio en su corazón. El cuerpo de Kṛṣṇa es como la savia del árbol de mango, pues, cuando entra en la mente de las mujeres, pese a todos los esfuerzos, ya no vuelve a salir. Así, el extraordinario cuerpo de Kṛṣṇa es como una espina del árbol de bayas seyā.