Texto 122
tulasīre tāṅke veśyā namaskāra kari’
dvāre vasi’ nāma śune bale ‘hari’ ‘hari’
tulasīre—a la planta de tulasī; tāṅke—a Haridāsa Ṭhākura; veśyā—la prostituta; namaskāra kari’—tras ofrecer reverencias; dvāre vasi’—sentándose a la puerta; nāma—el santo nombre; śune—escucha; bale—dice; hari hari—«¡oh, mi Señor Hari!, ¡oh, mi Señor Hari!».
Tras ofrecer reverencias a la planta de tulasī y a Haridāsa Ṭhākura, la prostituta se sentó a la puerta. Escuchando a Haridāsa Ṭhākura rezar el mantra Hare Kṛṣṇa, también ella repetía: «¡Oh, mi Señor Hari!, ¡oh, mi Señor Hari!».
SIGNIFICADO: En este pasaje podemos ver claramente a un vaiṣṇava que libera a un alma caída mediante un truco trascendental. La prostituta vino a corromper a Haridāsa Ṭhākura, pero él consideró su deber liberarla. Como demuestra claramente este pasaje, el proceso de liberación es muy simple. La prostituta se relacionó con Haridāsa Ṭhākura con fe y reverencia, y él personalmente trató su enfermedad material con el canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa. De una u otra forma, y pese a sus motivos ocultos, la prostituta se relacionó con un vaiṣṇava y le satisfizo, cantando de cuando en cuando, a modo de imitación: «¡Oh, mi Señor Hari!, ¡oh, mi Señor Hari!». La conclusión es que la relación con un vaiṣṇava, el canto del santo nombre del Señor y ofrecer reverencias a la planta de tulasī o a un vaiṣṇava, son actividades que nos llevan a ser devotos trascendentales, completamente limpios de toda contaminación material.