Texts 26-30
satyaṁ śaucaṁ dayā kṣāntis
tyāgaḥ santoṣa ārjavam
śamo damas tapaḥ sāmyaṁ
titikṣoparatiḥ śrutam
jñānaṁ viraktir aiśvaryaṁ
śauryaṁ tejo balaṁ smṛtiḥ
svātantryaṁ kauśalaṁ kāntir
dhairyaṁ mārdavam eva ca
prāgalbhyaṁ praśrayaḥ śīlaṁ
saha ojo balaṁ bhagaḥ
gāmbhīryaṁ sthairyam āstikyaṁ
kīrtir māno ’nahaṅkṛtiḥ
ete cānye ca bhagavan
nityā yatra mahā-guṇāḥ
prārthyā mahattvam icchadbhir
na viyanti sma karhicit
tenāhaṁ guṇa-pātreṇa
śrī-nivāsena sāmpratam
śocāmi rahitaṁ lokaṁ
pāpmanā kalinekṣitam
satyam—veracidad; śaucam—limpieza; dayā—no tolerar la infelicidad de otros; kṣāntiḥ—autocontrol incluso si hay motivo de ira; tyāgaḥ—magnanimidad; santoṣaḥ—autosatisfacción; ārjavam—rectitud; śamaḥ—fijeza de la mente; damaḥ—control de los órganos de los sentidos; tapaḥ—fiel a la responsabilidad; sāmyam—no discriminar entre amigo y enemigo; titikṣā—tolerar las ofensas de los demás; uparatiḥ—indiferencia ante la pérdida y la ganancia; śrutam—seguir las disposiciones de las Escrituras; jñānam—conocimiento (autorrealización); viraktiḥ—desapego del disfrute de los sentidos; aiśvaryam—liderazgo;śauryam—valentía; tejaḥ—influencia; balam—hacer posible lo imposible; smṛtiḥ—encontrar uno su deber indicado;svātantryam—no depender de los demás; kauśalam—destreza en todas las actividades; kāntiḥ—belleza; dhairyam—libre de perturbación; mārdavam—bondad; eva—así pues; ca—también; prāgalbhyam—ingenuidad; praśrayaḥ—gentileza; śīlam—cortesía; sahaḥ—determinación; ojaḥ—conocimiento perfecto; balam—ejecución debida; bhagaḥ—objeto de disfrute;gāmbhīryam—júbilo; sthairyam—impasibilidad; āstikyam—fidelidad; kīrtiḥ—fama; mānaḥ—digno de ser adorado;anahaṅkṛtiḥ—ausencia de orgullo; ete—todas estas; ca anye—también muchas otras; ca—y; bhagavan—la Personalidad de Dios; nityāḥ—perpetuo; yatra—donde; mahā-guṇāḥ—grandes cualidades; prārthyāḥ—dignas de poseerse; mahattvam—grandeza; icchadbhiḥ—aquellos que así lo desean; na—nunca; viyanti—deteriora; sma—jamás; karhicit—en ningún momento; tena—por Él; aham—yo; guṇa-pātreṇa—la fuente de todas las cualidades; śrī—la diosa de la fortuna; nivāsena—por el lugar de reposo; sāmpratam—muy recientemente; śocāmi—estoy pensando en; rahitam—privado de; lokam—planetas;pāpmanā—el depósito de todos los pecados; kalinā—por Kali; īkṣitam—se ve.
En Él residen (1) la veracidad, (2) la limpieza, (3) el no tolerar la infelicidad de otros, (4) el poder de controlar la ira, (5) la autosatisfacción, (6) la rectitud, (7) la estabilidad de la mente, (8) el control de los órganos de los sentidos, (9) la responsabilidad, (10) la igualdad, (11) la tolerancia, (12) la ecuanimidad, (13) la lealtad, (14) el conocimiento, (15) la ausencia de disfrute de los sentidos, (16) el liderazgo, (17) la valentía, (18) la influencia, (19) el poder de hacer que todo sea posible, (20) el desempeño del deber indicado, (21) la completa independencia, (22) la destreza, (23) la plenitud de toda belleza, (24) la serenidad, (25) la bondad, (26) la ingenuidad, (27) la gentileza, (28) la magnanimidad, (29) la determinación, (30) la perfección en todo el conocimiento, (31) la ejecución debida, (32) la posesión de todos los objetos de disfrute, (33) el júbilo, (34) la impasibilidad, (35) la fidelidad, (36) la fama, (37) la adoración, (38) la ausencia de orgullo, (39) el ser (como la Personalidad de Dios), (40) la eternidad, y muchas otras cualidades trascendentales que están presentes en Él eternamente y de quien jamás habrán de separarse. Esa Personalidad de Dios, la fuente de toda belleza, el Señor Śrī Kṛṣṇa, ahora ha clausurado Sus pasatiempos trascendentales en la superficie de la Tierra. En Su ausencia, la era de Kali ha diseminado su influencia por doquier, y estoy triste de ver esta condición de la existencia.
SIGNIFICADO: Incluso si fuera posible reducir la Tierra a polvo y contar todos sus átomos, aun así sería imposible estimar las insondables cualidades trascendentales del Señor. Se dice que al Señor Anantadeva —quien por infinidad de años y con Su infinidad de lenguas ha tratado de describir las cualidades trascendentales del Señor Supremo— le ha sido imposible estimar las cualidades del Señor. La declaración anterior acerca de las cualidades del Señor es solo para estimar Sus cualidades hasta donde un ser humano es capaz de verlo. Pero aun así, las anteriores cualidades pueden subdividirse en muchas otras categorías. De acuerdo con Śrīla Jīva Gosvāmī, la tercera cualidad, el no tolerar la infelicidad de otro, puede subdividirse en (1) la protección de las almas entregadas, y (2) el desearles bien a los devotos. En el Bhagavad-gītā, el Señor declara que quiere que cada alma se entregue únicamente a Él, y Él les asegura a todos que, si lo hacen, los protegerá de las reacciones de todos los pecados. Las almas que no están entregadas no son devotas del Señor, y, por ende, no existe ninguna protección determinada para todo el mundo en general. Para los devotos, Él tiene los mejores deseos, y a aquellos que de hecho están dedicados al amoroso servicio trascendental del Señor, Él les presta atención especial. Él les da indicaciones a esos devotos puros para ayudarlos a desempeñar sus responsabilidades en la senda que va de vuelta a Dios. En virtud de la igualdad (10), el Señor es igualmente bueno con todo el mundo, tal como es sol es equitativo al distribuir sus rayos sobre todo el mundo. Sin embargo, hay mucha gente que es incapaz de sacar provecho de los rayos del sol. De igual modo, el Señor dice que el entregarse a Él es la garantía de recibir de Él toda clase de protección, pero las personas desafortunadas son incapaces de aceptar esa proposición, debido a lo cual sufren de toda clase de desdichas materiales. Así pues, a pesar de que el Señor es igual de bienqueriente para con todo el mundo, el ser viviente desafortunado, tan solo por mala asociación, es incapaz de aceptar por completo Sus instrucciones, y jamás hay que culpar de ello al Señor. A Él se le llama el bienqueriente solo en el caso de los devotos. Él parece parcializarse por Sus devotos, pero, en realidad, queda en manos del ser viviente el aceptar o rechazar el trato equitativo que da el Señor.
El Señor nunca falta a Su palabra de honor. Cuando Él garantiza brindar protección, la promesa se cumple en todas las circunstancias. El devoto puro tiene el deber de estar fijo en el desempeño de la tarea que le ha confiado el Señor o el representante genuino del Señor, el maestro espiritual. De lo demás se encarga el Señor ininterrumpidamente.
La responsabilidad del Señor también es única. El Señor no tiene ninguna responsabilidad, porque todo Su trabajo lo realizan Sus diferentes energías designadas para ello. Pero, aun así, Él acepta responsabilidades voluntarias al desempeñar diferentes papeles en Sus pasatiempos trascendentales. Como niño, hizo el papel de un pastor de vacas. Como hijo de Nanda Mahārāja, cumplió la responsabilidad a la perfección. Así mismo, cuando hacía el papel de un kṣatriya como hijo de Mahārāja Vasudeva, exhibió toda la destreza de un kṣatriya de espíritu marcial. En casi todos los casos, el rey kṣatriya tiene que conseguir esposa mediante la pelea o el rapto. Esta clase de comportamiento en un kṣatriya es digno de elogio, en el sentido de que el kṣatriya debe mostrarle su capacidad heroica a su futura esposa, de modo que la hija de un kṣatriya pueda ver el valor de su futuro esposo. Incluso la Personalidad de Dios Śrī Rāma exhibió esa clase de espíritu heroico durante su matrimonio. Él partió el arco más fuerte de todos, llamado Haradhanur, y obtuvo la mano de Sītādevī, la madre de toda opulencia. El espíritu kṣatriya se exhibe durante los festivales de matrimonio, y no hay nada de malo en esas peleas. El Señor Śrī Kṛṣṇa cumplió con esa responsabilidad a plenitud, pues aunque tuvo más de dieciséis mil esposas, en todos y cada uno de los casos peleó como un valiente kṣatriya, y consiguió así a cada esposa. Pelear dieciséis mil veces para conseguir dieciséis mil esposas es algo que sin duda es posible únicamente para la Suprema Personalidad de Dios. De la misma manera, Él exhibió responsabilidad plena en cada una de las acciones de Sus diferentes pasatiempos trascendentales.
La decimocuarta cualidad, el conocimiento, puede a su vez desarrollarse en cinco subdivisiones, a saber, (1) inteligencia, (2) gratitud, (3) capacidad de entender las condiciones circunstanciales de lugar, objeto y tiempo, (4) conocimiento perfecto de todo, y (5) conocimiento del yo. Únicamente los necios son desagradecidos con sus benefactores. Sin embargo, el Señor no requiere de beneficios de nadie más allá de Sí mismo, porque Él es completo en Sí Mismo; aun así, Él se siente beneficiado por los servicios puros de Sus devotos. El Señor se siente agradecido con Sus devotos por ese servicio incondicional y sencillo, y trata de corresponder con él prestando servicio, aunque el devoto no tiene ningún deseo de ello en el corazón. El trascendental servicio del Señor es de por sí un beneficio trascendental para el devoto, y, por consiguiente, este no tiene nada que esperar del Señor. Sobre la base de la afirmación del aforismo védico sarvaṁ khalv idaṁ brahma, podemos sobreentender que el Señor, en virtud de los omnipresentes rayos de Su refulgencia, denominada brahmajyoti, se encuentra difundido por dentro y por fuera de todo, tal como el omnipresente cielo material, y por eso Él también es omnisciente.
En lo que respecta a la belleza del Señor, Él tiene ciertas características especiales que lo distinguen de todos los demás seres vivos, y por encima de todo, tiene ciertas características hermosas y atractivas mediante las cuales atrae incluso la mente de Rādhārāṇī, la creación más hermosa del Señor. Él es conocido, así pues, como Madana-mohana, o aquel que atrae incluso la mente de Cupido. Śrīla Jīva Gosvāmī Prabhu ha analizado minuciosamente otras cualidades trascendentales del Señor, y afirma que el Señor Śrī Kṛṣṇa es la Absoluta y Suprema Personalidad de Dios (Parabrahman). Él es omnipotente en virtud de Sus energías inconcebibles, y, por lo tanto, es el Yogeśvara, o el amo supremo de todos los poderes místicos. Por ser el Yogeśvara, Su forma eterna es espiritual, una combinación de eternidad, bienaventuranza y conocimiento. La clase de los no devotos no puede entender la naturaleza dinámica de Su conocimiento, porque a ellos los satisface el tratar de alcanzar Su eterna forma de conocimiento. Todas las grandes almas ambicionan tener el mismo conocimiento que Él. Esto significa que cualquier otro conocimiento siempre es insuficiente, flexible y mensurable, mientras que el conocimiento del Señor siempre está fijo y es insondable. Śrīla Sūta Gosvāmī afirma en el Bhāgavatam que, aunque los ciudadanos de Dvārakā lo observaban a Él todos los días, sentían un anhelo siempre creciente de verlo una y otra vez. Los seres vivientes pueden apreciar las cualidades del Señor como la meta última, pero no pueden alcanzar el statu quo de esa igualdad. Este mundo material es un producto del mahat-tattva, que es un estado de la condición durmiente en que se encuentra el Señor en Su sopor místico yoga-nidrā en el Océano Causal, y, no obstante, toda la creación parece ser una representación verdadera de Su creación. Esto significa que las condiciones durmientes del Señor también son manifestaciones reales. Por lo tanto, Él puede poner todo bajo Su control trascendental, y, en consecuencia, cuando quiera y dondequiera que Él aparece, lo hace en toda Su plenitud. Como el Señor es todo lo que se describió anteriormente, Él mantiene los asuntos de la creación, y al así hacerlo, les otorga la salvación incluso a los enemigos que mata. Él le resulta atractivo aun al alma liberada más elevada de todas, y, por consiguiente, es digno de la adoración de Brahmā y Śiva inclusive, los semidioses más importantes de todos. Hasta en Su encarnación de puruṣa-avatāra, Él es el Señor de toda la energía creativa. La energía material creativa está actuando bajo Su dirección, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā (9.10). Él es la llave de control de la energía material, y para controlar la energía material en los innumerables universos, Él es la causa originaria de infinidad de encarnaciones en todos ellos. Hay más de quinientas mil encarnaciones de Manu en solo un universo, además de otras encarnaciones que hay en diferentes universos. Sin embargo, en el mundo espiritual, más allá del mahat-tattva, no se habla de encarnaciones, sino que en los diferentes Vaikuṇṭhas hay expansiones plenarias del Señor. Los planetas del cielo espiritual son al menos tres veces más numerosos que aquellos que se encuentran dentro de los innumerables universos del mahat-tattva. Y todas las formas Nārāyaṇa del Señor no son más que expansiones de Su aspecto Vāsudeva, y, en consecuencia, Él es Vāsudeva, Nārāyaṇa y Kṛṣṇa, simultáneamente. Él es śrī-kṛṣṇa govinda hare murāre, he nātha nārāyaṇa vāsudeva, todo en uno. De ahí que, nadie, por grande que sea, puede contar Sus cualidades.