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Text 33

yatreme sad-asad-rūpe
pratiṣiddhe sva-saṁvidā
avidyayātmani kṛte
iti tad brahma-darśanam

yatra—siempre que; ime—en todos estos; sat-asat—burdo y sutil; rūpe—en las formas de; pratiṣiddhe—al ser anulado; sva-saṁvidā—mediante la autorrealización; avidyayā—por la ignorancia; ātmani—en el ser; kṛte—habiendo sido impuesto; iti—de esa manera; tat—eso es; brahma-darśanam—el proceso de ver al Absoluto.

Cuando quiera que una persona experimente, mediante la autorrealización, que tanto el cuerpo burdo como el sutil no tienen nada que ver con el yo puro, en ese momento se ve a sí mismo, así como también al Señor.

SIGNIFICADO: La diferencia entre la autorrealización y la ilusión material consiste en saber que las imposiciones temporales o ilusorias de la energía material, en la forma del cuerpo burdo y sutil, son coberturas superficiales del yo. Las coberturas aparecen debido a la ignorancia. Dichas coberturas nunca son efectivas en la persona de la Personalidad de Dios. Saber esto con convicción se denomina liberación, o ver al Absoluto. Esto significa que la autorrealización perfecta la hace posible la adopción de una vida divina o espiritual. Autorrealización significa volverse indiferente a las necesidades de los cuerpos burdo y sutil, e interesarse seriamente en las actividades del ser. El incentivo para ejecutar actividades se genera en el ser, pero dichas actividades se vuelven ilusorias, debido a la ignorancia de la verdadera posición del ser. Por ignorancia, el bien personal se calcula en función de los cuerpos burdo y sutil y, en consecuencia, todo el conjunto de actividades se malogra, vida tras vida. Sin embargo, cuando uno llega a conocer el ser mediante el cultivo apropiado, las actividades del ser comienzan. Por lo tanto, a un hombre que esté dedicado a las actividades del ser se le llama jīvan-mukta, o una persona liberada incluso en la existencia condicionada.

Esta etapa perfecta de autorrealización no se alcanza por medios artificiales, sino bajo los pies de loto del Señor, quien siempre es trascendental. En el Bhagavad-gītā, el Señor dice que Él está presente en el corazón de todo el mundo, y únicamente a partir de Él aparece todo el conocimiento, el recuerdo o el olvido. Cuando el ser viviente desea ser un disfrutador de la energía material (los fenómenos ilusorios), el Señor lo cubre con el misterio del olvido, y por eso el ser viviente malentiende el cuerpo burdo y la mente sutil, creyendo que son su propio yo. Y mediante el cultivo del conocimiento trascendental, cuando el ser viviente le ora al Señor pidiéndole ser liberado de las garras del olvido, el Señor, por Su misericordia sin causa, quita la cortina ilusoria del ser viviente, y de esa forma este llega a comprender su propio yo. Él se dedica entonces al servicio del Señor en su eterna posición constitucional, quedando liberado de la vida condicionada. Todo esto lo ejecuta el Señor, ya sea a través de Su potencia externa, o directamente, mediante la potencia interna.

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