Text 25
etāvad uktvopararāma tan mahad
bhūtaṁ nabho-liṅgam aliṅgam īśvaram
ahaṁ ca tasmai mahatāṁ mahīyase
śīrṣṇāvanāmaṁ vidadhe ’nukampitaḥ
etāvat—así pues; uktvā—hablado; upararāma—se detuvo; tat—esa; mahat—gran; bhūtam—maravillosa; nabhaḥ-liṅgam—personificada mediante el sonido; aliṅgam—no vista por los ojos; īśvaram—la autoridad suprema; aham—yo; ca—también; tasmai—a Él; mahatām—el grande; mahīyase—al glorificado; śīrṣṇā—con la cabeza; avanāmam—reverencias; vidadhe—ejecuté; anukampitaḥ—siendo favorecido por Él.
Entonces, esa suprema autoridad, personificada por el sonido y no vista por los ojos, mas sumamente maravillosa, dejó de hablar. Experimentando un sentido de gratitud, le ofrecí a Él mis reverencias inclinando la cabeza.
SIGNIFICADO: Que a la Personalidad de Dios no se le viera, sino que solo se le oyera, da lo mismo. La Personalidad de Dios produjo los cuatro Vedas por medio de Su respiración, y a Él se le ve y se le llega a comprender vívidamente a través del trascendental sonido de los Vedas. De igual modo, el Bhagavad-gītā es la representación sonora del Señor, y no hay ninguna diferencia de identidad entre ambos. La conclusión de esto es que al Señor se le puede ver y oír en virtud del canto constante del sonido trascendental.