Text 3
jajñe ca kardama-gṛhe dvija devahūtyāṁ
strībhiḥ samaṁ navabhir ātma-gatiṁ sva-mātre
ūce yayātma-śamalaṁ guṇa-saṅga-paṅkam
asmin vidhūya kapilasya gatiṁ prapede
jajñe—nació; ca—también; kardama—el prajāpati de nombre Kardama; gṛhe—en la casa de; dvija—¡oh, brāhmaṇa!; devahūtyām—en el vientre de Devahūti; strībhiḥ—por mujeres; samam—acompañada por; navabhiḥ—por nueve; ātma-gatim—iluminación espiritual; sva-mātre—a Su propia madre; ūce—profirió; yayā—por lo cual; ātma-śamalam—coberturas del alma espiritual; guṇa-saṅga—asociada con las modalidades de la naturaleza; paṅkam—lodo; asmin—esta misma vida; vidhūya—siendo limpiada; kapilasya—del Señor Kapila; gatim—liberación; prapede—alcanzó.
El Señor apareció luego como la encarnación Kapila, siendo hijo del prajāpati brāhmaṇa Kardama, y su esposa, Devahūti, juntamente con otras nueve mujeres [hermanas]. Él le habló a Su madre acerca de la autorrealización, por lo cual, en esa misma vida, ella quedó limpia por completo del lodo de las modalidades materiales, con lo cual alcanzó la liberación: el sendero de Kapila.
SIGNIFICADO: Las instrucciones del Señor Kapila a Su madre Devahūti se encuentran descritas por completo en el Tercer Canto (capítulos 25-32) del Śrīmad-Bhāgavatam, y todo aquel que siga las instrucciones puede alcanzar la misma liberación que obtuviera Devahūti. El Señor habló el Bhagavad-gītā, con lo cual Arjuna logró la autorrealización, e incluso hoy en día, todo aquel que siga el sendero de Arjuna, puede también conseguir el mismo beneficio que Śrī Arjuna. Las Escrituras están dadas con ese propósito. Las personas tontas y sin inteligencia, fabrican sus propias interpretaciones mediante la imaginación, y, así pues, extravían a sus seguidores, haciéndolos que permanezcan en el calabozo de la existencia material. Sin embargo, simplemente con seguir las instrucciones impartidas por el Señor Kṛṣṇa o el Señor Kapila, uno puede obtener el beneficio más elevado que existe, incluso hoy en día.
La palabra ātma-gatim es significativa en el sentido de conocimiento perfecto del Supremo. Uno no debe satisfacerse simplemente con conocer la igualdad cualitativa que hay entre el Señor y el ser viviente. Uno debe conocer al Señor hasta donde Él pueda ser conocido por nuestro conocimiento limitado. Es imposible que el Señor sea conocido perfectamente tal como Él es, ni siquiera por personas liberadas tales como Śiva o Brahmā, ni qué hablar de otros semidioses u hombres de este mundo. Aun así, por seguir los principios de los grandes devotos y las instrucciones que se encuentran disponibles en las Escrituras, uno puede conocer los rasgos del Señor en una medida considerable. Su Señoría Kapila, la encarnación del Señor, instruyó a Su madre plenamente acerca de la forma personal del Señor, con lo cual ella tuvo la vivencia de la forma personal del Señor y pudo alcanzar un lugar en el Vaikuṇṭhaloka donde el Señor Kapila rige. Cada una de las encarnaciones del Señor tiene Su propia morada en el cielo espiritual. Por lo tanto, el Señor Kapila también tiene Su planeta Vaikuṇṭha individual. El cielo espiritual no se encuentra vacío. Existen innumerables planetas Vaikuṇṭha, y en cada uno de ellos el Señor rige mediante Sus innumerables expansiones, y los devotos puros que allí se encuentran, también viven con el mismo estilo que el Señor y Sus asociados eternos.
Cuando el Señor desciende personalmente o mediante Sus expansiones plenarias personales, esas encarnaciones se denominan expansiones aṁśa, kalā, guṇa, yuga, y manvantara, y cuando los asociados del Señor descienden por orden del Señor, esas encarnaciones se denominan encarnaciones śaktyāveśa. Pero en todos los casos, todas las encarnaciones son respaldadas por las invulnerables declaraciones de las Escrituras autorizadas, y no por una imaginación de algún propagandista con intereses personales. Esas encarnaciones del Señor, en cualquiera de las categorías arriba mencionadas, siempre declaran que la Suprema Personalidad de Dios es la verdad última. La concepción impersonal de la verdad suprema, es tan solo un proceso que consiste en la negación de la forma del Señor sobre la base de la concepción mundana de la verdad suprema.
Las entidades vivientes, por su misma constitución, son espiritualmente iguales al Señor. Y la única diferencia que hay entre ellos, es que el Señor es siempre supremo y puro, exento de la contaminación de las modalidades de la naturaleza material, mientras que las entidades vivientes son propensas a ser contaminadas por la asociación con las modalidades de la bondad, la pasión y la ignorancia. Esa contaminación causada por las modalidades materiales, puede ser limpiada por completo mediante el conocimiento, la renunciación y el servicio devocional. El servicio devocional que se le presta al Señor es el asunto fundamental, y, por lo tanto, aquellos que están directamente dedicados al servicio devocional del Señor, no solo adquieren el conocimiento necesario de la ciencia espiritual, sino que también logran desapegarse de la conexión con lo material, y son así promovidos al Reino de Dios mediante la liberación completa, tal como se dice en el Bhagavad-gītā (14.26):
māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate
Incluso en la etapa no liberada, una entidad viviente puede dedicarse directamente al trascendental servicio amoroso de la Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, o de Sus expansiones plenarias como Rāma y Narasiṁha. Así pues, con la mejora proporcional de ese trascendental servicio devocional, el devoto hace un progreso definitivo hacia brahma-gatim o ātma-gatim, y finalmente alcanza kapilasya gatim, o la morada del Señor, sin dificultad. La potencia antiséptica del servicio devocional que se le presta al Señor es tan grande, que puede neutralizar la infección material, incluso en la vida actual de un devoto. Un devoto no necesita esperar su siguiente nacimiento para lograr la liberación completa.