Text 41
saumyānuśoce tam adhaḥ-patantaṁ
bhrātre paretāya vidudruhe yaḥ
niryāpito yena suhṛt sva-puryā
ahaṁ sva-putrān samanuvratena
saumya—¡oh, tú, el bondadoso!; anuśoce—solo lamentando; tam—a él; adhaḥ-patantam—deslizándose hacia abajo; bhrātre—de su hermano; paretāya—muerte; vidudruhe—se rebeló en contra de; yaḥ—aquel que; niryāpitaḥ—echado; yena—por el cual; suhṛt—bienqueriente; sva-puryāḥ—de su propia casa; aham—yo mismo; sva-putrān—con sus propios hijos; samanu-vratena—aceptando la misma línea de acción.
¡Oh, tú, el bondadoso! Yo simplemente me lamento por [Dhṛtarāṣṭra] el que se rebeló en contra de su hermano después de su muerte. Él mismo me echó de mi propia casa, a pesar de que soy su sincero bienqueriente, porque aceptó la línea de acción que adoptaron sus propios hijos.
SIGNIFICADO: Vidura no preguntó por el bienestar de su hermano mayor, ya que no había ninguna posibilidad de que este se encontrara bien; solo podía haber noticias de su deslizamiento hacia el infierno. Vidura era un sincero bienqueriente de Dhṛtarāṣṭra, y pensaba en él en lo recóndito de su corazón. Lamentó que Dhṛtarāṣṭra hubiera sido capaz de rebelarse en contra de los hijos de su difunto hermano Pāṇḍu, y de echarlo a él (a Vidura) de su propia casa, por orden de sus perversos hijos. A pesar de estas acciones, Vidura nunca se volvió enemigo de Dhṛtarāṣṭra, sino que continuó siendo su bienqueriente; y en la última etapa de la vida de Dhṛtarāṣṭra, fue únicamente Vidura quien demostró ser su verdadero amigo. Así es el comportamiento de un vaiṣṇava como Vidura: desea todo lo auspicioso, incluso para los enemigos.