Text 32
mayā yathānūktam avādi te hareḥ
kṛtāvatārasya sumitra ceṣṭitam
yathā hiraṇyākṣa udāra-vikramo
mahā-mṛdhe krīḍanavan nirākṛtaḥ
mayā—por mí; yathā—como; anūktam—dicho; avādi—fue explicado; te—a ti; hareḥ—de la Suprema Personalidad de Dios; kṛta-avatārasya—que adoptó la encarnación; sumitra—¡oh, querido Vidura!; ceṣṭitam—las actividades; yathā—como; hiraṇyākṣaḥ—Hiraṇyākṣa; udāra—de muy gran alcance; vikramaḥ—destreza; mahā-mṛdhe—en un gran combate; krīḍana-vat—como un juguete; nirākṛtaḥ—fue muerto.
Maitreya prosiguió: Mi querido Vidura, te he explicado el descenso de la Personalidad de Dios como primera encarnación jabalí, y cómo mató en un gran combate a un demonio de destreza sin precedentes, como si de un juguete se tratase. Yo te lo he narrado tal y como lo oí de mi propio maestro espiritual.
SIGNIFICADO: Aquí el sabio Maitreya reconoce que ha explicado el episodio de la muerte de Hiraṇyākṣa a manos de la Suprema Personalidad de Dios sin alterar la narración; no inventó nada ni añadió su interpretación, sino que explicó lo que había oído de su maestro espiritual. De este modo aceptó como genuino el sistema de paramparā, es decir, recibir el mensaje trascendental en sucesión discipular. A menos que se haya recibido por medio de este proceso genuino de escuchar de un maestro espiritual, no puede tener validez la afirmación de un ācārya o preceptor.
También se declara aquí que, aunque el demonio Hiraṇyākṣa tenía una destreza ilimitada, para el Señor no fue más que un muñeco. Un niño rompe muchos muñecos sin realmente esforzarse. Del mismo modo, aunque un demonio pueda ser muy poderoso y extraordinario a los ojos de un hombre corriente del mundo material, para el Señor matar a un demonio de este tipo no supone dificultad. Puede matar a millones de demonios con la misma sencillez con que un niño juega con muñecos y los rompe.