Text 31
taijasānīndriyāṇy eva
kriyā-jñāna-vibhāgaśaḥ
prāṇasya hi kriyā-śaktir
buddher vijñāna-śaktitā
taijasāni—producidos a partir del egoísmo influenciado por la modalidad de la pasión; indriyāṇi—los sentidos; eva—ciertamente; kriyā—acción; jñāna—conocimiento; vibhāgaśaḥ—de acuerdo con; prāṇasya—de la energía vital; hi—ciertamente; kriyā-śaktiḥ—los sentidos de acción; buddheḥ—de la inteligencia; vijñāna-śaktitā—los sentidos para adquirir conocimiento.
Cuando el egoísmo es influenciado por la modalidad de la pasión, produce dos clases de sentidos: los sentidos para adquirir conocimiento, y los sentidos de acción. Los sentidos de acción dependen de la energía vital, y los sentidos para adquirir conocimiento dependen de la inteligencia.
SIGNIFICADO: En los versos anteriores se ha explicado que la mente es producto del ego influido por la bondad, y que sus funciones son aceptar y rechazar conforme al deseo. Pero aquí se dice que la inteligencia es producto del ego bajo la influencia de la pasión. Esa es la diferencia entre mente e inteligencia; la mente es producto del egoísmo bajo la bondad, y la inteligencia es producto del egoísmo bajo la pasión. El deseo de aceptar y rechazar algo es un factor muy importante de la mente. Siendo producto de la modalidad de la bondad, la mente puede volverse consciente de Kṛṣṇa si está fija en Aniruddha, el Señor de la mente. Narottama dāsa Ṭhākura explica que siempre tenemos deseos. El deseo no se puede detener. Pero si cambiamos nuestros deseos y tratamos de complacer a la Suprema Personalidad de Dios; esa es la perfección de la vida. El deseo queda contaminado materialmente tan pronto como lo orientamos hacia el control de la naturaleza material. Hay que purificar los deseos. Al principio, ese proceso de purificación tiene que ejecutarse de acuerdo con la orden del maestro espiritual, pues él sabe cómo transformar los deseos del discípulo en deseos conscientes de Kṛṣṇa. En lo que respecta a la inteligencia, aquí se afirma claramente que es producto del egoísmo bajo la pasión. La práctica nos permite alcanzar el plano de la modalidad de la bondad; con la entrega, al fijar la mente en la Suprema Personalidad de Dios, podemos llegar a ser mahātmās, grandes personalidades. En el Bhagavad-gītā se dice claramente: sa mahātmā sudurlabhaḥ: «Un alma de tal grandeza es muy difícil de encontrar».
En este verso queda claro que los dos tipos de sentidos, los sentidos para adquirir conocimiento y los sentidos para la acción, son productos del egoísmo influido por la modalidad de la pasión. Y, como los órganos de los sentidos para la actividad y para adquirir conocimiento precisan energía, la energía vital también es producto del egoísmo influido por la modalidad de la pasión. En la práctica podemos ver, por lo tanto, que aquellos que son muy apasionados pueden aumentar muy rápido sus adquisiciones materiales. En las Escrituras védicas se recomienda que, para estimular a una persona a que adquiera posesiones materiales, hay que incitarla también a la vida sexual. Es natural que aquellos que son adictos a la vida sexual también sean avanzados materialmente, porque la vida sexual, o vida apasionada, es el ímpetu que impulsa el progreso material de la civilización. Para aquellos que quieren hacer avance espiritual, la modalidad de la pasión prácticamente no existe. Predomina únicamente la modalidad de la bondad. Podemos ver que aquellos que se ocupan en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa son pobres materialmente, pero quien tenga ojos podrá ver quién es más grande. La persona consciente de Kṛṣṇa, aunque materialmente hablando parece pobre, en realidad no lo es; el verdadero pobre es aquel que parece muy feliz con las posesiones materiales pero no siente inclinación por la conciencia de Kṛṣṇa. Las personas deslumbradas por la conciencia material tienen mucha inteligencia para descubrir cosas que proporcionen comodidad material, pero no tienen acceso al entendimiento del alma espiritual y de la vida espiritual. Por lo tanto, cualquiera que desee progresar en la vida espiritual tiene que regresar al nivel del deseo purificado, el deseo puro de ocuparse en servicio devocional. Como se afirma en el Nārada-pañcarātra, ocuparse en el servicio del Señor con los sentidos purificados y conscientes de Kṛṣṇa se denomina devoción pura.