Text 16
jñānaṁ yad etad adadhāt katamaḥ sa devas
trai-kālikaṁ sthira-careṣv anuvartitāṁśaḥ
taṁ jīva-karma-padavīm anuvartamānās
tāpa-trayopaśamanāya vayaṁ bhajema
jñānam—conocimiento; yat—el cual; etat—este; adadhāt—dio; katamaḥ—quién, aparte de; saḥ—esa; devaḥ—la Personalidad de Dios; trai-kālikam—de las tres fases del tiempo; sthira-careṣu—en los objetos inanimados y animados; anuvartita—morando; aṁśaḥ—Su representación parcial; tam—a Él; jīva—de las almas jīva; karma-padavīm—el sendero de las actividades fruitivas; anuvartamānāḥ—que están buscando; tāpa-traya—de las tres miserias; upaśamanāya—para liberarse; vayam—nosotros; bhajema—debemos entregarnos.
Nadie más que la Suprema Personalidad de Dios, en Su aspecto localizado de Paramātmā, la representación parcial del Señor, es quien dirige a todos los seres, animados e inanimados. Él está presente en las tres fases del tiempo: el pasado, el presente y el futuro. De este modo, el alma condicionada, bajo Su dirección, se ocupa en diversas actividades, y para liberarnos de las tres miserias de la vida condicionada, debemos entregarnos únicamente a Él.
SIGNIFICADO: Cuando el alma condicionada tiene una inquietud seria por liberarse de las garras de la materia, la Suprema Personalidad de Dios, que en la forma de Paramātmā está en su interior, le da este conocimiento: «Entrégate a Mí». Las palabras del Señor en el Bhagavad-gītā son: «Abandona todas las demás ocupaciones. Sencillamente entrégate a Mí». Debemos aceptar que la fuente del conocimiento es la Persona Suprema, como se confirma también en el Bhagavad-gītā: mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca. El Señor dice: «Gracias a Mí se obtiene el verdadero conocimiento y la memoria, y también gracias a Mí se obtiene el olvido». Cuando alguien quiere estar materialmente satisfecho, o quiere enseñorearse de la naturaleza material, el Señor le da la oportunidad de olvidar Su servicio y de disfrutar de la supuesta felicidad de las actividades materiales. Paralelamente, cuando alguien ha fracasado en sus intentos de enseñorearse de la naturaleza material y es muy sincero en lo que se refiere a salir del enredo material, el Señor, desde dentro, le da el conocimiento de que tiene que entregarse a Él; entonces alcanza la liberación.
Solamente el Señor Supremo o Su representante pueden impartir ese conocimiento. En el Caitanya-caritāmṛta, el Señor Caitanya enseña a Rūpa Gosvāmī que las entidades vivientes vagan, vida tras vida, experimentando las desdichadas condiciones de la existencia material. Pero aquella que está muy deseosa de liberarse del enredo material recibe la iluminación gracias al maestro espiritual y a Kṛṣṇa. Esto significa que Kṛṣṇa, como Superalma, está en el corazón de la entidad viviente, y cuando esta es sincera, el Señor la lleva hacia el refugio de Su representante, el maestro espiritual genuino. Con esa dirección interior, y con la guía externa del maestro espiritual, la entidad viviente llega al sendero del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, que es la vía para escapar de las garras de la materia.
Por tanto, sin recibir la bendición de la Suprema Personalidad de Dios, no tenemos la menor posibilidad de situarnos en la posición que nos corresponde. Sin la iluminación del conocimiento supremo, tenemos que sobrellevar las rigurosas penalidades de la ardua lucha por la existencia en la naturaleza material. Por lo tanto, el maestro espiritual es la manifestación de la misericordia de la Persona Suprema. El alma condicionada tiene que recibir directamente la instrucción del maestro espiritual, y de esta manera se irá iluminando en el sendero de conciencia de Kṛṣṇa. Cuando el alma condicionada escucha la instrucción del maestro espiritual, la semilla de la conciencia de Kṛṣṇa sembrada en su corazón fructifica y la vida del alma condicionada se llena de bendición.